15. Diabla sabe coquetear

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Resultó que Lili era una excelente nadadora y desde que llegamos a la piscina, ocupó su tiempo haciendo carreras de lado a lado con Mau, que se frustraba por no ser el más veloz

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Resultó que Lili era una excelente nadadora y desde que llegamos a la piscina, ocupó su tiempo haciendo carreras de lado a lado con Mau, que se frustraba por no ser el más veloz.

—Lili: 8, Mau: 1 —declaró Samuel, que estaba en el borde de la piscina, solo con los pies sumergidos y llevando la cuenta. Miró a Mau con burla—. Tú me ganas y te regodeas siempre a mi costa. ¿Qué se siente estar de ese lado?

—Otra vez —dijo Mau, si bien riñendo, con una sonrisa divertida.

—Tengo toda la noche —aseguró Lili y llegó hasta el extremo opuesto de la piscina para empezar de nuevo.

La piscina era lo bastante grande para que su carrera de dos no interfiriera con los demás que disfrutaban de la frescura del agua; aparte de las personas que ya estaban ahí cuando llegamos, Addie, Derek, Alexa, Vicky y Patrick jugaban con una pelota en el otro extremo. Sandy estaba a mi lado mirando la carrera y al tiempo vimos los cuerpos de Mau y Lili casi tocar fondo para nadar hacia el otro lado.

—Creo que Mau no bromeaba cuando dijo que Lili era su nueva favorita —mencionó Sandy.

—Es difícil no quererla.

—Te concedo eso —asintió ella—. Lilian se hace querer rápido. Y Mau también aunque a veces sea un fastidio.

—Que no te escuche él o se le subirán los humos. —Reí y miré a mi amiga, que estaba concentrada en la carrera; ella y Mau vivían en una eterna discusión amistosa, pero la verdad era que se querían mucho—. ¿Cómo van las noches con don inquieto?

Ella soltó una carcajada ante el apodo.

—Seguí el consejo de Lili. Cada vez que me golpea, lo golpeo de vuelta.

—¿Y funciona?

—Hemos dormido poco estos días, pero al menos no soy yo sola la trasnochada.

Escuchamos el rugido de varias motos y por reflejo todos giramos para mirar hacia la entrada, a solo unos metros de la piscina. Reconocí la moto de Gael, luego la de Diabla y los perdí entre tantas que había.

Me pregunté si ese grupo de amigos contaba como pandilla aún cuando ninguno tenía aspecto de pandillero; Gael había mencionado en una ocasión que les gustaba salir a todos juntos porque las vacaciones eran el único momento en que podían hacerlo; no solo eran habitantes del pueblo, sino de algunos más aledaños, así que era un grupo considerable.

Cuando se empezaron a bajar, caminaron como una estampida hacia el área de restaurante del lugar —que a esa hora solo eran mesas que sostenían las pertenencias de los bañistas—, dejaron sus cosas y algunos solo se quitaron la ropa de encima para quedar con sus bañadores listos.

Poco a poco fueron llegando a la piscina, algunos a sentarse a tomar una soda o una cerveza en las orillas, y otros directo al agua. Lili y Mau habían llegado al otro extremo y al ver a los recién llegados olvidaron su carrera y se quedaron solo ahí a saludarlos. Vi que Diabla se tiraba a la piscina cerca de Lili, riendo y animada como siempre.

En el armario de Kim •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora