4. Lili nunca salió del armario

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El primer inconveniente de nuestro viaje fue notorio cuando nos reunimos frente a la casa de Vicky y Mau; desde allí partiríamos una vez todos estuviéramos juntos

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El primer inconveniente de nuestro viaje fue notorio cuando nos reunimos frente a la casa de Vicky y Mau; desde allí partiríamos una vez todos estuviéramos juntos.

—No consideramos esto en primer lugar —me dijo Addie en voz baja, mirando al grupo reunido—. Tenemos espacio para nosotros...

—¿Y para las maletas? —completé.

Siendo un viaje de mínimo siete días —aún no teníamos fecha de regreso—, era de esperarse que cada uno llevara mínimo una maleta mediana, pues siete cambios de ropa no son solo una mochila. Y ahora nos mirábamos unos a otros, todos haciendo los mismos cálculos y arreglos mentales que no le envidiarían nada a un jugador experto de Tetris.

Vicky se acercó a nosotras con un evidente gesto de preocupación.

—Tenemos un plan —dijo—, ¿quién falta por llegar?

—Lili —respondí—, ya hablé con ella, ya viene, no tarda mucho.

—Vale, contando, somos diez entonces. En el auto del tío de Samuel —Su amigo— cabemos cinco personas, algo apretujadas, pero si atrás solo vamos chicas, se puede. Seríamos Sandy, Addie y yo. Conduce Samuel y Derek al copiloto.

—Pero la camioneta de Mau es más grande —objetó Addie.

—Espera. Entonces nosotros cinco ahí. Alexa va con el pendejo de Patrick en la moto, pero no pueden llevar dos maletas ahí. Quedan Mau, Lili y Kim, ellos tres se irán en la camioneta con todas las maletas. Es más práctico.

Casi al tiempo de que terminase de decirlo, un taxi estacionó junto a nuestra comitiva. De allí se bajó Lilian con una maleta mediana a su espalda; vi que pagó el servicio y luego encaró al grupo, donde varios la miraban porque, creo, ninguno la conocía. Noté que se sonrojaba y casi me reí, pero luego sentí pena al ponerme en su lugar. Me buscó con la mirada y al verme se acercó a nosotras, casi aliviada.

—Hola, Kim. —Miró a las demás—. Hola.

—Ella es Lili —dije, luego señalé a cada una—. Ellas son Addie y Vicky.

Mis dos amigas asintieron con una sonrisa.

—Es un gusto. Estamos planeando los lugares porque somos mucha masa y poco espacio. —Vicky miró más allá de Lili, donde su hermano salía ya de la casa—. Tú, Kim y mi hermano en la camioneta, ¿te parece?

—Oh, yo voy donde sea, no se preocupen por mí.

—Maravilloso, ya me agradas. —Vicky le sonrió ampliamente—. Entonces así quedamos. Vamos a organizar las maletas.

Tras varias protestas de Alexa porque dejamos su maleta demasiado abajo en la pila, logramos meter los 12 equipajes —Alexa y Addie llevaban dos cada una— entre el baúl de la camioneta, la parrilla del techo y dos de los tres asientos de atrás. En el restante se acomodó Lili y yo iba de copiloto de Mau.

En el armario de Kim •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora