• 28.•

1.6K 177 71
                                    

Las puertas de Alexandria se abrieron al vernos venir, por lo que Daryl aceleró, así que me aferré a su espalda lo más que pude, mientras lo sentía reír un poco.

— Acabas de conducir una motocicleta, ¿y ya tienes miedo? — preguntó divertido al estacionar.

Lo miré con una sonrisa mientras bajaba del vehículo.

— Algún día me voy a caer.— reclamé.

— No lo harás. — se bajó él. — Yo no permitiría eso.— caminó hacia mí.

Bajé la mirada mientras reía, nerviosa, para luego volver a mirarlo, sus ojos observando cada parte de mi rostro.

— Si quieres tenerme cerca, no necesitas acelerar.— quité el pañuelo de mi rostro.

— ¿Ah, no?

— Sabes que siempre estoy alrededor de...—

Ahí están. — ambos giramos hacia la casa, mientras Rick bajaba las escaleras.— ¿Cómo estuvo esa primera clase de manejo?

— Bien.— respondió vagamente Daryl y el hombre asintió.

— No caí a ningún barranco.— me encogí de hombros. — Supongo que estuvo bien.

Rick sonrió un poco. Su rostro seguía algo magullado por el enfrentamiento con Pete y, aunque las curaciones estaban haciendo efecto, todavía quedaban días para que dejara de poner vendas y parches sobre su piel.

— Voy a robártelo un momento.— Rick lo tomó por el hombro.

— Sí, tranquilo.— sonreí.

Ambos se alejaron unos cuantos pasos y comencé a desamarrar mi bolso de la moto.

Hombre, estuve pensando...no necesitamos salir a buscar más personas.— mis manos se quedaron quietas al oír eso.

¿Qué? — preguntó el ballestero y yo terminé de quitar el nudo, para girarme hacia ellos mientras me apoyaba un poco en la moto.

— La gente de afuera tiene que ocuparse de ella misma, igual que nosotros. — explicó.— ¿Opinas de otro modo?

— Sí. — Daryl pasó una mano por su barbilla.— Lo hago.

Rick frunció su ceño cuando Daryl se cruzó de brazos.

— Oye, Rick. — intervine, acercándome.— ¿Cómo está Morgan? — le pregunté.— Oí que estaba viviendo en esa especie de celda.

— Sí, él...— hizo una pausa.— Iré a sacarlo de ahí, no tiene que pasar más tiempo del necesario en ese lugar.— nos miró a ambos.— Los veo luego.

— Sí, claro, luego.— coloqué mi bolso en mi hombro.

Me hice a un lado para dejarle el paso libre, mientras se iba a paso rápido, con una mano sobre la funda de su arma.

Algunas cosas habían cambiado desde la reunión y una de ellas es que ahora todos portábamos nuestras armas desde hace un par de días, o al menos los que no teníamos miedo de usarlas.

𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 || 𝙳𝚊𝚛𝚢𝚕 𝙳. /𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗 𝚂.Where stories live. Discover now