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Corté la venda con el cuchillo y la detuve en mi mano mientras limpiaba la palma de Carl.

— Te dije que te quedaras con Judith.— Rick reclamaba a mis espaldas.

— Quería ayudar. — hizo una mueca cuando comencé a envolver su mano.

— Da igual. Soy tu padre y si yo digo que te quedes en un lugar, vas y lo haces.

Vi a Carl apretar su mandíbula y antes de que pudieran seguir discutiendo, decidí intervenir.

— Rick, no pasa nada. No es como si hubiese perdido una mano.— me encogí de hombros. — O un ojo.— anudé la venda y me giré para ver al padre.

— Hay un corte de casi dos centímetros en su mano, ¿segura de que no es grave?

— Si no tuve que ocupar una aguja, no es grave.— le aclaré.

Rick estaba por decir algo más, pero Judith empezó a llorar y fue a verla.

— Fue estúpido, lo sabes, ¿verdad? — le hablé al niño una vez su padre ya se había alejado.— Pudo haberte pasado algo peor.

— Apenas podían sostener la puerta.— su voz se oía inquieta.— Ya no soy un niño pequeño.

— Lo sé. — le corrí el cabello del rostro para ver bien sus ojos.— Pero él es tu padre y quiere protegerte. No puedes negarte a eso.

Me senté a su lado, agotada. Anoche apenas había podido descansar, cuando la lluvia se volvió una furiosa tormenta, azotando las puertas del granero, llamando la atención de caminantes y eso nos lleva a este momento. En su afán de querer ayudar, Carl apoyó su espalda contra la puerta y su mano resbaló, cortándose con una astilla.

— Me duele.—  se quejó, sacudiendo su mano.

— Te daría algo para el dolor, pero dudo que tu padre me deje. — apoyé mi cabeza en la pared detrás de nosotros.

Me quedé en silencio y me enfoqué en observar al grupo. Todos se hallaban tranquilos, o lo más tranquilos que pudiesen estar.

Mis ojos pasaron por cada uno hasta llegar a Carol, quien fruncía su ceño mientras hablaba con Daryl e intentaba tocar su brazo herido. Me quedé observándolos y me alerté cuando él pareció decirle algo a la mujer y la dejó hablando sola mientras se dirigía a las puertas del granero y salía por ellas. Decidí acércame a saber si había algo mal.

— Carol, ¿todo bien? — mi mirada pasó a sus manos, con pequeñas gotas de sangre. —¿Pasó algo?

— No, no.— aclaró. — Es Daryl. — la miré sin entender.— No te lo dijo, porque estabas ocupada con Carl, pero sus puntos se soltaron.— me enseñó sus palmas.

— ¿Cómo que se soltaron? — fruncí el ceño.

— Cuando trató de poner la puerta en su lugar hizo demasiada fuerza.— explicó. — ¿Podrías ir y ver si está bien? ¿Suturarlo o algo?

— No creo que sea una buen idea. — jugué con mi collar.— Se veía bastante irritado.

— No te lo pediría si pudiera hacerlo yo.— sus ojos azules me observaron. — Por favor, tienes más experiencia en esto.

No respondí hasta segundos más tarde, bajo su atenta mirada.

— Eh, sí, claro.— le sonreí sin mostrar mis dientes.— Veré que puedo hacer.

— Gracias, cariño.— colocó su mano sobre mi hombro y luego se fue.

Me quedé en ese lugar un momento y luego reaccioné. Volví al lado de Carl y revisé mi bolso hasta encontrar el botiquín, el cual ya casi se quedaba sin más suministros.

𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 || 𝙳𝚊𝚛𝚢𝚕 𝙳. /𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗 𝚂.Where stories live. Discover now