Capítulo 36. La Gran Boda.

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*el día de la boda*

NARRADOR

Los días había pasado rápidamente, en la madriguera se podía sentír la tensión a causa de que la única y menor hija del matrimonio Weasley se esposaría ese día con el "niño que vivió".
Molly Weasley, caminaba de un lado a otro dando ordenes a sus hijos de donde colocar los regalos, el pastel, las flores y todo lo necesario para la ceremonia, mientras su esposo, Arthur Weasley, tomaba una copa con los padres de Hermione Granger, la mejor amiga y ahora madrina de bodas de su única hija.
En ese momento, en el ultimo piso de la casa, donde se encontraba la ultima y mas grande habitación, estaba el  "trío de oro" impaciente por que la hora se acercaba.

–Harry ¿puedes dejar de dar vueltas? Me estas mareando – dijo Hermione a su mejor amigo que caminaba de un lado a otro en la habitación mientras se mordía las uñas de las manos.

–Si Harry ya calmarte –sentenció Ron quien lo jaló de la maga de la túnica y lo hizo sentirse de un golpe en la cama

– ¿y si se arrepiente? – preguntó el chico mordiéndose las uñas, sus amigos se miraron un momento para después reír.

Las cosas entre ellos estaba más o menos mejor en ese momento, después del viaje a París, Hermione mantuvo una larga charla con sus amigos a cerca de su relación con el príncipe de Slytherin, fue en ese momento que se entero que su fuga indeseada con Draco había causado una gran desilusión en Ron quien tenía preparada una sorpresa para ella y así poder a pedirle de nuevo que fuera su novia, la castaña en ese momento se conmovió de la declaración de sus amigos pero Ron y Harry tuvieron que aceptar, muy a pesar, que ella estaba enamorada del chico y que Draco Malfoy había cambiado realmente y que correspondía los sentimientos de su mejor amiga, aún así Ron no aceptaba complemente esa relación pues él seguía perdidamente enamorada de Hermione, más sin embargo como todo buen perdedor aceptó el hecho de que ella estaba enamorada del rubio.

Los únicos que sabían de esa relación como era obvio eran ellos tres, Ginny, Luna y Maris, quienes habían ocultado el secreto hasta ese día.

–Harry, Ginny nunca se arrepentirá de casarte contigo – dijo la chica acercandose a él y tomándolo de la mano – tiene razones de sobras para quedarse

–Si una de ellas es su hijo – interrumpió el pelirrojo dándole palmadas en la espalda a su mejor amigo

–No ayudas, Ron – Hermione le lanzó una mirada envenenada a el chico mientras el reía nervioso

–Vale, vale – dijo Ron levantando las manos en son de paz con una sonrisa en el rostro – Ginny te ama, Harry ya deberías hacerte a la idea

–pero y si... – Harry fue interrumpido por el señor Weasley que entraba en ese momento a la habitación

–Es hora chicos – anunció sonriendo nerviosa

Harry Potter "el niño que vivió y venció" se puso de pie rápidamente temeroso de lo que le esperaba fuera de la casa, pues aunque sabía que no había un loco mago tenebroso con ansia de poder y de destruirlo o un montón de seguidores de dicho mago dispuestos a hacer lo que sea para acabar con él, las piernas le temblaban, salió de la casa ¿cómo? Es algo que nunca supo y se adentro a la carpa situada en el patio trasero de la madriguera, igual que un año y medio atrás, salvo que esta vez, Harry no besaría a a Ginny en su habitación, si no en frente de todos sus amigos y conocidos para contraer matrimonio.
Quince minutos después, que para el chico parecieron años, por el caminito de seda blanca del centro de la carpa, entro Whinky la elfina doméstica vestida con un limpio y hermoso vestido azul, la elfina chasqueaba los dedos haciendo aparecer miles de pétalos azules a su paso, tras de ella venían el señor Weasley tomado del brazo de... A Harry se le abrió la boca de una forma muy cómica, ella no podía ser su prometida, Ginny Weasley se veía realmente hermosa, un vestido blanco largo hasta los pies de corcet estraple en forma de corazón con pequeños y discretos toques platas, el cabello pelirrojo lo tenia amarrado en un moño despeinado pero elegante dejando al descubierto su esbelto cuello y su cara iluminada con una radiante sonrisa, hacia resaltar aun mas su belleza, Harry no podía creer que aquella chica fuera la futura madre de sus hijos, pues se veía realmente hermosa.
El señor Weasley tuvo que carraspear para sacar de su mundo de ensueño al joven mago que no le quitaba la vista de encima a su amada, todos rieron a coro y la ceremonia comenzó.

No todo lo que brilla es oroWhere stories live. Discover now