Capítulo 25. La Reconciliación

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NARRADOR.
Después de que Draco salió de la oficina de la Profesora McGonagall, corrió sin detenerse hacia el séptimo piso, a la Sala de Menesteres, tenía que aclarar las cosas con ella, eso era lo más importante, ya después se encargaría de pensar en la forma de hacer entender a su madre de que Maris no es la mujer de su vida, se lamentó por ella pero su preocupación desapareció al llegar a el tapiz de Bárnabas el chiflado, comenzó a pasar frente a él, aun no daba la tercera vuelta cuando la puerta se materializo, el Slytherin se quedo impresionado pero no se detuvo a pensar que había pasado, giró la perilla de la puerta lentamente y entro sin hacer ruido.
Sobre el sofá estaba sentada Hermione con la cabeza echada hacia atrás recargada en el respaldo y los ojos cerrados, no notó que Draco había entrado a la sala y el chico aprovechó esto para acercarse silenciosamente a ella, cuando estuvo a escasos centímetros de ella el olor a vainilla lo paralizo, igual que lo hacía siempre, el rubio la observaba hipnotizado, la amaba más que a nada en el mundo y no descansaría hasta que ella lo perdonará, la respiración de ella estaba tan tranquila que la sala se sumía en un silencio profundo, Draco dio un par de pasos más hacia ella y quedó parado justo detrás, se inclinó lentamente hacia delante y deposito un suave beso en la frente de la castaña, esta se inmutó y se incorporó rápidamente, al darse la vuelta y ver a el Slytherin frente a ella lo miró fijamente, rodeó el sofá para salir del lugar, pero él la tomo de la muñeca y la detuvo, ella se soltó bruscamente de su agarre y le lanzó una mirada de profundo rencor.
- ¡DEJAME! - le grito Hermione
-Permíteme que te explique - rogo el chico
-no tienes nada que explicar sé lo que vi - respondió fríamente la chica mientras intentaba salir de nuevo de la sala pero Draco nuevamente la tomó por la muñeca - estoy harta de que me detengan de esa forma - se soltó de su agarre y se giró para darle la cara a el rubio
-Ya te he dicho que me tendió una trampa - dijo Draco mirándola fijamente
-y yo ya te he dicho que no te creo - dijo la castaña cruzándose de brazos
-Confía en mí - pidió el chico con un tono de suplica en su voz
- ¿crees que es tan fácil, Malfoy? - Dijo ella fríamente - me has insultado por años, eres un ex-Mortífago que hace apenas un año estuvo a cargo de la muerte de miles de los de mi clase, un Slytherin, mi enemigo desde hace 7 años, tu odias a Harry....
- ¿Qué tiene que ver Potter en todo esto? - interrumpió el chico preguntando fríamente, ignorando el dolor en el pecho que sintió cuando ella lo nombró por su apellido
-Harry es la razón por la que tú y yo estemos juntos - dijo ella retándolo con la mirada
-No sé qué diablos hablas, Hermione - dijo el sumamente confundido, ella soltó un bufido de incredulidad.
-Tú me dijiste que la vida de tu familia era maravillosa antes del regreso de Voldemort - le explicaba al Slytherin mientras caminaba de un lado a otro y lo miraba fríamente - tu vida cambio cuando él retorno, tu padre se sentía en el poder al ser un gran aliado de Voldemort, pero hace 3 años cuando Harry impidió que recuperara la profecía y Dumbledore atrapó a los Mortífagos, entre ellos tu padre y lo encerraron en Azkaban tu vida y la de tu madre cambio, a ti te dieron la misión de matar a Dumbledore y fallaste - Draco la miraba sin entender lo que decía, ella lo seguía mirándolo fijamente.
- ¿eso que tiene que ver con nosotros? - preguntó el exasperado
-todo - dijo ella deteniendo su caminata y situándose a escasos centímetros de él - si Harry no hubiera roto la profecía y Dumbledore no hubiera atrapado a tu padre, el seguiría siendo la mano derecha de Voldemort, así tú y tu prestigiosa familia ganarían el honor que tanto deseaban - la cara de el Slytherin palideció aun mas - me usas para vengarte de Harry - sentencio la castaña
-¡ESO ES LO MAS ABSURDO QUE HE OIDO! - gritó Draco mirándola con rencor - ¿Cómo puedes pensar eso de mi? - pregunto ofendido.
-Así como estoy segura de que tú eres el culpable de que mi relación con Harry y Ron se haya destruido - dijo ella sin inmutarse por el grito del Slytherin.
- ¿así que todo esto tiene que ver con Weasley? - preguntó el sin poder ocultar sus celos y la tomó fuertemente de los brazos
-el que Ron ahora me odie es parte de tu venganza - dijo ella sin forcejar en su agarre aunque la estaba lastimando.
-la razón de todo esto es que tú sigues queriendo a esa comadreja - afirmó con amargura mientras la acercaba mas a él, el olor a vainilla lo estaba volviendo loco, pero no sedería si ella había estado jugando con él.
-Si - admitió ella mirándolo a los ojos y el aflojó su agarre pero no la soltó - es uno de mis mejores amigos es imposible no quererlo, lo quiero igual que como quiero a Harry
-Hermione, yo estoy enamorado de ti - dijo soltando una de sus manos y rodeando su cintura, estaba cediendo ante su mirada almendrada y su dulce aroma - yo odio a Potter tienes razón, pero también le estoy muy agradecido, de no ser por él mi familia y yo seguiríamos al mando de la mente trastornada del Señor Tenebroso y de ser así yo jamás hubiera conocido que clase de chica eres, jamás hubiera probado tus dulces labios... - se acercó a su boca lentamente - ...descubierto tu brillante mente... - se acercó un poco mas - ...no me hubiera enamorado - finalizó y la besó, ella al principio forcejeo, pero se estaba tan bien en sus brazos, sus labios sabían tan bien, su piel fría era tan cálida a su vez, su aroma a menta terminó haciendo que cediera y lo hizo, respondió su beso lentamente, y siento una gran paz estando con él, el tiempo se detuvo, sus dudas se disiparon, ella confiaba en él, había sido una tonta por no haberlo hecho, lo amaba de eso estaba segura y lucharía por su amor, nadie le quitaría la felicidad que sentía solo estando con él.
Draco por su parte se sintió débil al no poder contener sus ganas de besarla, pero no le importó, sus labios cálidos derretían de una manera sorpréndete el frio de los suyos, su cuerpo junto al de él lo hacía sentir de una manera única, su nombre desapareció, se olvido que era un Malfoy y que estaba cometiendo el peor de los pecados al estar enamorado de ella, al pensar siquiera en ella y ni hablar al estarla besando, la codujo con cuidado hacia una cama amplia que estaba en un rincón de la habitación con sábanas blancas, la cual minutos antes no estaba ahí, se tumbó encima de ella, la respiración de la castaña era muy agitada y sintió como la cara le comenzaba a arder del calor que sentía, él comenzó a acariciar su cintura y luego su cadera lentamente, bajó los besos a su cuello y ella soltó un gemido de placer, enredó los dedos en el cabello del rubio y él siguió el recorrido de sus besos hasta su oreja.
-Te amo, Hermione - susurró a su oído y ella se estremeció en sus brazos, la amaba de eso estaba segura.
-También te amo, Draco - gimoteo ella.
El Slytherin se alejó de ella y la miró a los ojos sonriendo, ella le devolvió la sonrisa, él le sacó la blusa y comenzó de nuevo el recorrido de besos por su piel bronceada, sus besos la estaban volviendo loca aunque ella sospechaba que su cordura estaba por los suelos desde hace mucho tiempo atrás, cada rose de los labios del chico sobre su piel era un recuerdo menos de su identidad, Draco se alejó de ella y se sacó la camisa, ella con una mano temblorosa, acarició el pecho de él, su piel fría como el hielo se derretía al contacto de la suave mano de ella, Draco Malfoy de pronto se había convertido en otra persona diferente, una persona capaz de amar, una persona capaz de admirar la belleza de una chica por su mentalidad y no por su cuerpo, Draco Malfoy se había enamorado y se había perdido en los suaves besos de una sangre sucia, pero no le importó en lo más mínimo, pues ella era la chica de su vida, mientras tanto Hermione se olvidó por completo que él había sido su enemigo durante años, que la había insultado y maltratado desde que la conoció, su amor por él, a pesar de ser un amor repentino, era el amor más sincero que haya sentido en toda su vida, él sin duda alguna no era el príncipe que todas las niñas Muggles desean, el típico príncipe de cuentos de hadas que ella conocía, era un príncipe sí, pero un príncipe a su manera, caballeroso y frio, pero ella logro desaparecer esa frialdad para demostrarle que podía sentir y amar como cualquier otro hombre, ella nunca lo lastimaría.
Y así Gryffindor y Slytherin, se despojaron de sus ropas y prejuicios, y se perdieron en caricias y besos, se entregaron en cuerpo y alma a un amor que no debería ser, a un amor que en un mundo donde ellos desaparecieron por unos momentos era prohibido, un mundo en el cual estaban cometiendo el pecado más grande de la historia, pero para Hermione y Draco eso no importaba, pues mientras estuvieran juntos ellos se encargarían de crear un mundo perfecto para vivir su amor. Solamente las cuatro paredes de la sala de menesteres era testigo de todo el amor que sentían, de la magia que con el rose de sus cuerpos desnudos creaban....
NARRA HERMIONE.
Ya era medio día, yo acababa de despertar pues, había pasado una tarde-noche maravillosa con Draco, me sentía realmente diferente, había hecho el amor por primera vez con la persona que más amaba en este mundo, y había sido perfecto, me encontraba tumbada boca arriba en mi cama mientras recordaba las miles de sensaciones que sentía en el momento en que me acariciaba y me besaba, aun sentía sus manos y labios sobre mi piel, el simple recuerdo me hizo estremecer, me puse de pie y me duche rápidamente, me vestí y baje a la sala común para buscar a Ginny y bajar al Gran Comedor.
La encontré sentada en un sofá frente al fuego con las manos sobre su estómago, me acerque a ella y pude escuchar un sollozó por su parte, mire alrededor para comprobar que la sala estaba sola y que el sollozó no pertenecía a alguien más, extrañamente la Sala Común estaba vacía, caminé rápidamente hacia ella.
- ¿estás bien, Ginn? - pregunté en cuento me senté por un lado de ella, sus ojos bañados en lágrimas me miraron y ella negó con la cabeza.
-Mi madre ya lo sabe - dijo mientras se sobaba el estómago - está furiosa - la mire con los ojos como platos y me acerque a acariciarle el cabello.
- ¿Dónde está Harry? - pregunté buscando a mi amigo con la mirada.
-Hablando con ella en el despacho de la Profesora McGonagall - dijo mi amiga mientras se echaba a mis brazos y comenzaba a llorar más fuerte, en ese instante una rubia entraba en la sala común acompañada de un pelirrojo muy feliz.
-Todo estará bien - le susurre al oído a mi amiga mientras ella negaba con la cabeza. Ron se giró a nosotros y su sonrisa se desvaneció, Maris corrió hacia nosotros y tomó a Ginny de la mano.
- ¿Qué paso, Ginny? - preguntó muy preocupada mientras Ron caminaba furioso hacia nosotros
- ¿QUE DIABLOS TE HIZO POTTER? - gritó con la cara roja del coraje.
-Harry no me ha hecho nada - dijo ella poniéndose de pie de un salto, soltando la mano de Maris, mirando fijamente a su hermano - mi madre se ha enterado - la cara de Ron se contorsionó por la sorpresa y Maris nos miraba confundida.
- ¿de qué se ha enterado tu madre? - pregunto la rubia ladeando la cabeza.
-De que estoy esperando un hijo de Harry - dijo mientras se volvía a tumbar en el sofá y me abrazaba fuertemente para seguir llorando.
- ¿Dónde está mi madre? - pregunto Ron mirando a su hermana con tristeza mientras se acercaba torpemente a ella y la tomaba de la mano, Maris mientras tanto me lanzaba una mirada de confusión y miraba a Ginny como si estuviera enferma.
-en... el... despacho... de... McGonagall - gimoteó ella mientras más lágrimas corrían por su mejilla - esta... furiosa... me... ha... gritado... y....ha... amenazado... a... Harry... ha... dicho... que...- se detuvo al ver a un Harry pálido que entraba torpemente por el retrato.
-la Señora Weasley nos quiere ver en la oficina de McGonagall - dijo mientras se acercaba a Ginny y la ayudaba a ponerse de pie - todo está bien cariño, tu madre ha entendido - le paso una mano por la cintura y se giró para vernos a Ron y a mí - también a ustedes quiere verlos.
Inmediatamente me puse de pie y sonreí a Maris, quien seguía en el suelo mirando la escena con los ojos como platos, tomé la mano de Ron para sacarlo de su trance y salimos detrás de los chicos hacia la oficina de la directora. El camino lo recorrimos en silencio yo seguía tomada de la mano de Ron pues él seguía en shock por lo que yo lo conducía por los pasillos.
Antes de llegar a la gárgola de piedra distinguí a Pansy que sonrió triunfante en cuanto me vio, le lancé una mirada de odio y estuve a punto de lanzarle un maleficio si no fuera porque Molly nos estaba esperado y yo seguía tomada de la mano de Ron, un segundo después supe por que Pansy había sonreído de esa manera al verme pues detrás de ella venia Draco y Theo discutiendo.
-solo no vuelvas a acercarte a ella - le decía Draco furioso a su amigo.
- ¿no entiendo por qué? - preguntaba el otro rascándose la cabeza.
-porque no qui.... - sus ojos se encontraron con los míos y rápidamente bajaron a mis manos entrelazadas con Ron, quise explicarle que no era lo que pensaba, pero Theo me sonrío tristemente.
-Creí que ya habías terminado con él - dijo mientras se acercaba a mí.
-Si, Granger, creí que ya no andabas con Weasley - dijo Draco fríamente, Pansy me lanzó una sonrisita de felicidad y se acercó seductoramente a él
-Te dije que aún no terminaban, Draquito - dijo con su particular voz chillona, Draco le lanzo una mirada de odio y Pansy se fue sonriente del lugar.
-Ron no se encuentra bien - dije mirando a los ojos de Draco con la intención de que me creyera, pero él me miraba furioso.
En ese momento se abrió la escalera detrás de la gárgola de piedra y Ron entró por ella tambaleándose, siguiendo a Ginny y a Harry quien me lanzo una mirada de "no te tardes" antes de perderse por la escalera de caracol que subía lentamente.
-Tenemos que hablar de lo que ocurrió en el baile - me dijo Theo guiñándome un ojo, yo lo miraba confundida.
- ¿exactamente de qué? - pregunté ladeado la cabeza y lanzándole una mirada de súplica a Draco.
-Después será - dijo y se alejó por el mismo lugar en que Pansy había desaparecido, Draco se acercó peligrosamente a mí y giró la cabeza a ambos lados para comprobar que nadie viniera.
-Explícate - me dijo fríamente
-Ginny está embarazada - dije retrocediendo pues el avanzaba peligrosamente hacia mí - su madre se ha enterado y Ron está preocupado por la reacción de la señora Weasley - no podía retroceder más mi espalda dio con la fría pared de piedra y Draco me tenía acorralada igual que lo había hecho la primera vez que nos besamos, la escena se estaba repitiendo, solo que esta vez él estaba celoso porque me había visto con Ron.
- ¿y porque tenías que traerlo tú? - pregunto amargamente.
-La Señora Weasley nos mandó llamar - dije mirándolo a los ojos - y Harry ayudaba a Ginny a caminar
-y tu como buena amiga ayudabas a Weasley ¿verdad? - preguntó firmante acercando su rostro más a mí.
-s... Si - tartamudee - eso hice.
-Hermione - dijo lentamente - si me entero que me has estado mintiendo...- sus ojos grises se endurecieron y un escalofrió recorrió mi espalda y sonrió de lado - Maris hizo una estupidez en el baile tienes que arreglar las cosas con Theo, no voy a permitir que Weasley o Theo te vean como más haya que una amiga, Hermione, y no me importa si mi madre se entera que mandé a San Mungo a uno de mis mejores amigos.
- ¿Qué hizo Maris?
-eso no importa
-sí importa Draco ¿Qué hizo Maris? - pregunté nuevamente
-Besó a Theo - sus ojos se endurecieron de nuevo
- ¿Qué hizo qué? - pregunté sorprendida
-ya lo has oído, tienes que aclarar las cosas con él - dijo fríamente - con respecto a Weasley, no quiero enterarme que su "amistad" está llegando más lejos de lo que debería - hizo énfasis en la palabra amistad y me dio un beso fugaz en los labios.
-Confía en mí - pedí y lo miré a los ojos los cuales se tranquilizaron notablemente.
-lo hago, Hermione, lo hago - dijo y me volvió a besar, su sabor a menta me hizo olvidar porque estaba ahí y las piernas me temblaron - te esperan tus amigos - señaló con la cabeza a la gárgola que había ocultado de nuevo la escalera de caracol - Bombón de menta - susurró y la gárgola volvió a girar, se alejó de mí y camino en dirección por donde se había ido Theo.

No todo lo que brilla es oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora