Capítulo 21. El Inicio Del Baile

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NARRA DRACO.
Hacía tiempo que "salía" con Hermione, nos escapábamos de vez en cuando, cada vez que teníamos una hora libre, para platicar en la sala de Menesteres, que se convirtió en nuestro lugar de encuentro, era como si la escuela supera que teníamos que escondernos para estar juntos, pues cada vez que nos reuníamos frente a esta, una sala amplia, con un solo sofá blanco, los escudos de nuestras casas y una chimenea con un fuego verde y rojo, hacia su aparición rápidamente.
Las cosas entre nosotros había mejorado mucho, nos conocíamos mejor y nos dimos cuenta que llevábamos años amándonos en secreto, suena muy cursi que yo un Malfoy diga esto, pero es verdad, desde que la vi en cuarto año no pude apartarla de mi mente, mi subconsciente la buscaba para molestarla y así ganarme su atención, aunque también con ello su odio, ella era una chica perfecta, inteligente (aunque eso ya lo sabía) humilde, divertida, tierna y sobretodo guapa, guapa de una manera sobrenatural pues nadie era igual que ella, había muchas chicas lindas, pero Hermione Granger era linda a su manera y por eso no podía apartarla de mi mente desde el momento en que la bese por primera vez, y cuando por fin me decidí a dar el siguiente paso (hacerla mi novia), ocupaba la mayoría de mi tiempo pensando en ella.
Octubre ya había llegado por lo que el castillo estaba de cabeza, ya McGonagall había dado el anuncio, hace una semana, de que el banquete tradicional de Halloween, cambiaría por un baile de antifaces a los que todos los alumnos desde primer hasta séptimo año podrían asistir.
Maris estaba muy emocionada por dicho baile, era obvio que iría con ella (pues nadie sabía de mi relación con Hermione) pero entre los tres realizamos un plan, ellas irían vestidas de la misma manera para yo poder estar con mi castaña, mientras que Maris pasaba la noche con el acompañante de Hermione, que hasta hoy no sé quién es.
- ¿Por qué tan pensativo, Draquito? - la voz chillona de Pansy me sacó de mis pensamientos, nos encontrábamos en el Gran Comedor desayunando, la primera hora, era encantamientos, con el profesor Flitwick, por lo que me tomé mi tiempo para llegar, le lancé una mirada de odio.
-Sabes que odio que me llames así - le dije mientras retiraba el plato, el hambre se me había ido
- ¿iras con Maris a el baile? - preguntó ignorando mi cara de enfado.
-Es obvio - me puse de pie pero ella me detuvo de la túnica.
- ¿o iras con la sangre sucia de Granger? - preguntó con cara de asco, la mire fríamente y gira mi cabeza a la mesa de Gryffindor, donde la anterior mencionada estaba platicando muy feliz con Maris y la chica Weasley.
-No sé de qué hablas - le dije zafándome de su agarre, tratando de ocultar que me había pillado de sorpresa.
-claro que lo sabes - se puso de pie y me dio un beso en la mejilla muy cerca de la comisura de los labios antes de salir del Gran Comedor, me quede estático con los ojos como plato, ella no puede saber, nadie lo sabe, estaba completamente impactado por lo que me dijo, que solo me di cuenta de la mirada de odio que me lanzaba unos ojos marrones desde la mesa de Gryffindor.
-Amigo parece que alguien ha muerto - me dijo Blaise, tirando de mi túnica obligándome a salir del Gran Comedor a la clase de encantamientos.
No dije nada en el recorrido hacia el salón del profesor Flitwick, al llegar a esta nos sentamos en nuestros lugares habituales, al fondo.
− ¿te encuentras bien, Draco? - pregunto Theo, sentándose por un lado de mi.
−claro que lo estoy - respondí irritado - ¿Por qué no debería?
−te vez preocupado, amigo - respondió Zabini - de seguro es porque no sabes a quien llevar al baile ¿verdad? - preguntó dirigiendo su mirada a la puerta del salón, por donde entraban Hermione y Pansy lanzándose miradas de odio
− ¿de qué hablas? - pregunté sobresaltado pensando que se refinería a mi castaña
−de Pansy - solté un suspiro de alivio - te vimos muy cariñoso con ella en el desayuno - Blaise me brindó una sonrisa picara
−iré con Maris - dije dando por cerrado el tema
− ¿aceptara ir al baile conmigo? - preguntó Theo de pronto señalando con la cabeza a Hermione.
−ya tiene pareja - dije sin poder controlar mis celos, mis amigos me miraron confundido - Maris me lo dijo, es amiga de ella.
−apuesto a que es Weasley, aunque no los he visto juntos últimamente - dijo Theo tristemente mientras entraba el diminuto profesor al salón, y no pude evitar sentir más celos, después de todo aun no sabía con quien iría Maris, haciéndose pasar por Hermione.
NARRADOR.
La noche del baile, en la torre de Gryffindor se encontraban tres jóvenes chicas en la habitación de la única prefecta de la casa de los leones, vistiéndose para bajar al baile.
−gracias por pedirle a Parvati que se quedara con Romilda - dijo una chica pelirroja acomodándose un vestido color azul largo hasta los pies, straple pero con tirantes delgados colgando de los hombros, y con pequeños toques platas, el caballo rojo trenzado de lado con pequeños cristales incrustados
−no tienes por qué agradecer, Ginny - le respondió Maris tendiéndole un antifaz del mismo color del vestido con brillos plata esparcidos por todo el y con grabados negros - te ves hermosa
−gracias - respondió la pelirroja - tú te vez igual de hermosa
La rubia vestía un vestido color perla estilo victoriano pero con el corset straple, y con bordados verdes y rojos, un antifaz escarlata con gravados grises, el cabello lo había transformado gracias a su magia de matamorfomaga, en castaño y con risos gruesos acomodado de lado.
−vamos, Hermione, llegaremos tarde - gritó Ginny dirigiéndose a la puerta de la habitación para salir
−salgo enseguida - contestó la voz de la castaña desde el interior del baño, como era de esperar la castaña llevaba el mismo vestido y antifaz que Maris así como el cabello peinado exactamente igual, Maris la contemplo con cara de asombro y se acercó rápidamente a ella.
−le dije a Draco que tu llevarías estas perlas en el cabello - y con un toque de la varita pequeñas perlas se incrustaron en el cabello de Hermione.
−gracias - le dijo Hermione dándole un gran abrazo
- ¿le has dicho a Draco con quien iras al baile? - preguntó Maris después de soltarse del abrazo que le dio su amiga.
-No - confeso la castaña caminando hacia la salida de la habitación
-Debiste hacerlo, Hermi - le dijo Ginny mirándola incrédula
-si se llega a enterar, se enojara muchísimo - la apoyo Maris
-Lo sé, pero no sabía cómo decírselo - confesó la castaña - se lo diré hoy en cuanto este con él.
Bajaron a la sala común en silencio, en donde ya los esperaban Harry y Ron, con sus trajes de gala y antifaces negros, Ron sonrió a su Hermana y se alejó de las chicas en cuanto Parvati, quien llevaba un vestido color guinda largo hasta los pies y un antifaz del mismo color bajo detrás de las chicas, salieron en silencio de la sala común, Harry lo siguió con la mirada y luego ofreció una mano a su prometida a quien miraba atónito.
-Te ves hermosa - le dijo en cuanto estuvo a su altura y le rodeó la cintura con el brazo - ¿las vendrán a buscar? - les preguntó a las amigas de su prometida con una sonrisa.
Hermione afirmó con la cabeza y se encaminó a sentarse en el sofá frente al fuego, mientras su amiga pelirroja salía con su prometido por el hueco detrás del retrato
-cuando llegue Draco lo dejare entrar para que le digas con quien irás - dijo Maris sentándose en el mismo sofá que ella.
-No sé cómo se lo tomara - le dijo la castaña mirando el fuego fijamente.
-Lo aceptara - en ese momento entró Neville por el retrato con su traje negro de gala y su antifaz, tenía la respiración acelerada como si hubiera corrido por todo el castillo.
-he olvidado el regalo de Luna en la habitación - susurró nerviosamente encaminándose a las escaleras, cuando su mirada se cursó con la de las dos chicas sentadas en el sofá - si ven a Maris, ¿le dicen que la están esperando afuera? - dijo antes de perderse por la escalera de caracol que da el dormitorio de los chicos.
Hermione se puso una mano en la boca y le lanzó una mirada suplicante a Maris, quien se puso de pie y salió por el hueco a encontrarse con Draco.
No pasaron ni dos minutos, y Hermione aún no pensaba en lo que le diría a el Slytherin, cuando ambos entraron a la sala común, se veía tan hermoso, con su traje de gala, su antifaz negro que hacia resaltar sus ojos grises y su cabello platino peinado perfectamente hacia atrás.
-Se ven hermosas - dijo dirigiéndole sonrisa de lado a su novia que se encontraba temblando sentada en el sofá.
-Gracias, Draco - respondió Maris, ella le dio un beso en la mejilla y se encamino a salir de nuevo - te diré cuando vengan por ti, Hermi - y salió sin decir nada más.
Draco se acercó lentamente a Hermione y se sentó junto a ella, en ese mismo instante bajó Neville de nuevo por las escaleras con un paquete en la mano, los miró distraídamente.
-no hay nadie más en la torre, dense prisa o llegaran tarde el baile - sonrió a la pareja de desconocidos que tenía enfrente sin saber que uno de ellos era un Slytherin y no tenía por qué estar dentro de la sala común de los leones.
Hermione asintió con la cabeza y Neville salió de la sala común.
Draco la miraba maravillado, se acercó lentamente a ella y le quitó el antifaz con un toque de la varita, la miró a los ojos y el olor a vainilla que desde hace unos meses lo volvía loco lo invadió de nuevo, ella estaba nerviosa, no sabía cómo reaccionaría al saber quién sería su pareja de baile, pero su perfume a menta la invadió y como lo hacía siempre que lo tenía cerca, el mundo se le olvido, Draco le sonrió dulcemente y la besó, un beso lleno de ternura y de amor, se dejaron llevar por ese beso, disfrutando de la combinación de sus alientos y de sus caricias, en ese instante Maris entró a la sala haciendo mucho ruido de adrede, Draco y Hermione se separaron y la castaña tenía unas manchas rojas en el rostro.
-Hermione, Nott te está buscando - dijo la chica lanzándole una sonrisa a la pareja.
Malfoy se puso rápidamente de pie y fulminó con la mirada a Hermione.
- ¿Nott? - Pregunto incrédulo - ¿iras al baile con Theodore Nott?
-S...Sí - tartamudeó la castaña y le mandó una mirada fría a Maris.
-Lo siento - se disculpó la chica - creí que ya habías hablando con él - y se ruborizo tanto que el antifaz se perdía en su cara.
-Habiendo tantos hombres en la escuela, Hermione - dijo Draco ignorando a Maris y poniéndose a dar vueltas como león enjaulado.
-Me lo pidió - dijo la chica encogiéndose de hombros - y no tenia pareja, además es tu amigo supuse que no había problema con él.
-Precisamente porque es mi amigo - dijo fríamente - no puedo permitir que salga contigo.
-Estaré contigo toda la noche - dijo la chica poniéndose de pie ya molesta - no entiendo porque te molesta tanto.
-Le gustas, Hermione - gruñó - es por eso que te invitó y ahora creerá que tiene una oportunidad contigo.
-entiendo ¿te preocupa que salga lastimado? - dijo la castaña sonriendo
-No - dijo Draco parándose frente a Hermione - me preocupa que...
-Yo me encargaré que no se fije mas en Hermione - dijo Maris desde el rincón donde aún estaba, interrumpiendo a el Slytherin que la fulminó con la mirada
-y se puede saber ¿Cómo vas a hacer eso? - le dijo arrastrando las palabras.
-Déjamelo a mí, Draco - dijo gañéndole un ojo y sonriendo a Hermione - los veo en el baile - diciendo esto salió por el retrato para reencontrarse con Theodore pero con la forma ahora de Hermione.
-tranquilízate Huroncito - le dijo la castaña tomando su mano mientras se volvía a poner el antifaz - salgamos a divertirnos.
Draco la siguió hasta afuera de la Sala Común aún confundido porque se había comportado de aquella forma, estaba celoso pero no sabía por qué. El camino hacia el Gran Comedor fue muy rápido, y se encontraron con varias parejas de alumnos que al igual que ellos apenas iban a el baile, al entrar la castaña se quedó maravillada, lucía realmente hermoso, con el cielo nocturno reflejando el cielo exactamente igual que en el exterior, miles de murciélagos volando, las mesas de las casas fueron sustituidas por mesas redondas de madera negra, con manteles de telaraña y sillas a juego, las calabazas habituales iluminaban la estancia, en el centro de las mesas estaba una enorme pista de baile de un negro brillante y una banda sinfónica tocaba un hermoso vals. Hermione y Draco se acercaron a una mesa que estaba desocupada y tomaron asiento, las copas y platos de oro macizo habían sido remplazados por copas y platos de cristal, los mereceros vestidos de negro traían cerveza de mantequilla y ponche en sus bandejas.
Al cabo de unos minutos la banda sinfónica fue remplazada por Las Brujas de Macbeth, Hermione se acercó lentamente a Draco y el olor a menta que la hipnotizaba hizo efecto de nuevo, el rubio giró la cabeza y se perdió en los ojos marrones de la castaña, la besó tiernamente y sonrió.
- ¿me complacería esta piza, madame? - preguntó poniéndose de pie y tendiéndole una mano caballerosamente.
-Claro que si, joven galán - le respondió la castaña aceptando su mano y poniéndose también de pie.
Llegaron a la pista de baile y se perdieron en el ritmo de la música, por varios minutos se dejaron llevar, hasta que una melodía lenta inundo el lugar, la pareja se miró a los ojos, Draco la tomó por la cintura y Hermione acomodo su mano en el hombro del chico, mientras sus manos sueltas se unían, se dejaron llevar por el lento ritmo de la canción y sus labios se rosaron como era de esperarse, se perdieron el ese beso y la canción, bailando al compas y disfrutando de sus besos y compañía, lo que no sabía la dulce y feliz pareja que un pelirrojo celoso los había detectado entre la multitud y estaba sumamente enojado.
Hermione y Draco salieron de la pista de baile aún tomados de la mano y se dirigieron a su mesa.
-Iré por algo de beber - informó Draco en cuento Hermione se sentó en una silla.
-Claro - dijo ella sonriéndole y el rubio depositó un suave beso en los labios de su castaña, se alejo de ella y luego se perdió de la vista de ella.

No todo lo que brilla es oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora