Capítulo 23. La Visita De Narcissa Malfoy

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Narra Draco.
Después de que Maris me sacó del Gran Comedor a rastras y me libró de Pansy, lo cual agradezco mucho, caminamos en dirección a Hermione quien veía la escena desde la puerta de roble entre abierta, pero al ver que nos dirigíamos hacia ella, echó a andar fuera del Gran Comedor, en dirección a la biblioteca, lo más seguro, es su lugar preferido para apartarse del mundo.
Decidí ir a buscarla, pero Maris me jaló de nuevo del brazo y me dirigió hacia el lado contrario.
- ¿A dónde vamos? - le pregunté cuando Maris se derivó frente a la Gárgola de piedra de la oficina de la directora, ella la miro concentrada.
-Bombón de menta - al decir la contraseña la gárgola giró abriendo paso a una escalera de caracol que descendía lentamente - tu madre espera arriba, Draco.
- ¿mi madre... - pregunte petrificado - ...que hace - Maris subió a la escalera de gárgola sin responder mis preguntas y me sonrió tímidamente - ...pero que hace ella aquí? - pregunté aún confundido siguiéndola por la escalera de caracol.
-Me mando una lechuza esta mañana - me dijo Maris en un susurro en cuanto alcanzamos la puerta de caoba del despacho de McGonagall - te busque pero cuando llegue al Gran Comedor mire a Hermione algo tri.... - se interrumpió pues en ese momento la puerta de caoba se abrió por completo y mi madre apareció tras esta.
Me sonrió alegremente y se me hizo tan extraña su sonrisa que no pude evitar pensar que tal vez no se tardaba de ella, vestía una falda negra y una blusa de botones blanca, su cara estaba radiante de felicidad y sus ojos brillaban de emoción.
-Draco, Maris - saludó ella con alegría dándonos un fuerte abrazo.
-Hola, Madre - salude fríamente y mire el despecho, estaba desierto, salvo de los cuadros de los antiguos profesores, los cuales extrañamente también estaban desocupados. .
-Hola, Cissy - saludó Maris, ¿desde cuándo la llama Cissy? Me pregunté mientras entrabamos a la oficina y nos sentábamos en unos sofás rojos que estaban frente al escritorio de la profesora mientras ella tomaba asiento frente a nosotros.
-Me estaba preguntando cuándo llegarían - dijo mirando a Maris quien inmediatamente se sonrojo.
-el desayuno fue muy entretenido hoy - dijo ella y me guiño un ojo sin que mi madre se diera cuanta, entonces recordé a Hermione, ella estaba ahí, mi madre debe seguir pensando que yo sigo saliendo con Maris, y que odio a Hermione, por el simple hecho de ser una sangre sucia, la idea me causo una fuente punzada en la cabeza.
- ¿se pude saber por qué? - preguntó ella sonriéndonos abiertamente.
-Parkinson - dije simplemente en tono frio, me intrigaba mucho el saber para que habrá venido mi madre y porque yo no sabía de su llegada.
- ¿Qué pasa con Pansy? - preguntó mi madre alzando una ceja y apoyaba los codos sobre el escritorio.
-no entiende que Draco es ahora mi novio - dijo Maris y su cabello cambio de rubio a Rojo, me quedé impresionado pero al parecer mi madre no.
-Maris... - dije señalando su cabello - tu...
-Oh lo siento - dijo ella dando una pequeña sacudida a este quien cambio inmediatamente a su color natural - me pasa muy seguido cuando no controlo mis emociones.
-Entiendo que Pansy te ponga furiosa - comento mi madre con una media sonrisa - pero no tienes que preocuparte Draco te quiere a ti.
-si, si claro - me apresuré a decir mientras seguía con la vista fija en mi madre, quien a su vez nos sonreía como si fuera un niño pequeño en su primera visita a Honeydukes - madre, ¿se puede saber? sin ser grosero claro ¿Cuál es el motivo de su visita? - pregunté escogiendo las palabras más adecuadas, de mis padres aprendí que es muy necesaria la sutiliza pues no sabes cuándo cambiaran de ánimo.
-Claro, hijo, cariño - dijo entrelazando sus dedos y poniendo su barbilla en el puente que hace este - la principal razón, como ya le dije a Maris en la carta, es ver cómo va su relación.
-Excelente - se apresuró a mentir Maris, y su cabello cambio a rosa chicle, con una sacudida volvió a rubio de nuevo.
-De eso me doy cuenta - continuó mi madre sonriendo - y la segunda razón es, ponerle fecha a la boda.
Mire a mi madre con cara de incrédulo y ella sonrió ¿qué boda? Pensé mientras miraba a Maris confundido, no estará hablando de mi boda con Maris, ¿verdad? Pensé mientras mi mente viajaba a un rincón de la biblioteca del colegio entre la sección de pociones y encantamientos dónde una castaña estaba intentando no pensar en mi, claro que está hablando de tu boda con Maris, respondió mi subconsciente ¿o acaso piensas que habla de la de Potter y la niña Weasley? Se burló mi voz interior, miraba a mi madre sonreír tristemente mientras asentía, Maris hablaba lentamente y negaba con la cabeza, quería interrumpir su conversación y preguntar qué diablos pasaba pero de mi boca no salía palabra, Maris tomo mi mano y giró su rostro hacia mí.
-Draco está de acuerdo conmigo, Cissy - dijo con una sonrisa y mi madre también giró su rostro hacia mí esperando respuesta
-Claro que si - Respondí arrastrando las palabras intentando sonar indiferente
-Pero insisto en que lleves el anillo puesto - dijo mi madre mientras levantaba una sortija de oro blanco con una esmeralda incrustada.
-Draco encontrará el momento de dármelo como es debido - respondió Maris apretando mi mano disimuladamente para que la apoye.
-Madre permíteme hacer las cosas adecuadamente - le dirigí a mi madre una media sonrisa y ella asintió
-Draco, confío en que lo harás - y un brillo que no pude descifrar apareció en sus ojos, se puso de pie y rodeó el escritorio situándose en frente de Maris y yo, me tendió la pequeña sortija y la tomé observándola, y de pronto la esmeralda parecía un auténtico rubí - Maris, cariño, me gustaría hablar a solas con Draco, si no te importa - dijo mi madre sonriendo le a mi supuesta novia
-Claro, no hay problema, Cissy - dijo Maris poniéndose también de pie y se acercó a mi madre para despedirse con un amoroso abrazo y besos en amabas mejillas - nos vemos afuera mi amor - me dijo después se soltar a mi madre y me dio un suave beso en los labios, salió del despacho y cerró la puerta tras sí.
- ¿Qué ocurre, madre? - pregunté tratando de sonar indiferente, la mirada de ella se endureció y cuando hablo su voz sonó distante y fría, al igual que como lo había hecho todo el verano antes de que Maris apareciera en nuestras vidas
-Me has decepcionado, Draco - la miré confundió y un frío recorrió todo mi cuerpo al pensar que se refería a mi relación con Hermione
- ¿a qué te refieres, madre? - pregunté fríamente
-Sabes de lo que hablo, hijo - dijo y su mirada se endureció aún más - espero que la relación que mantienes con esa chica sea un pasatiempo, solo una aventura.
-Madre, no se a que te refieres, yo no tengo ninguna aventura - dije con fingido enfado
-tranquilízate, Draco, Maris es una gran chica y no entiendo que le vez a esa niña, Maris es perfecta, inteligente, guapa y sensible - medite un momento lo que decía, es cierto, Maris era perfecta, hasta cierto punto, pero era muy buena mintiendo, confiaba en ella sí, pero no como en Hermione, ella era todo lo que Maris era mas también sincera, tan sincera como si todos los días tomará veritaserum, solo que ella tenía un tacto especial para decir las cosas era tan transparente como el agua, respiré profundamente antes de responder:
-Se que Maris es maravillosa, jamás la engañaría - mentí, y la mirada fría de mi madre me hizo darme cuenta que no me creía.
-Quiero que dejes a esa chica, Draco, o yo misma hablare con su madre, Pansy es una niña inmadura y tonta, no está a la altura de Maris - cuando nombro a Pansy respiré aliviado, no hablaba de Hermione, pero entonces recordé que mi relación con la castaña había terminado por culpa de Parkinson y una rabia invadió todo mi cuerpo, me puse de pie de un salto y mire a mi madre furioso.
-Parkinson me tendió una trampa, yo no tengo nada con ella, Her... Maris ya lo sabe y ella confía en mí - sentí un nudo en el estómago, Hermione no confía en mí, claro que no lo hace, la has insultado por años, me dijo una vocecita en mi cabeza, mi madre me escaneaba con la mirada, sus ojos entre cerrados me decían que ella también notó que estaba a punto de decir otro nombre, pero no dijo nada al respecto
-Me ha escrito la madre de Pansy - dijo mi madre arrastrando las palabras - y me ha dicho que ella le contó que habían regresado.
-Pansy miente - dije muerto de rabia me contuve para no gritar así que me senté pesadamente sobre el sofá
-Por tu bien espero que no mientas - dijo fríamente - me tengo que ir - se inclinó hacia mí y me beso la frente de forma maternal - ya te escribiré - dijo antes de dirigirse a la puerta y salir por ella.
Me quedé en el despacho de la directora un momento más dándole tiempo a mi madre de que saliera de Hogwarts, observe los retratos de los antigüos profesores y me sorprendió mucho darme cuenta que seguían vacios, entonces mi mirada se encontró con unos ojos azul intenso que me miraban desde el cuadro más grande, parecía una ventana por la cual se asomaba el antigüo director de Hogwarts, Albus Dumbledore me sonreía abiertamente, yo inmediatamente me tense, aun no olvidaba la última vez que lo había visto, estábamos en la torre de Astronomía y yo me disponía a matarlo, recordaba ese hecho tristemente pues él había suplicado porque no lo mataran, y al final fue Snape quien lo hizo.
-Hola, Draco - dijo el director inclinando poco la cabeza hacia delante en señal de saludo - veo que tu madre vino a verte
-s...si, profesor - dije nervioso, pensaba que me reclamaría por la forma tan cobarde en que estuve a punto de matarlo, aprovechando que estaba muy débil y sin varita.
-No te culpes, Draco - dijo el profesor Dumbledore como si me hubiera leído la mente - yo no lo hago.
-¿de qué está hablando? - pregunté fríamente intentando no sonar desconcertado.
-De intentar matarme - dijo el profesor como si no fuera la gran cosa - yo tenía todo planeado con el profesor Snape, yo jamás permitiría que un chico de tu edad se convirtiera en un asecino por culpa de un ser despreciable como lo era Tom Riddle - me sonrió ampliamente
-yo...
-he escuchado, sin querer claro, que tu madre piensa que te casaras con la señorita Lestrange - me interrumpió el ex director - pero es obvio que no sabe que la señorita Granger es a quien tu quieres - sentí como si un cubo de agua fría me hubiera caído encima, mire al profesor con los ojos como platos y el sonrió mas - no te preocupes, Draco, su secreto está a salvo conmigo.
-¿Pero como...? - dije confundido
-No importa como lo sé, si no el hecho de que lo se - dijo mirándome a través de sus anteojos de media luna - ¿me permites que te de un consejo? - guardó silencio a que afirmara o negara, asentí con la cabeza - habla con la señorita Granger, se que ella sufre mucho por lo que paso en el baile pasado
-No querrá hablar conmigo - dije tristemente y se me hizo tan extraño el estar hablando con él sin sentir ese odio que sentía cada vez que lo veía.
-Hermione, es muy inteligente sabrá entender - asentí con la cabeza y él sonrió ampliamente - no atrases el momento de su reconciliación, habla con ella, según me han informado se esconde en el lugar que ustedes han compartido en los últimos meses.
Antes de que pudiera darle las gracias él había desaparecido por un costado de su retrato y me encontraba de nuevo solo en el gran despacho de McGonagall, sentía una gran gratitud por Dumbledore por el consejo hacia Hermione, no es que yo no lo haya prensado, pero él tiene razón, Hermione es una chica inteligente y se ha dando cuenta como Pansy ha andado detrás de mí en los últimos meses, con esa alegría de saber que cabía la posibilidad de que ella me perdonará y el saber que Dumbledore no me odiaba por intentar matarlo, salí en dirección a la sala de Menesteres.

No todo lo que brilla es oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora