Capítulo 34. Sigo Firme En Mi Decisión

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NARRA HERMIONE.
Me encontraba tumbada en mi cama en la habitación de Maris, mirando fijamente el techo oscuro  pensando en lo que había sucedido el día de ayer, todo había sido muy extraño, ese parque perdido, la profunda tristeza que me invadió el estar ahí, los labios de Draco sobre los míos, el maravilloso paisaje que me daba tanta tranquilidad después de haber sentido tanta tristeza, giré sobre la cama y me puse boca abajo, había sentido miles de emociones en un solo día: alegría el estar con Ginny y Luna viendo los preparativos para la boda, enojo hacia Draco por pensar que me arrepentiría de pedirle que luchara por nosotros, como si yo fuera que la estaba equivocada, Tristeza al darme cuenta que lo estaba perdiendo, feliz al sentirme de nuevo en sus brazos y saber que a pesar de todo el me seguía queriendo, de nuevo enfado al descubrir que mis amigos no apoyaban mi decisión, tranquilidad al sentir aquel aire frio rosar mi cara y dolor, un dolor que solo provocaba el ser ignorada por mis mejores amigos.
Hace unas horas al llegar a la mansión Lestrange, Harry y Ron pasaron de largo y subieron a su habitación sin dirigirme la palabra, Ginny dijo que se les pasaría que solo tenían que aceptar de nuevo que yo estaba con Draco, pero no podía dejar de dolerme su rechazo de nuevo me sentía totalmente sola, subí a mi habitación sin cenar y me tumbé en mi cama, Maris entro minutos después y yo fingí que dormía, más sin embargo no lo pude hacer hasta dentro de unas horas, después de dar varias vueltas en la cama.
Y ahora estoy aquí debe de ser de madrugada pues la habitación sigue oscura y Maris duerme profundamente en la cama continua, hace unos minutos me desperté sobresaltada por un sueño que había tenido y no recordaba, giré mi vista hacia la mesita de noche donde descansaba un despertador, que marcaba las 3:15 de la mañana, no había dormido ni siquiera una hora, volví a girar en la cama colocándome de nuevo hacia arriba, cuando escuché un fuerte golpe en el pasillo fuera de la habitación, me incorporé de golpe y busque mi varita a tientas bajo la almohada, todo estaba oscuro, la única luz que había era la de los números del despertador, fije mis ojos a la dirección de la puerta y una luz se infiltró por debajo de esta, tomé fuertemente mi varita y señale la puerta dónde la sombra de unos pies se reflejaban, no aparte la vista de la puerta ni un segundo, esperaba que el intruso entrará en cualquier momento o hiciera señal de que estaba ahí, más sin embargo él o ella seguía inmóvil del otro lado, un movimiento en la cama de Maris hizo que por fin quitará los ojos de la puerta, pude ver su sombra que se incorporaba bajo la luz de la luna que salía tras una nube y la poca luz que se infiltraba bajo la puerta,  fue directamente a la puerta de la habitación tallados los ojos somnolienta, sin siquiera reparar en mí.
–Te dejaré entrar si prometes no hacer más ruido – dijo mi compañera de habitación con voz ronca por el sueño, supe inmediatamente que ella había planeado eso así que decidí tumbarme de nuevo en la cama y fingir que dormía. Maris abrió la puerta evitando no hacer ruido creyendo que estaba dormida, cerraré mis ojos pues la brillante luz del pasillo me molestaba y pude escuchar como alguien entraba en la habitación.
–Buenas noches – dijo Maris, agudise el oído para escuchar la respuesta de la otra persona pero esta jamás llegó más sin embargo escuché como alguien salía de la habitación y cerraba la puerta tras sí.
No sabía si fue Maris la que salió o la otra persona, hasta que pude sentir como alguien se tumbaba en mi cama y unos fríos brazos me abrazaban, un dulce aroma a menta me llenó las fosas nasales e inmediatamente supe quién era el intruso….
NARRADOR
Después de que llegaron a la mansión Lestrange y que Hermione subió a su habitación algo alterada por la reacción de Harry y Ron, Draco convenció a Maris de que lo dejara entrar en su habitación para poder estar con Hermione, necesitaba tanto estar con ella y hacerle saber que aunque los idiotas de sus amigos estuvieran molestos, el estaría ahí para ella, Maris aceptó dejarles la habitación para ellos de mala gana, pues le había dicho, con justa razón, de que si alguien los descubriera tendría muchos problemas con sus abuelos y cabía la posibilidad de que toda la farsa se descubriera, a Draco sin embargo no le importó, necesitaba estar con Hermione y aclarar que había pasado esa tarde, así que espero pacientemente a que todos se durmieran, eran pasada de las 3 de la mañana cuando el salió de su habitación y recorrió el pasillo hasta situarse frente a la habitación de Maris, había quedado en tocar la puerta tres veces más sin embargo se tropezó con una mesita que adornaba el pasillo y un florero calló haciéndose añicos y produciendo un gran ruido, ilumino su varita y reparó el florero con un toque de la misma, supuso que con tamaño escándalo Maris despertaría así que se dispuso a esperar fuera de la habitación sin apagar su varita, pasado unos minutos su "prometida" abrió la puerta y lo dejo pasar, marchándose ella a la habitación de él para descansar.
Apagó la luz de su varita y contempló a Hermione, a pesar de la obscuridad  que reinaba en la habitación (pues la luna se había ocultado tras una nube) él podía verla tumbada en la cama, tan linda y tranquila, cubierta solo con una sábana blanca, en el silencio de la habitación solo se escuchaba la respiración lenta de la joven Gryffindor, Draco caminó lentamente hasta el lado opuesto de la cama de Hermione y se tumbó en ella, la rodeó con los brazos y la acercó más a ella, su suave y tibia piel lo volvía loco, no quería despertarla, así que le dio un suave beso en la mejilla.
–Te amo – susurró en su oído y se dispuso a dormir abrazado de ella, más sin embargo Hermione se movió y giró sobre la cama para darle frente a Draco.
–también te amo – susurró ella y lo besó, él se inmutó solo un momento pues creyó que Hermione dormía, más sin embargo después de unos segundos de duda respondió el beso con la misma intensidad que ella, la había extrañado tanto, habían sido semanas sin probar sus labios, sin besarla en la manera en la que ahora lo hacía, pues el beso del parque fue algo más tranquilo a diferencia de este que se intensificaba con el tiempo, había sido tanto tiempo sin tenerla cerca, que la abrazó con más fuerza acercándola más a él, después de un tiempo, la respiración de ambos comenzó a ser agitada pues no habían parado de besarse ni un momento para tomar aire, cuando el oxígeno les hizo falta en sus pulmones y sintieron que se ahogaban se alejaron,  un rayo de la luna que había aparecido detrás de una nube negra, iluminó la habitación que hasta ese momento estaba totalmente obscura.
La piel del rubio era muy parecida a la porcelana gracias al reflejo de esta luz y las mejillas de la castaña están sonrosadas a causa del beso, dándole un aspecto infantil. Draco sonrió y ella le devolvió la sonrisa, lo volvió a besar, un beso aún más exigente y cargado de pasión, ambos se necesitaban tanto en ese momento y ese beso se los demostró, el Slytherin giró sobre sí mismo y se posicionó sobre ella, con las pierdas a los costados, dejó de besaría y se incorporó, se veía realmente hermosa, su cabello castaño estaba desparramado por toda la almohada, sus dulces ojos almendrados brillaban bajo la luz de la luna reflejando la felicidad que sentía en el que momento, Draco acarició su mejilla lentamente, con cuidado como si temiera en despertar y encontrarse en su habitación sin ella, Hermione al sentir el rose de su mano cerró los ojos disfrutando de su caricia, sentía como dejaba una marca de fuego por cada lugar que resbalaba su fría mano, Draco continuó la caricia bajando por su cuello hasta llegar al inicio del escote de la blusa de su pijama, se inclinó hacia delante y rozó sus labios con los de ella, con sólo un pequeño roce, Hermione podía sentir sus labios sobre los suyos, entre abrió los labios para darle acceso a ellos pero el rubio no la besó si no que hundió su cara en el cuello de ella y respiró su olor, ese dulce olor a vainilla que lo paralizaba, el tiempo se detuvo, el mundo dejó de existir, olvidó quien era y sólo fue consciente de la respiración de la castaña y del sonido de su corazón, le besó el cuello lentamente y comenzó un recorrido de besos, desde su cuello hasta el escote de su blusa, con un brazo se apoyaba en la cama y metió su mano libre bajo la blusa de ella, Hermione tembló al sentir su fría mano recorrer su cintura desnuda mientras que Draco la torturaba con sus labios sobre su cuello, ella enredó sus dedos su cabello rubio y esperó, esperó pacientemente a que él la besara, el rubio subió más su mano bajo la blusa y la metió bajo el sostén tomó uno de sus pechos, ella gimió y él sonrió, buscó sus labios y la besó, mientras acariciaba su cuerpo bajo la blusa.
Ella sentía miles de emociones en ese momento, Draco se alejó de ella y se volvió a incorporar, le sonrió mientras la luna se volvía a ocultar bajo una nube y dejaba la habitación de nuevo sumida en la oscuridad, Hermione aprovechó esa oportunidad para invertir los papeles, puso toda la fuerza que le quedaba pues sentía como su cuerpo temblaba y se incorporó encima de él con sus piernas a su costado, Draco sonrió en la oscuridad, en ese momento la luz de la luna los volvió a iluminar y él no espero un segundo más quería admirar su cuerpo bajo esa tenue luz, así que se incorporó, le sacó la blusa con cuidado y volvió a tumbarse en la cama admirando la piel desnuda cubierta solo por el sostén, Hermione por su parte sintió que un frío le recorrió la espalda al desprenderse de su blusa más sin embargo el frío no duró mucho pues sus mejillas ardieron al darse cuenta que estaba semidesnuda frente a él, no es que no lo hubiera estado antes más sin embargo parecía la primera vez que lo hacía, el rubio acarició su piel desnuda y ella se estremeció, él se incorporó de nuevo y comenzó a besar su piel, ella se arqueó hacia atrás al sentir los fríos labios sobre su cuello, Draco Malfoy se dedicó a morder y besar cada parte de su cuerpo, tenerla así sobre el gimiendo y estremeciendo con cada caricia que le daba lo volvía literalmente loco, la Gryffindor por su parte acariciaba su espalda y cuello, metiendo sus dedos en el cabello del rubio mientras él la hacía nuevamente suya.
El destino de las personas no está escrito, muchos creen en un Dios que tiene predestinada nuestra vida y que sabe exactamente en qué momento esta cambiara y dará un giro de 180° poniendo de cabeza todo, más sin embargo, ellos estaba convencidos de que si ese Dios existía él mismo estaba impresionado por el giro total que dio sus vidas, pues en esa habitación estaban ellos dos, ellos que se habían odiado tanto, ellos tan diferentes y tan iguales a la vez, ellos que son capaces de enfrentar a familiares y amigos con tal de estar junto, ellos que ahora se amaban como nunca pudieron amar a otras personas, esas personas que Dios, el Destino o el mismo Universo pusó en sus caminos para amar, pero no lograron amarlas pues en el fondo ellos siempre se pertenecieron y ahora estaban lejos de todos los prejuicios, lejos de todos los problemas, en un mundo lejano que ellos crearon para amarse bajo la luz de una triste luna de invierno que los iluminaba entregándose de nuevo a un amor prohibido.
NARRA DRACO
A la mañana siguiente salí de la habitación de Hermione sin hacer ruido, rogaba porque todos los demás estuvieran dormidos aún o abajo desayunando, antes de salir, eché un último vistazo para ver a la mujer que amaba, dormida profundamente, boca abajo, cubierta con una sábana blanca hasta la cintura dejando la perfecta piel bronceada de su espalda, me contuve por no besarla y acariciarla de nuevo, así que le deje un pergamino bajo su almohada y salí de ahí.
Estaba por llegar a mi habitación cuando pude ver como Weasley salía de la suya, intente dar media vuelta y volver pero sus ojos se posaron en mí.
–Aclárame que paso ayer –me dijo fríamente
–no tengo porque darte explicaciones de lo que hago –respondí tranquilamente
–tu puedes hacer lo que se te venga en gana, pero no incluyas a Hermione
–Ella es muy consciente de lo que hace, yo no la he obligado a nada –mi mente viajo rápidamente a la noche anterior e intente no sonrojarme
–No te creo –respondió apretando sus puños
–no me importa – caminé hacia él y le pase por un lado dirigiéndome a mi habitación, Weasley se quedó parado dónde estaba con los puños apretados de la furia, no me sentía de humor para discutir con él, pues había amanecido perfectamente feliz como para arruinarlo, llegué a mi habitación y la encontré vacía, supuse que Maris había bajado a desayunar, me tumbé boca arriba en la cama y cerré los ojos, el perfecto cuerpo de Hermione contra el mio me provocaba miles de sensaciones, ella era tan hermosa, maravillosamente hermosa, no permitiría que nadie se interpusieron entre nosotros, era hora de poner en marcha mi plan, me incorporé y me dirigí al baño, tendría que ducharme antes de que ella despertará para poder hablar tranquilamente en su habitación antes de bajar, había tantas cosas que aclarar, tantas preguntas por responder, esa fue la razón por la que me adelante a que ella se sintiera usada y sola y le deje esa nota bajo la almohada, salí de la ducha con el cabello mojado y ya vestido 15 minutos después y me dirigí a la habitación de ella.
Al llegar no la encontré tumbada en la cama pero se escuchaba el agua de la ducha que caía, el trozo de pergamino que le había dejado estaba sobre la mesita de noche, me acerqué y lo tome. Con mi propia letra se leía lo que había escrito:
“eres la mujer más maravillosa del mundo, tenemos muchas cosas que aclarar necesitamos hablar, iré a ducharme, te veo aquí mismo, te amo, Hermione
D. M. "
Sonreí para mis adentros y en ese momento la puerta del baño se abrió, dejando ver a una hermosa mujer envuelta en una toalla blanca, con su cabello castaño mojado callando en suaves risos, me sonrió y se acercó a su baúl. Tomó un cambio de ropa sin decirme nada y volvió a entrar al baño, salió 20 minutos después ya vestida y con su cabello ya seco camino lentamente hacia mí y se sentó en el borde de la cama, curso las piernas y me sonrió sinceramente. Se veía tan hermosa con su cabello en ondas definidas callendo suavemente sobre su espalda, fijo sus ojos almendrados sobre los míos y mi mundo se detuvo.
– ¿y bien? – Preguntó haciéndome señas de que me sentara junto a ella – ¿de qué quieres hablar? – dudé solo un par de segundos, di dos pasos hacia enfrente y me senté junto a ella
– ¿qué paso ayer? – pregunté clavando mis ojos en los suyos
–no lo sé –se encogió de hombros y dejo de sonreír –estaba molesta contigo por la forma en la que te comportaste, mira, Draco – pusó su pequeña mano en mi rodilla y sentí una carga eléctrica recorrer todo mi cuerpo, me miró a los ojos y suspiró tomando valor para seguir hablando – ese parque en el que nos perdimos emanaba una extraña magia, y me sentí triste ante la posibilidad de perderte por mi orgullo, más sin embargo no me arrepiento de nada, quiero que me demuestres que me amas, no quiero seguir siendo la otra –desvío la mirada pues sus ojos se humedecieron de pronto, tomé la mano que tenía en mi rodilla y le di un apretón
–jamás fuiste la otra, entre Maris y yo ni hay nada más que una buena amistad, eres tú y solo tú.
–no es lo que piensan los demás, ante los ojos de mis amigos yo soy una cualquiera que esta con un hombre comprometido –sus palabras estaban cargadas de rabia y una lágrima resbaló por su mejilla ella la limpió furiosa y volvió a fijar sus ojos llenos de furia en mi –yo no puedo estar contigo mientras ella este también contigo
–ella no está conmigo, es solo una farsa para....
–para engañar a tu madre, si – dijo ella soltando mi mano de un jalón y poniéndose de pie frente a mi, ya no se forzaba a detener las lágrimas –si tu madre te obliga a casarte con ella lo haras aunque seas infeliz toda tu vida
–no me casaré con Maris –dije poniéndome de pie también – Hermione, entiende es mi madre
–una madre que te entregó a Lord Voldemort y casi te convierte en un asesino – me gritó furiosa, sentí las palabras que atravesaban mi pecho como cientos de cuchillos, ella tenía razón pero no podía evitar tener miedo ante la reacción de mi madre, después de la muerte de mi padre ella solo me tenía a mí.
–tal vez lo haya hecho – dije evitando gritar – pero es mi madre, tu harías lo mismo por los tuyos
–Mis padres no me obligarían a hacer algo que no quiero – dijo mirándome desafiante.
–Pues mis padres son diferentes a los tuyos, Hermione, pero son mis padres – la miré desafiante
–al menos intenta hablar con tu madre sobre nosotros – pidió
–Sería como si le lanzará un crucio – intenté verla a los ojos pero ella desvió la mirada.
–Draco, no te pongo a elegir entre tu madre y yo – se limpió las lágrimas y me miro a los ojos – sé que ella es importante para ti, solo te pido que nos presentes, que ella entienda que yo soy la mujer que amas y que daré toda mi vida por hacerte feliz.
–Quedémonos aquí – le pedí mientras la tomaba de la mano, hacía tiempo que ya lo había pensado, sabía que huir no era la solución pero mi madre jamás aceptara que yo este con una impura, su ley de “sangre pura” es más importante que cualquier cosa para ella y aunque me duela Maris puede ser mejor hija que yo.
– ¿yo no me estoy llendo a ningún lado? – preguntó claramente confundida.
–a vivir aquí, sin mi madre, sin tus amigos, comenzaremos una vida nueva, solo tú y yo – me miro con los ojos abiertos y negó con la cabeza mientras más lágrimas caían por su rosto.
– ¿prefieres huir a que tu madre se entere que estoy contigo? – preguntó claramente decepcionada.
–no lo veas así, Hermione, le quiero evitar un dolor a mi madre
– ¿y qué piensas hacer cuando llegué navidad y te pregunté porque no has ido a verla? – Preguntó soltando mi mano – ¿Qué piensas hacer cuando quiera venir a visitarte? ¿Qué diablos piensas hacer con Maris y su compromiso? Dime, Draco ¿Qué le dirás a tu madre cuando Maris vuelva a Londres y tú te hayas quedado atrás? – sabía que tenía razón pero no podía dársela, no cuando era tan difícil que mi madre entendiera que yo la amaba a ella, conocía a mi madre y estaba segura que no aceptaría tan fácil mi relación con ella, sabía que mi madre era capaz de matarla si se enteraba.
–ya pensare después en eso, simplemente quédate conmigo – fue la mejor respuesta que le pude dar, aunque por su cara supe que no fue la mejor.
–no, Draco, no me quedaré contigo si me tendrás oculta solo porque le tienes miedo a tu mami
–Ella podría matarte – le dije en un intento fallido de hacerla recapacitar.
–Si ese es el precio para dejar de esconder esto que siento por ti, lo aceptaré – dio media vuelta y salió de la habitación, dejándome ahí plantado, la noche anterior me parecía ya muy lejana, ahora sentía una impotencia tremenda, que comenzaba a ahogarme poco a poco, de alguna forma tenía que hacerla recapacitar, pues sabía que el intentar hacer entender a mi madre era caso perdido
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HOLA, HOLA, HOLA... BUENO AQUÍ DEJO EL SIGUIENTE CAPITULO, NO SABEN LO FELIZ QUE ME HACEN EL QUE CONMIENCEN A VOTAR POR LA HISTORIA, SI GUSTAN ALGUNA DEDICATORIA ESPECIAL HAGANMELO SABER POR UN COMENTARIO, LAMEMTO INFORMAR QUE LA HISTORIA CASI LLEGA A SU FINAL.. ESPERO CONTINUAR CON LA SEGUNDA PARTE PRONTO... GRACIAS POR LEER LOS QUIERO
Kryzta Cañedo

No todo lo que brilla es oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora