La desarmada Sarah Fortune - Vamos a compartir con Jinx

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Yasuo aceptó quedarse un poco más, cuando vio el tipo de botella que saqué de mi cajón. Serví dos copas y nos relajamos en nuestros respectivos asientos.

—Aun no entiendo que quieres tu de Jinx, Yasuo. Yo quiero su conocimiento, sus discípulos quieren su aceptación, mis hombres aun no saben que la cena estará mas temprano. Pero tú... ¿por qué poner tu vida en peligro?—pregunté intrigada, dando un sorbo al delicioso vino de Freljord—haré instalar un frigorífico también aquí para disfrutar esto ¡salud!

—Salud—respondió Yasuo con una sonrisa, degustó casi con dramatización el dulce sabor de las regiones nórdicas, luego hizo una pausa y me dio su respuesta—cuando vagas perdido por el mundo del dolor y el arrepentimiento, el destino aunque te ponga señales, no se hace notar si no hay alguien ahí para indicar el camino. Ella ahora no es mas que una bala perdida en el tiempo.

—Has conocido a muchos locos Yasuo, pero ¿Jinx? Siento que te has identificado con ella y sientes esa responsabilidad de llevar su carga ... ¿pero no has pensado que pasará cuando las cosas no salgan como se planean? Este no es cualquier viaje, puede ser el último para todos...

—Tu aun no ves lo que yo vi, y no era solo una cosa sino dos. Dos mundos atravesados en su cabeza, uno muy lógico capaz de construir cosas complejas y otro muy difuso y visceral que llama a la destrucción. Ambos nos ayudarán a sobrevivir. —dijo con una mirada sombría.

Suspiré. Sabíamos que tarde que temprano habríamos de encontrarnos la flota de la nueva piratería, y a pesar de convocar a facciones aliadas con mensaje enviados desde Piltóver para reunirnos en un posible encuentro fortuito en alta mar al final del estrecho, carecía de información sobre el movimiento de nuestros enemigos.

— Sin nada hecho aún, vamos perdiendo, la desventaja es enorme y en la suposición de que Jinx y los muchachos acaben a tiempo en lo que salimos del estrecho y logremos reunirnos con los demás, no existe garantía de que tengamos ventaja en número.

—Pero la tenemos en habilidad Sarah, ten fé. Los zaunitas están llenos de sorpresas, no sobreviven si no saben usar una herramienta, debiste ver el artefacto que utilizaron cuando me robaron, además tienen la sangre fría que tu necesitas. Incluso Jinx, no solo será la encargada de tu nueva armería, sino que se convertirá en tu aliada clave, yo solo soy el medio.

Me sentía intrigada sobre lo que pudiera pasar con Jinx, así como la veía me costaba trabajo imaginar que pudiera ser capaz de construir un complejo sistema de defensa, hasta que veías sus armas y hacías caso a las historias sobre ella. Si fuese capaz de replicar al menos seis armas como la suya para este barco sería fantástico. La flota enemiga tenía armas poderosas pero no del mismo alcance que las de su cañón, si nos los cruzamos en el camino, eso nos pudiera dar ventaja antes de que se acercaran con sus naves más veloces. Me daba curiosidad por saber cómo se sentiría disparar un "misil" como los había llamado Glasc en la reunión.

Voltee a ver a Yasuo, quien parecía estar tranquilo hasta que se notaba que en realidad estaba concentrado en escuchar algún ruido extraño que pudiera provenir del camarote donde estaban instalados. Tenía los brazos cruzados y tomaba poco de su copa.

—¿y Jinx? ¿Qué se traen entre manos? apenas ayer conociste su leyenda y ahora parece que fuesen amigos toda su vida—pregunté antes de olvidar esa duda por completo puesto que la veces que vi que Jinx se ponía simple y parlanchina podía ver las risas interiores de mi serio amigo, podía engañar a todos menos a mí, lo veía en su mirada y esa capa esconde las mandíbulas sólo desde ciertos ángulos.

—Antes de esta reunión solo te conté la parte del asalto y la búsqueda de la espada. Te diste una idea de su personalidad y también de su capacidad. —hizo una pausa, respiró profundo— Pero ayer al final del día, fue capaz de usar un poder a través de su dispositivo que nos transportó a través del tiempo, parecido al poder Vesani que usó Ahri contra el Rey Viego. Aunque hubiera preferido escuchar su historia de su propia voz, viví grandes fragmentos de su adolorida vida, incluso detalles de la vigilante Vi que no me hubiera imaginado jamás.

Viaje al Festival de la Flor EspiritualOnde histórias criam vida. Descubra agora