Sangre de cazador (JIHAN)

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De a poco fue despertando sintiéndose desorientado, en donde ante una importante ausencia de calor es que estiro perezosamente su brazo al otro lado de la cama, no llegando a tocar nada.

Pronto su confusión paso a impotencia, ya que recordó que ya no tenía a su lado a Joshua, ¿Cómo es que agarro un habito de este tipo en tan poco tiempo? Esta fue solo una pequeña etapa dentro de su enorme vida, y aun así...

Ya era el tercer día ahí, en donde en el primero se la paso inconsciente, en el segundo se dedico a ordenar algunas cosas junto a Jihoon y ahora debían preparar los últimos detalles, pero no quería levantarse porque se sentía muy fatigado, notando que debía ser porque no se había alimentado bien estos días, así que se obligó a salir de su cama e ir a buscar a Jihoon, a quien se lo encontró justo saliendo de su habitación soltando un largo bostezo.

- Oh, Jeonghan, lo siento, pensaba levantarme más temprano para adelantar algunas cosas, pero ahora si voy a... - El menor empezó a disculparse, pero entonces noto que el pelinegro se veía más pálido de lo normal - ¿Estas bien? - Pregunto preocupado.

- Solo necesito algo de sangre - Se explico, en donde empezó a seguir a Jihoon quien parecía dirigirse a la cocina.

- ¿Cuándo fue la última vez que bebiste? - Cuestiono para ver cuanto darle.

Jeonghan lo pensó, recordando que fue en el desayuno antes de dirigirse a esta cabaña - Desde hace tres días en la mañana - Le aclaro, así que cuando llegaron a un almacén es que el más bajo le paso un pequeño frasco con sangre.

El ser más antiguo miro el objeto con nostalgia, ya que dentro tenía una piedra que usaban para mantener "viva" y cálida la sangre, simulando que fuera sacada directamente del cuello. Fue hace muchos siglos que descubrió esa forma de almacenarla... Sin embargo cuando quito la tapa y se la acerco, es que el olor le hizo detener sus movimientos y hacer una mueca.

- No... no puedo - Murmuro algo perplejo y con una expresión incomoda.

- ¿Qué cosa no puedes? - Pregunto aburrido el menor, quien se distrajo al buscar un frasco de sangre para él, no viendo lo que hacia su mayor.

- Beber una sangre que no sea la de él. No quiero si no es la suya - Empezó a lamentarse, las palabras saliendo más tristes de lo que esperaba. Intento acercar de nuevo el frasco a su boca, pero un sentimiento repugnante apretó su garganta, así que decidió mejor volver a ponerle la tapa y dejar el frasco en donde había estado antes.

Algo apenado busco la mirada de Jihoon, esperando que este se viera irritado por su actitud infantil como si fuera un niño caprichoso, pero en cambio este lucia estupefacto.

- Hablas en serio, ¿Cierto? - Aseguro. El pelinegro se sintió algo descolocado por su seriedad, pero al pensar de nuevo en intentar beber de esa sangre es que un gruñido de desagrado resonó en su garganta, sintiendo su ligera hambre reemplazarse por asco.

- Si... Tendrás que obligarme a beberlo - Dijo algo frustrado, a lo que Jihoon puso los ojos en blanco.