CAPÍTULO 29: Historias

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(O cinco anécdotas sobre Radiator Springs y una sobre el Grand Prix Mundial).



Porto Corsa, Italia
Lunes 19 de abril, 1:22 p.m.

Francesco (furioso): ¡¿Qué están haciendo en mi casa?!

Francesco (furioso): ¡¿Qué están haciendo en mi casa?!

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Todo era un desastre. Lando, George y Alex descubiertos in fragranti en la cocina, un inconsciente Max por la electricidad al ser atacado por error por Cassandra y Amira, quienes pensaron que era una estatua de cera del Rayo McQueen. Y eso que la mucama trató de advertirle cuando le hizo la llamada para avisar que la casa rodante de las neoyorquinas ya estaba dentro.

Los tres chicos se levantaron lentamente apartando las cosas que dejaron caer ante la mirada atónita del dueño de la casa.

Lando (intenta defenderse): ¡Francesco, no es lo que tú crees!
George (trata de tranquilizarlo): Déjanos explicarte...
Francesco (enojado): ¿Explicarme qué? ¿Creen que pueden explicarlo? ¿Acaso quieren seguir viendo enojado a Francesco?

De repente otro ruido se escuchó, pero esta vez es de la parte de arriba. Son gritos provenientes del pasillo de arriba previo a las escaleras.

Daniel (sacude las manos tratando de ahuyentar al loro): ¡Ay! ¡Loro malo! ¡Quítamelo! ¡Quítamelo!
Valentino (lo picotea): ¡Intruso, intruso!

Era el australiano bajando rápidamente de las escaleras y siendo atacado por Valentino.
Las chicas se asustaron por la presencia del piloto gritando por los picotazos que el ave le hacía.

Francesco (agarra al loro): ¡Hey! ¡Basta, basta! ¿Qué le hiciste a Valentino?
Daniel: ¡Me atacó! Sólo quería acariciarlo.
Francesco (empieza a darse cuenta de que estaba ahí): Un momento. ¡¿Tú qué hacías allá arriba?!
Daniel (intenta excusarse): Yo...pues yo...
Cassandra (asustada): Francesco, ¿qué está pasando aquí?

Por un momento había olvidado que sus invitadas seguían adentro, pero estaban muy nerviosas por las visitas sorpresas de sus compañeros. Vio a Ami de cuclillas a un inconsciente Max en el piso, a Cassandra terminando de guardar rápidamente el arma en su bolsa, a los tres chicos regañados por su travesura y a Daniel agitado y con los cabellos revueltos por el ataque del perico.

Cassandra sintió todas las miradas sobre ella y no pudo evitar hacer una mueca, estaba nerviosa... ¡Muy nerviosa! Y ahora que finalmente se encontraba en aquel lugar no sabía qué hacer o decir.

Francesco (señala a Max tirado en el piso): ¿Y qué hace este imbécil ahí en el piso?
Daniel (apunta a Cass con el dedo): ¡No puede ser! ¡Atacaste a Max!
Amira: Fue una equivocación.
Cassandra (guarda el arma): Se movió y pensamos que estaba maldito, y lo electrocuté como lo hice con el chófer.
Lando: ¡Traes un arma!

Francesco se estaba hartando de esta situación. Hay cinco pilotos escondidos en la casa y están molestando a las neoyorquinas.

Francesco (harto): ¡Ya basta! Por favor, dejen de hablar y quiero que ustedes cuatro, incluyendo a éste que está tirado en el suelo, expliquen a Francesco qué están haciendo aquí y por qué vinieron justamente cuando tengo invitadas.

Formula Racers: una historia de CarsWhere stories live. Discover now