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Es gracioso como algo que siempre nos causó tanto deseo, tanto anhelo, tanta ilusión, termina consumiendo nuestra vida de una forma increíble que nos hace dudar si realmente eso era lo que deseábamos.

Para muchos, un puesto asegurado dentro del Buró es algo que desean alcanzar, y para un puñado de esos muchos que desean estar en el FBI, el mayor anhelo es formar parte de la UAC. Este era mi caso, yo deseaba formar parte de dicha unidad y cuando se me dio la oportunidad de estar ahí note que el paquete era más difícil de lo que creía.

Mi nombre es Alice Crawford, y esta es mi historia y la de mis superiores, aquellos que forman parte de ese equipo excepcional.

―¡Hola, buen día! ―iba llegando al complejo donde se ubicaba la unidad de analisis de conducta, cuando tuve oportunidad saludé a un chico alto, delgado y muy apuesto que se cruzó en mi camimo. ―¿Me podría decir donde encuentro al agente Aaron Hotchner?

―¡Hola! Sí mira, ―dice volteando hacia la parte alta del lugar, señalando una puerta. ―esa es la oficina de Hotch, ahí lo puedes encontrar.

―Muchas gracias, con permiso.

Tras recibir un asentimiento de ese chico me dirigí hacia las escaleras para subir al lugar donde estaba la oficina del hombre que tanto deseaba conocer.

―Pase... ―escuché la voz de alguien al otro lado de la puerta que acababa de tocar.

―Buenos días, ¿Es usted el agente Aaron Hotchner? ―le pregunté al hombre de semblante serio pero apuesto que está firmando algunos documentos que estaban sobre su escritorio.

―Si, soy yo, ¿en que te puedo ayudar?

―Soy Alice Crawford, la hija de...

―Oh, la hija de Albert, no recordaba que venías hoy. ―me interrumpe con una sonrisa antes de que termine de hablar.

―... ―Estaba a punto de decir algo cuando tocaron y por la puerta se asomaba una chica rubia.

―Hotch, hay un caso. Oh, lo lamento, no sabía que estabas ocupado.

―Tranquila, reúne al equipo, en un momento estoy con ustedes.

―De acuerdo, con permiso.

―Bien, tu padre habló conmigo y me dijo que querías pertenecer a la UAC, ¿es eso cierto? ―Escucharlo me hacía entrar en un tipo de trance, su voz varonil tenía algo himnotizante que hacia que casi me perdiera en sus palabras.

―Si, desde pequeña he admirado el trabajo de papá y conforme crecía y conocía la labor de la UAC más deseos tenía de pertenecer a ella.

―Tu padre dice que tienes una carrera, ¿cuál es?

―Tengo una carrera en sistemas computacionales.

―¿Y aún teniendo una carrera tan práctica y diferente te llama la atención hacer perfiles?

―Si, bueno, la verdad no pensé tener oportunidad de entrar al Buró, no porque no me sienta capaz sino por que mi padre se preocupa de que su niña se pueda poner en peligro.

―Entiendo, yo también me preocuparía si mi hijo decidiera seguir mis pasos. ―Cuando escuché eso sentí una extraña molestia en el pecho, al parecer el saber que ese apuesto hombre era casado y tenía un hijo me había causado una fuerte desilusión.

―"Comportate Alice, él es mayor que tú y si logras quedarte en la unidad, será tu jefe." Aquí está la documentación que se me pidió traerle.

―Bien, si no me equivoco, tú estarás aquí haciendo algo así como un servicio social o prácticas profesionales, todo para poner a prueba tu carácter y para saber si tienes madera para el trabajo, ¿No es así?

Mi Historia En La UACWhere stories live. Discover now