El frío del deseo me está quemando los pensamientos

497 66 5
                                    


"Quiero tocar tu piel, pero tengo miedo"




El oxígeno me oprimía el pecho, estaba respirando con demasiada fuerza, pero por alguna razón sentía que aún no podía respirar con normalidad. Estaba apunto de estrellarme y aún así aceleraba con mayor fuerza e imprecisión.

Los tendones de mis manos se marcaban con más fuerza en cuanto tensaba mis musculoso. Las venas me explotaban de miedo y aún así no podía parar todas aquellas emociones que me revoloteaban la cabeza, esos murmullos que no me dejaban pensar con claridad, estaba cada vez más afectado por las millones de sensaciónes entrando a mi cuerpo todas al mismo tiempo, como un millón de pequeñas espinas por el torrente sanguíneo desde el corazón hasta mi cerebro.
El dolor de cabeza me acompañaba haciéndome retorcer, mis labios estaban secos y mi garganta picaba demasiado ¿dónde estaba mi manantial en caída libre?

No fui consciente de la cantidad de suministros que la enfermera inyectaba a mi sistema sanguíneo, pero su olor tan cerca mío me provocaba cierto asco.

Desperté dos horas después según lo que el médico me estaba diciendo tenía oportunidad de llegar a casa y descansar antes de que el celo volviera a atacarme.
Alrededor de cinco horas para correr a encerrarme en mi lugar seguro.

Eso me daba una precisión de estar en el camión y fuera de mi hogar durante tres horas. Estaba consciente de dónde estaba, sin embargo no quería ver a Macao, no quería subirme al transporte público abarrotado de gente tocandome la piel, mientras le ventilación era mala y a los choferes no les importaba nada más que pagar tu boleto.

Pagar un taxi era un lujo carísimo que no sabía si podía costearme, pero en situaciones así debía parar un momento a pensar sabía que la respuesta era gastar esos miles de bhats* . Estaba harto de esta realidad abrumadora. De mi realidad.

Escuché la suave risa de Macao acercarse junto con su olor, ese olor que me estaba taladrando el cerebro, pero ahora como un tranquilizante que me pedía a gritos querer dormir.

No quería estar cerca de Macao, no quería que me tocará tampoco quería que gritara o me pegará con sus pequeñas y fuertes manos.

Odiaba el sistema de ser permisivo con las personas con algún trastorno o discapacidad. Las personas olvidaban a diario que ellos también eran personas y no establecían límites de ninguna manera.

El respeto no impide establecer normas o límites absolutamente para nadie.

Con el paso del tiempo comprendí que también tenía derecho de sentir rechazo hacia mi familia y que eso no me hacía un hijo de mierda.

******

Vegas comprendió hace mucho tiempo que la cultura ante las personas con discapacidad era muy ignorante pues había términos precisos para señalar de manera descriptiva "persona con discapacidad...." sin embargo solo escuchaba; "persona especial, discapacitado, angelito, alguien enviado por Dios" y un sin fin de términos mal implementados que a Vegas hacia arderle el cuerpo de rabia.

Justo como entendió que no existe una diferencia entre una parsona con discapacidad y una persona sin un daño orgánico. Entendió que establecer límites y mandar a la mierda todo cuando estaba cansado no afectaba a Macao ni a su relación como hermano.

Y este momento era un momento donde quería mandar todo a la mierda, cuando se abrió la pequeña cortina que dividia su cubículo de los demás entró el doctor Pete. Sin darse cuenta Vegas aspiro fuerte su olor reteniendolo en sus pulmones el doctorcito olía jodidamente bien y en cierta manera a Vegas le enojaba que una pequeña parte de su escencia fuera corrompida por el olor de Macao.

Ninguno de los dos supo cómo empezar esa conversación después de la incómoda escena de hace unos minutos, pero Pete sabía que Vegas no se sentía bien, por alguna razón los celos en alfas son más dolorosos, pero la sociedad solo se centra en los celos de omegas con la idea de que son más dolorosos por el hecho de ser "omegas débiles" no podía soportar tanto dolor. Que se joda la puta sociedad.

Así que Pete tomo la iniciativa desde su personalidad altruista y con un poco de descontrol ante su consciente por el olor divino que soltaba ese alfa joven.

-Se que vives lejos y lo complicado que es ir en el autobús en estás condiciones, también, bueno, sabes Macao está muy alterado, no sé si es por tu olor o porque algo le moleste. Entonces, bueno, yo estaba pensando si quieres que te dé un aventón, vaya tengo un auto y el recorrido de casi tres horas se acorta a una en carro, sabes. Solo tendrían que esperarme dos horas más mientras termino turno, así puedes descansar un poco más y te ahorras toda esa odisea-

Primera regla del código ético médico "no involucrar sentimientos con tus pacientes" quebrada por el doctor Pete, pero es que ver a ese alfa joven lo volvía vulnerable y aún no sabe si es por un tipo de conexión antigua, porque su ser cuidador desborda ante situaciones complejas o porque tiene un montón de tiempo sin tener relaciones, pero todas las circunstancias apuntan a compartir tiempo en un auto bañado en feromonas que huelen delicioso.

Vegas lo miraba espectante, intentando leer todas sus intenciones, lo cazaba sin percatarse, sometiéndolo de manera natural. El doctor Pete de manera inconsciente comenzó a inclinar su cuello en señal de respeto y sometimiento, pero fueron interrumpidos por la enfermera que estaba ahí para la revisión de suero de Vegas. Asustando a ambos.

-Entonces los paso a recoger en dos horas. Descansa un poco-

Dejando a Vegas estático sin poder negar o aceptar su oferta, pero a quien engañaba Vegas, claro que quería un aventón gratis a su departamento a lado del doctor y Pete solo esperaba que la enfermera no haya presenciado su manera inconsciente de someterse ante un paciente.

Vegas sabía que Macao se encontraba sentado en el piso frío jugando con su ratoncito y unos carritos lo sabía porque podía escucharlo reír y porque apestaba demasiado al doctor Pete, como si lo hubiera impregnado de manera consciente. Y Vegas no sabía si eso le gustaba.

Después de esas dos horas no sabía si lo iba a lograr, no sabía si subirse en el auto del doctor Pete iba a ser buena idea. Se supone que el suero supresor le estaba dando tiempo, pero al ver al doctor Pete en esos pantalones apretados de vestir Vegas literalmente babeo dentro de su boca, sabía que ya no había vuelta atrás más porque Macao ya estaba tomando de la mano al doctor Pete, mientras ambos esperan que la doctora le quite el suero de hecho la chica era joven y linda, pero Vegas no estaba interesado, solo observaba cómo seguía la rutina de retiro y la escuchaba ante sus indicaciones.

Pero aparentemente el doctor Pete no pensaba igual pues de su pecho comenzaba a salir un rumor pequeño traído desde su lado más animal.

Vegas lo escuchó aunque era muy silencioso y muy dentro de él se le inflo el pecho; ¿ eso era una bienvenida a la casería? Vegas no lo sabía y tampoco quería pensarlo. Tenía el tiempo contado, tenía que irse ya para no hacer una estupidez.

- Nos vamos doctor Pete -



Nos vemos en el próximo

Hasta La Raíz/ VegasPeteWhere stories live. Discover now