Capítulo 18

2.7K 196 134
                                    

Suki, Finn, Jess y yo nos montamos en el coche de camino a la casa del lago de mi amiga. Estaba que estallaba de los nervios. ¡Había llegado el momento!

Y todo el esfuerzo había merecido la pena.

Yo iba de copiloto, y no pude evitar emocionarme cada minuto al ver que los frondosos bosques y las infinitas carreteras estaban teñidas del blanco vivaz de la nieve. Hacía demasiado tiempo que no veía nevar de esa forma.

Ese viaje no me lo iban a arruinar por nada del mundo. Ni mi familia, ni Blake, ni... bueno, su presencia.

No sabía cómo debía interactuar con él. Después de ese extraño beso, sorprendentemente las cosas entre nosotros iban mejor que nunca. De hecho, me había llamado durante las navidades, y... habíamos hablado bastante. Casi más que de normal.

Pero ahora era una situación distinta. Conviviríamos durante tres días. En persona. Cara a cara. 

Y, si no soy idiota, digamos que en alguno de esos días tendríamos que hablar por narices. Y creo que no estaba preparada para ello.

Inspiré un par de veces antes de salir del coche. Habíamos llegado.

Ahí iba. No me iba a comportar como una cría. Iba a enfrentarme a ello. A él. Qué porras, ¡Éramos amigos! ¡No iba a ser para tan...!

—¿Te ayudo con eso?

Di un respingo al escuchar su grave voz tras mi hombro.

—Maxon —suspiré, asustada. A él se le tiñeron las mejillas un poco.

Qué raro que estuviese tan guapo —nótese la maldita ironía—. Llevaba botas, un pantalón oscuro y un jersey azul marino que se le pegaba en la parte de los bíceps. No me desmayé de milagro al tenerlo tan cerca.

El resto de nuestros amigos descargaron el equipaje y todo el mundo comenzó a soltar "Ohhh" y "Ahhh" a cascoporro por lo precioso que debía de ser el paisaje con el que llevaba soñando unos tres años.

Yo estaba ocupada con otro tipo de paisaje.

—Te he asustado —asumió, y se rascó la nuca —. Perdona.

—No pasa nada. Yo...

—¿Conseguiste las flores que buscabas?

Flores. ¿Flores? ¿En qué momento una de nuestras extrañas conversaciones incluía el tema de las flores?

—Las que fuiste a buscar ayer a la floristería Whitemore —continuó, al ver que no lo seguía.

—¡Oh! Las flores... sí.

Oh, Dios. Me puse más roja que mi maleta. Comencé a reírme como una idiota nerviosa que no podía parar, y menos cuando seguía mirándome tan fijamente.

—¡Livvie, Maxon! —canturreó una voz detrás de él, era Suki — Venir, os presentaré a unos amigos.

Ni siquiera me di cuenta de que no había prestado ni un mínimo de atención a mi alrededor cuando llevaba soñando con ello unos tres años, aproximadamente. Maxon me miró y yo me encogí de brazos, así que seguimos a mi amiga. Acabó arrastrando él mi maleta.

Al final, no vinieron ni Blake, ni Brenton ni Tom.

Tom... insistí en que viniese. No quería que dejase de realizar planes por mí, pero tampoco quería incomodarlo, y me dejó claro que estaría un tiempo que no podría ni verme.

Yo... ni siquiera sabía que le había podido llegar a gustar tanto, y más viendo que no teníamos apenas nada en común, pero en fin... la vida era así de complicada. No podía gustarte a quien tú gustabas, no, tenía que gustarte lo complicado e imposible... y en mi caso, tenía nombre y apellido, y era Maxon Walker.

SIZIGIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora