Extra.

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―¿Y si me das un beso?

Juliana sonríe suavemente y se inclina hacia su esposa para plantar un rápido beso en su mejilla. Cuando se aleja escucha la queja de esta.

―¡En los labios! ―Se queja acomodando sus lentes sobre el puente de su nariz.

Juliana solo ríe mientras vuelve su atención a la mezcla del tazón entre sus manos.

Hoy están preparando un pastel en la cocina.

Es una ocasión especial.

Dicha cocina tiene una pequeña mesa con cinco sillas donde Valentina está sentada solamente viendo a su esposa e hijos preparar el pastel. Más allá está la sala compartida con el comedor y al fondo los cuartos por un pasillo.

Es un departamento moderno y cómodo para los cinco. Juliana, Valentina, los gemelos y la pequeña consentida de la casa.

Adrián y Denisse no viven más con ellos. Denisse vive en las residencias de su universidad y Adrián en un departamento por los alrededores de su propia casa; se sustenta de su música y le va muy bien por su cuenta.

―¡Quiero un beso! ―Pucherea Valentina.

―Que infantil mamá... ―Sebastián rueda los ojos mientras bate las yemas de los huevos en un tazón.

Valentina junta ligeramente las cejas. ―Lo dice el que le pide sus jugos de manzana, aunque ya esté grandecito para eso. ―Lo señala.

Sebastián se gira para sacarle la lengua y Valentina hace lo mismo. Alejandro y Juliana ríen ante la escena.

―Valentina, deja de pelear con los niños ―Juliana la regaña señalándola con el cucharón en mano, tiene una sonrisa en sus labios.

―Es tu culpa, no me quieres dar un beso.

―Que melosa eres. ―Toca la punta de su nariz con el cucharón. ―Mejor ve a bañar a Camille y vístela.

Valentina debe alistar a Camille con el vestido que Adrián le compró junto a los zapatitos que Joseph le regalaron.

«Va a verse como la linda princesa que es», piensa Valentina con orgullo.

Justo en ese momento llega ella caminando, bastante tranquila, pero animada.

―Mami Valentina. ―Ella estira sus manos frente a Valentina quien la sienta en su regazo. ―Hola mamá Juliana. ―Ella le manda un besito con su mano a la pelinegra quien le devuelve el gesto.

Valentina besa su frente. ―Mi linda princesa, ¿tú sí me darás un besito? ―Pucherea y Camille ríe.

―Si mami. ―Deja un besito en su nariz y la abraza por el cuello.

Valentina se derrite de amor por su pequeña Camille, su pequeña princesa.

Sus ojitos son marrones y grandes como los de Juliana, sus labios como los de un patito también muy similares a Juliana y por último un lunar en la mejilla. Es tranquila y sonriente como lo era ella de pequeña según su mamá.

Camille es la princesa de la casa, todos la aman.

―No puedo creer que vayas a cumplir cuatro años, princesa. ―Pega sus mejillas y solloza falsamente, la pequeña ríe.

―Mamá tontita, ¿por qué eres tan sentimental? ―Alejandro bromea. Juliana le golpea suavemente con el cucharón de madera.

―Ya no sé qué decirles. ―Juliana se rinde. Se agacha para prender el horno.

Camille frunce el ceño viendo sus hermanos. ―Mamá no es tonta. ―Palmea la cabeza de Valentina con cariño.

―Camille es la única que no se burla de mí. ―Le saca la lengua a Alejandro y Sebastián, pero ellos solo ríen para burlarse entre ellos.

Cenizas De Un Amor | ✓Where stories live. Discover now