Cenizas De Un Amor | ✓

Capítulo 13.

"Una visita al pasado"

El atardecer pintaba el cielo, y un automóvil rojo estacionaba frente a una casa blanca.

―Y aquí es, pueden quitarse los cinturones de seguridad.

Joseph dijo mientras estacionaba el carro. Adrián y Denisse asintieron para quitarse los cinturones. Los tres bajaron del auto, los adolescentes captaron una gran casa blanca, elegante y moderna. La miraron con sorpresa.

―A juzgar por sus rostros, les impresiona, ¿Verdad?

―Se ve muy elegante, ¿Ustedes vivieron ahí? ¿Eran de clase alta?

―Clase media alta, sí. ―Dijo guardando las llaves del auto en su bolsillo. ―Vivimos aquí con muchas comodidades por años, pero no se confundan, nuestros años aquí no fueron color de rosa.

Adrián pensó «¿Algún día les contarían su historia completa en aquella casa?»

―¡Oh! Ya llegaron. ―Señaló Joseph con el mentón detrás de los chicos.

Los adolescentes voltearon para ver como el auto de su mamá se estacionaba detrás del de Joseph. Poco después Valentina, Juliana y los gemelos bajaban del carro gris.

Ellos decidieron viajar en el auto con su tío Joseph mientras los gemelos quisieron llegar con Juliana y Valentina.

―Listo, ya estamos aquí. ―La voz de Juliana sonaba nerviosa. Joseph lo notó.

«Después de tantos años, estamos de vuelta aquí...» Pensó Joseph.

El peli-marrón aprovechó que Valentina estaba distraída acomodando algunas cosas en su maletera, se acercó a Juliana y le sonrió para tratar de calmarla.

―Joseph...

―¿Estás segura de querer entrar?

Los gemelos al oír la conversación de los adultos se acercaron a sus hermanos para esperar a los mayores.

―Sí... tampoco puedo huir de ellos toda la vida, en algún punto tengo que enfrentarlos. ―Su hermano puso una mano en su hombro.

―¿Ya estás lista para verlos sin rencor alguno? Porque la verdad, yo aún les tengo cierta incomodidad.

―Ya no, al menos no como antes. Creo que lo he superado, Joseph. Así que no te preocupes tanto, estoy bien.

―Pero si ellos en algún momento te hacen sentir incómoda...

―Lo sé, te lo diré. ―Puso su mano sobre la de su hermano en su hombro.

Joseph suspiró y asintió para alejarse. Valentina se acercó con una sonrisa nerviosa.

Ella estaba algo inquieta con esta visita. Nunca oyó buenas cosas sobre la familia adoptiva de Joseph y Juliana. Su mejor amigo siempre recalcó lo malos que habían sido, como lo habían tratado a él y a la pequeña Juliana, pero más a la última por ser la menor de la casa.

Rodeó los hombros de Juliana y dejó un beso en su mejilla. Valentina era consciente de lo que podría estar sintiendo Juliana, aunque esta quisiera enfrentarse a ellos, sabía que sería duro para ella.

―Bien, entremos. ―Ordenó Joseph caminando hacia la casa.

Alejandro y Sebastián tomaron cada mano de su tío Joseph. Denisse y Adrián prefirieron estar detrás.

Cuando estuvieron frente a la puerta Joseph tocó el timbre y poco después la puerta se abrió revelando una mujer bajita y regordeta con las típicas prendas de una sirvienta.