Odio ficticio

CAPÍTULO 54: Técnicas

Rev Hearst

Termino de preparar el biberón agregándole un poco de agua caliente para entibiarlo y cierro la tapa. Agito con fuerza antes de devolverme a las escaleras llevándole la leche a Jania, pero me detengo en el pasadizo encontrando la puerta de la habitación abierta y escuchando una voz en el interior.

—Jania, soy tu papá y él es Xerxes, tu hermano mayor.

—Hola Jania, ¿quieres ver mis trenes?

—¿Papi?

—Si... —su voz se quiebra y yo no puedo contener el llanto —. Soy... papi...

—Aaaaah ¡papi! —exclama emocionada.

Lo escucho quebrarse, solloza e imagino que la está abrazando, no puedo ver mucho y no quiero interrumpir el momento, tan solo me acerco un poco más a mirarlos. La sostiene con fuerza pasando sus manos por encima de su cabello.

Inhala su aroma levantando el rostro a la ventana. Pego una mano en mi pecho sollozando, muerdo uno de mis dedos para que no me escuche, y solo los oigo a ellos, ellos llorando, los dos. Jania sollozando y Xander repitiéndole cosas bonitas que se me escapan de la mente a los dos segundos.

—Te adoro, te adoro tanto —susurra besándole las mejillas apretujándola una vez más —. Perdóname, cariño, perdóname...lo siento...

—No, papi, no, oes...

Debería decírmelo a mi porque estoy como una magdalena, siento las gotas saliéndose por todo mi rostro y no puedo ni moverme. Ella simplemente lo abraza con fuerza al igual que él.

Ay, ¿Por qué tuvo que suceder? ¿Por qué a nosotros? pudimos ser felices sin tantas cosas, sin tanto daño y ahora tengo que ver como se les parte el corazón, tengo que sentir como se me parte el alma al oírla decir eso. Solo tiene tres añitos, es una nena.

Sollozo tapándome la boca bajando la mano hacia mi cuello. Me limpio con las manos sin soltar el biberón. No me percato de que Scarlett va subiendo, al verme se pone a llorar y corre a abrazarme rodeándome con sus brazos. Le planto un beso en la coronilla escuchando los sollozos de mis hijos al interior de la habitación.

—Ya está —susurra pasando sus manos por mi espalda —, ya nadie os hará daño...nadie, ¿sí? Ya no llores...

Ladeo la cabeza apretujándola a mi cuerpo. Suspiro escuchando como el tararea una canción suave besándole la coronilla. Scarlett se queda viendo la escena y presiona el biberón pegándolo a mi pecho, me hace un gesto para que ingrese.

Asiento sin decirle nada, ella retrocede secándose las mejillas y baja llevándose a Issac que le pregunta algo. Contengo el llanto que amenaza con salir una vez más y los miro a ellos. Nunca me voy a cansar de mirarlos.

Se separa de ella, ambos llorando, sus rostros rojitos por las lágrimas. Jania repite "papi" a cada nada y el no deja de besarle el rostro. Xerxes a un lado sonríe y Xander lo jala para abrazarlo. Los sostiene a ambos en sus brazos, a Xerxes le da un beso y a ella también, pero la besa más, la aprieta más, la abraza con todo lo que tiene, como si se la fueran a quitar.

Camino unos pasos y el voltea limpiándose las mejillas, le muestro el biberón antes de que vaya a decir algo. Asiente retrocediendo, pero le pongo el biberón en su mano haciéndole un gesto para que se lo de, tal como hizo conmigo cuando vi a Xerxes.

—Hazlo —le indico empujándole un poco —. Date prisa, que no ha comido nada.

Jania me mira y le hago un gesto para que se acerque a su papá, lo abraza del cuello dejando que el la cargue. Xander se sienta en el borde de la cama poniéndole el biberón en la boca. Ella se lo permite pese a que ya no deja que nadie le haga eso.