Lie to me - Billy Hargrove +18

Viejos alumnos

El día en el lago fue maravilloso, como los viejos tiempos, volvimos a ser unos niños pequeños de nuevo.

Jugando en el agua.

Haciendo lo que Axel nos decía.

Billy no se separó de él en ningún momento.

Los dos reían a carcajadas mientras iban en contra de Steve y Eddie en los juegos.

Me di cuenta de que se parecía a Billy más de lo que creía.

Se había hecho tarde y estábamos aparcando en casa de mi madre, Axel estaba muy cansado y ya estaba medio dormido en el coche.

Eddie y Robin habían tenido la maravillosa idea de ir a la fiesta del instituto, a la fiesta para los viejos alumnos.

No lo teníamos muy claro los demás, pero podría ser divertido ver a los demás, así que todos aceptamos.

Mi madre cogió a Axel en brazos ya medio dormido y me aseguró que si pasaba cualquier cosa me llamaría.

Yo le aseguré que por la noche iría a casa a buscarle o dormiría ahí y nos iríamos por la mañana.

Salimos de mi casa y nos paramos en la antigua casa Nancy y yo para arreglarnos.

Habíamos quedado con los demás en que nos veríamos en el instituto.

Cada una se fue a su habitación a arreglarse y cuando las dos estuvimos listas, nos subimos al coche de Nancy.

Ella arrancó.

- Ya puedes decirme que está pasando entre vosotros dos. -dijo ella rompiendo el silencio.

- ¿Con Billy? -pregunté obvia.

- Veo como lo miras, Heather, como lo hacías antes y veo como él os mira a vosotros, a ti y a Axel. -dijo ella.

- No sé que hacer, nunca dejé de quererlo pero cada vez que le veo recuerdo todo el daño y sigue doliendo, luego veo a Axel feliz a su lado y me hago un lío aun más grande. -expliqué retorciéndome los dedos nerviosa.

- Ya sabes que yo quiero lo mejor para ti y para Axel, pero eres tu la que decides en esto, es tu corazón el que manda. -dijo ella.

Yo no contesté, la miré y ella me dedicó una rápida sonrisa.

Solo yo tenía la respuesta a todo eso.

Llegamos al instituto, repleto de gente.

Y los recuerdos me abordaron como un huracán, pasando a toda velocidad por mi mente.

Los chicos ya estaban ahí y cuando llegamos todos tenían una gran sonrisa.

Faltaba Chrissy.

- ¿Y tu chica, Munson? -pregunté.

Ninguno contestó, solo sonrieron más.

Entonces Chrissy apareció de detrás de ellos, vestida con el uniforme de animadoras y otro en las manos.

- Ni de coña. -dije al ver lo que querían hacer.

- Como en los viejos tiempos, capitana. -dijo Chrissy tendiéndome el uniforme.

Yo sonreí al cogerlo.

- Heather, te seguirá quedando genial. -aseguró Steve.

-Queremos verte con el puesto. -animó Robin.

Y todos a coro empezaron a gritar mi nombre.

Yo me reí.

- Seguro que te sigue quedando igual de bien, preciosa. -dijo Billy y mi risa se paró en seco, mirándolo a los ojos.

Él sonreía y entonces lo vi.

En los vestuarios, en los entrenos, cada momento con él.

- Dadme un minuto. -dije y me metí en la camioneta de Eddie para cambiarme.

Salí una vez vestida y todos aplaudieron, me seguía quedando igual de bien.

Billy me miraba de una forma diferente, como si él también hubiese recordado todo.

Mi corazón aulló de dolor al no poder abalanzarme sobre él.

Y entramos.

Encontramos a las demás animadoras y a compañeros que hacía años que no veíamos.

Fuimos a la mesa de las bebidas y bebimos entre risas, hablando con unos y con otros.

Hasta que las puertas se abrieron y entró Jason con la mano de una chica.

Alguien que conocíamos demasiado bien.

Yo me quedé quieta en el sitio, apretando el vaso con fuerza.

- Heather, vámonos. -dijo Steve llegando a mi lado y apoyando su brazo encima de mis hombros, para controlar que yo no la liara.

Jason y su chica se acercaron directos a nosotras.

- ¡Pero si es la zorra de pueblo! -sonrió Emma al verme.

Steve me apretó más contra él.

Billy se plantó delante de mi.

- ¿Qué haces aquí? -preguntó de mala gana.

- He acompañado a mi novio. -dijo y besó a Jason.

Todos pusimos una cara de asco que no sabíamos si vomitar ahí en medio o no.

Jason sonreía con orgullo.

Sus compañeros de equipo le llamaron y Emma se quedó sola con nosotros.

- Te he echado de menos, Billy, sigues igual de guapo, podríamos ir a dar una vuelta. -dijo acercándose a él.

Yo flipaba.

- Aléjate, estás con Carver. -le escupió Billy de mala gana.

- Eso es solo pasajero, el amor de mi vida siempre vas a ser tu. -dijo ella acercándose más.

- Te han dicho que te vayas, ¿quieres que te lo diga yo? -pregunté soltándome de Steve y caminando hacia ella.

- Nadie estaba hablando contigo. -dijo de mala gana.

- Ahora sí, fuera de mi vista, zorra. -me acerqué más a ella.

- Billy, amor, dile algo. -le puso cara de cachorrito mojado y yo me mordí la lengua para no romperle la cabeza ahí mismo.

- Emma, fuera. -dijo Billy.

- ¿Le has contado como me besaste? ¿le has contado como me consolaste cuando vine corriendo a ti? mientras ella estaba en su casa esperándote y tu metías tu lengua en mi garganta, como casi lo hicimos, solo porque ella interrumpió. -dijo Emma y yo palidecí.

- ¡Se acabó! -gritó Robin alejando a Emma de mi.

- No te lo vamos a decir de nuevo, fuera de una puta vez. -dijo Eddie interponiéndose entre ella y yo.

Pero yo no pude más.

Me derrumbé.

Los recuerdos, el dolor, la traición.

Todo volvió de repente y mis lágrimas se acumularon en mis ojos, apunto de estallar.

Y salí corriendo.

Escuché gritos y pasos detrás de mi.

- ¡Billy! ¿dónde vas? -gritó Eddie.

- ¡La perdí una vez y no pienso perderla de nuevo! -gritó Billy, más cerca de mi.

Pero yo aceleré el paso y corrí más y más.

Crucé las puertas y corrí hacia el gimnasio, donde sabía que no habría nadie.

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