𝑨𝒄𝒉𝒊𝒍𝒍𝒆𝒔 𝒉𝒆𝒆𝒍-🌴🍍
‟Porque tu eres mi puto talón de Aquiles, Goldy. Eres mi única debilidad, la que me importa. Si salgo herido, si me roban, si me encierran en la cárcel, si me insultan o se ríen, no me importa. No me importa mientras t...
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WARD CAMERON HABÍA MUERTO.
Sí, por mucho que afirmen que hierba mala nunca muere, el había conseguido romper ese dicho con creces.
Todo sucedió demasiado rápido.
Horas después del suceso de la llave, el abuelo de Topper firmó la orden de arresto que la policía necesitaba para meter a Ward en la cárcel junto a su hijo por los delitos cometidos. Los problemas comenzaron cuando hicieron acto de presencia en su mansión y no había rastro alguno de el. Rose dijo que se había marchado hace un rato y a partir de ahí, las cosas empeoraron aún más. Ward Cameron adoraba la atencion. La gente lo sabía. Había intentando por años y años ser esa familia prestigiosa de buen nombre, la más importante de Outer Banks. En cierta forma lo había conseguido. Y cómo era de esperar, incluso en sus últimas horas de vida tenía que idear un plan, bastante enfermizo, para que le recordaran incluso después de su fallecimiento.
Prendió fuego a su yate, con el dentro, delante de todo el cuerpo de agentes y especialistas. También de su propia hija. Así sin más. Ni un poquito de anestesia.
Goldy aún podía recordar los gritos desesperados de su amiga mientras que ella y Topper intentaban consolarla. No fue una escena bonita y aunque tuvo muchos problemas con el hombre, no le gustó nada presenciarlo, tampoco hacerse a la idea de que se había suicidado.
Tiempo después salió un video suyo. Más específicamente, un video de su confesión. Ward había cargado con todos los delitos incluido el asesinato de Peterkin, quitando todas las sospechas hacia el primogénito mayor de la familia.
La situación era surrealista.
Pasaron de tener una agradable reunión entre amigos para celebrar el ingenio de JJ al intercambiar las llaves, a presenciar una de las peores escenas de sus vidas. Y ahora, estaban en mitad de un examen de álgebra como si nada hubiera ocurrido.
—Goldy—le llamó el pecoso por lo bajo. Ella desvió la vista del estúpido problema que no conseguía resolver y lo miró—. ¿Cuál es la respuesta de la quinta?
—¿A mí me lo vas a preguntar?—susurró de vuelta, con cuidado de que el profesor no la escuchara—. No tengo ni idea.
Era malisima en matemáticas. Siempre iba a recuperación y sacaba como mucho un cinco raspado al final del curso. El resopló y se estiró en su asiento, jugando con el lápiz entre sus dedos. Con el asunto de Ward, ninguno había tenido la oportunidad de estudiar un poco antes del examen. Ni siquiera Pope, aunque el tenía la ventaja de su privilegiado cerebro, por lo que probablemente sería el único de los cinco en sacar una nota decente.
—Muy bien, chicos. Los últimos diez minutos del examen han acabado, que nadie escriba nada más, lapices arriba.
John B se rascó la nuca. Sólo había respondido a cuatro preguntas de diez.
