𝟖. 𝑵𝒆𝒄𝒌 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔.

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𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟖; 𝑩𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐.

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟖; 𝑩𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐

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EL ROBO DEL DRON, A PESAR DE HABER
TENIDO VARIOS INCONVENIENTES, salió victorioso y efectivo. Por tanto a la mañana siguiente—demasiado pronto para Goldy—los chicos decidieron poner rumbo hacia la equis marcada en el mapa del señor Routledge. Gold se sentía como en una pelicula de piratas del caribe; Un bote hundido, mapas del tesoro, persecuciones y un botín de cuatrocientos millones de euros. Estaba viviendo su fantasía de los diez años, exceptuando la presencia de Orlando Bloom y Johnny Depp junto a ella en el mismo barco.

—JJ, para. Es aquí donde marca la equis—habló John B sobre el ligero sonido del viento—. Gold, Kiara, el dron.

Las chicas se acercaron al borde, la más pequeña con el amarillo aparato entre sus manos. Lo sumergieron con delicadeza, siendo la de rizos la que iba soltando la cuerda poco a poco, hundiendo el dron bajo el agua. Mientras John B observaba por la pantalla, calculando la distancia y dando varias órdenes al rubio para que moviera el bote.

Pope por su parte era el encargado de la cámara conectada al dron.

—Vale, JJ, estamos justo encima. Diez segundos, noroeste.

—¡Treinta metros!—informó Kiara, viendo la marca roja en la cuerda. Siguió bajando, pues la distancia que les quedaba aún era bastante. La morena a su lado lo apuntaba con una tiza blanca—. ¡Sesenta metros!

—Como dicen en el Hobbit; Bajando, bajando al pueblo de trasgos, vas tú, muchacho.

—¿Qué dices, Pope?—rió Goldy, mirándolo con las cejas alzadas.

—¿No has visto el Hobbit?

—No, me parece muy aburrida.

—¿El Hobbit aburrido?—exclamó incrédulo—. ¿Qué clase de gustos cinemáticos tienes?

—¡Ciento veinte metros!

Lo apuntó corriendo—. No sé, Pope. Siempre me quedaba dormida cuando las ponía.

El iba a contestarle, completamente indignado con la respuesta de su amiga, pero se asustó al ver un pez moverse por la cámara. Pegó un saltito, llamando la atención de los demás.

—¿Has visto algo?—inquirió JB exaltado.

—Oh, no. Era un pez, lo siento.

El pecoso volvió a sentarse con el rostro serio, sin una de sus típicas sonrisas. Gold sabía lo importante que era esta expedición para el, no sólo se trataba del dinero, también de continuar con lo que había empezado su padre—y aunque no esté presente—hacer que se sienta orgulloso. Por ello todos ponían de su parte a pesar de la gran tormenta que se avecinaba. JJ movió el barco ante las órdenes del moreno, provocando que las chicas casi perdieran el equilibrio, tuvieron que sujetarse el pelo con unas gomillas para poder seguir con su trabajo sin que el viento les afectara.

ACHILLES HEEL➵ Outer BanksWhere stories live. Discover now