𝑨𝒄𝒉𝒊𝒍𝒍𝒆𝒔 𝒉𝒆𝒆𝒍-🌴🍍
‟Porque tu eres mi puto talón de Aquiles, Goldy. Eres mi única debilidad, la que me importa. Si salgo herido, si me roban, si me encierran en la cárcel, si me insultan o se ríen, no me importa. No me importa mientras t...
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John B se había ido.
Aquella era la frase que más se repetía en la cabeza de Golden Rodriguez. John B, su mejor amigo de la infancia, aquel con el que compartió interminables noches en vela entre risas se había ido para siempre.
¿Y lo peor de todo? Se había ido por su culpa.
Goldy cambió durante el último mes. Se aisló de la vida, de sus amigos y de su familia. No quería salir de su cuarto, había perdido el apetito y se negaba a hablar con alguien por más de dos minutos. Estaba triste.
Triste y perdida.
No sabía cómo controlar sus propias emociones sin herir a los demás. Lloraba la mayoría de las noches culpandose por no haber insistido en mandar al chico a ese juicio en el que defenderían sus derechos. Si no se hubiera dado por vencida tan rápido, probablemente el barco no se habría hundido. Pero lo hizo, llevándose también a Sarah Cameron.
Dos vidas. Dos vidas perdidas por su culpa.
Sus amigos estaban preocupados por ella. No salía, tampoco contestaba a los mensajes. La única con un poco de privilegio era Kiara, quién la visitaba tres veces por semana y se quedaba con ella por las noches, consolando su llanto. La chica tenía incontables pesadillas en las que su cerebro le jugaba una mala pasada, veía como el barco se hundía una y otra vez en su mente, sin descanso. En otras ocasiones era John B quién salía en el sueño, ella corría intentando llegar a el para abrazarlo, pero cada metro que avanzaba parecía que el chico estaba cada vez más lejos.
Estaba rompiéndose poco a poco.
No solo se había distanciado de los demás, su relación con el rubio se fue al traste. El estaba desesperado por hablarle y besarla, pero Goldy no se creía digna de mirar aquellos preciosos ojos azules después de lo que pasó. Simplemente no podía. A pesar de eso, JJ nunca tiraba la toalla. No iba a hacerlo porque la amaba con todo su corazón. Si era necesario, lucharía por ella de nuevo.
¿Quién diría que la mejor terapia que pudo tener fue empezar otra estúpida aventura en busca de una cruz de oro?
