❝Cualquiera sea el camino que elijas, yo te apoyaré siempre.❞
→ Kaede fue criada para ser un arma, un simple objeto con el que jugaban por mucho que rogase por su mísera vida. Sus pensamientos, sus lágrimas, incluso los latidos de su corazón habían...
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DULCE.
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Kaede no pudo evitar sorprenderse cuando probó por primera vez en toda su vida los dangos. Y definitivamente Aizawa soltó un suspiro cuando vio a la pelirroja pedir más y más, sabiendo que lo que iba a sufrir las consecuencias sería su cartera; pero si era por la ilusión de su sobrina entonces haría ese esfuerzo. El Festival Cultural estaba funcionando muy bien y todos lucían muy contentos con el trabajo que habían hecho: habían podido por fin sacarles más de una sonrisa a ambas chicas y que estas estuvieran disfrutando de los juegos, la comida, los espectáculos y que se divirtieran entre otras muchas cosas les hacía sentirse muy orgullosos.
━¿Qué es esto?━preguntó la pelirroja confundida señalando la azucarada comida de aquel puesto, y tanto Shoji como Tokoyami no pudieron evitar intercambiar una mirada y después asentir para sacar un par de monedas y compartir de ese dulce con su mejor amiga.━En serio, no tengo idea de que es esta cosa... ¿sabe bien?━insistió no muy segura de que le gustara.
━Tú solo dale un mordisco.━respondió Fumikage insistentemente.
━Es dulce, seguro que te gusta.━añadió Shoji seguro de sus palabras.
Finalmente la Akaguro le dio un mordisco. Y en cuestión de segundos, el algodón de azúcar se había vuelto su comida favorita sin lugar a dudas. Kaede miró con un especial brillo en sus ojos el algodón de azúcar y de inmediato se giró hacia el puesto con su cartera en su otra mano, tratando de sacar todo el dinero posible para llevarse más de ellos. Sus dos mejores amigos intentaron detenerla porque si no se llevaría todo el algodón de azúcar del festival, por lo que la pelirroja simplemente compró otros tres más cuando se acabó el que comenzó antes.
De repente notó cómo alguien tiraba de sus pantalones, e inmediatamente la chica bajó su cabeza para mirar a Eri, quien la observaba un poquito tímida pero con una bonita y emocionada sonrisa entre labios.━Kaede-san, ¿qué es eso?━preguntó señalando el algodón de azúcar que traía entre manos, y aunque a Kaede no le hiciera mucha ilusión compartir su nueva comida favorita; con la peligris hizo una excepción y le entregó uno de los tres que tenía.
