❝Cualquiera sea el camino que elijas, yo te apoyaré siempre.❞
→ Kaede fue criada para ser un arma, un simple objeto con el que jugaban por mucho que rogase por su mísera vida. Sus pensamientos, sus lágrimas, incluso los latidos de su corazón habían...
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APOYO.
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Eri se sintió realmente emocionada aquellas semanas al estar acompañada de la pelirroja. Y es que Kaede le estaba enseñando a la menor lo que era una vida normal y tranquila, lo que sus amigos le habían enseñado; la llevó a pasear y a tomar helado, a ver una película, a jugar al parque y comer afuera. Esa era la infancia que la mayor hubiera deseado en vez de vivir encerrada en un laboratorio como un simple experimento, pero estaba feliz de que la peligris pudiera vivir aquello finalmente en vez de sufrir día tras día por culpa de las personas que corrompían y envenenaban cada vez más aquella sociedad. La pequeña había sonreído un poquito y de forma inconsciente cuando probó por primera vez el helado de chocolate, y la Akaguro desde entonces le tomó un aprecio especial a la chica que había salvado. Y por supuesto Eri ya la veía como la hermana mayor que nunca había tenido, y siempre quería estar pegada a la mayor y que no se marchara de su lado.
Aizawa soltó un suspiro aliviado al ver que ambas se ayudaban mutuamente a mejorar emocionalmente. Porque Kaede le daba a Eri felicidad y experiencias nuevas y agradables y ella misma le brindaba a la pelirroja una tranquilidad y un cariño que no había sentido desde que se separó de su maestro; haciéndole olvidar en ocasiones el incidente con su hermana mayor. Se notaba desde lejos que las dos compartían un gran cariño entre ellas, y tan solo esperaba que aquel vínculo creciera y tanto Kaede como Eri pudieran sonreír genuinamente aquel día que les esperaba en el Festival Cultural.
Y efectivamente la Clase A había conseguido mantener en secreto lo del concierto porque: Kaede se pasaba el día con Eri afuera de la U.A. y Mirio en ocasiones las acompañaba, volvía tarde y solo se la pasaba durmiendo o jugando con Kuro, y todos le ocultaban eso. Tampoco es como si hablara con gente de otras clases porque no tenía una buena reputación, por lo que realmente no había manera de que la pelirroja se enterara de aquello.
━¡Esa ropa es muy linda! ¿La elegiste tú, Kaede-san?━preguntó Mirio una vez llegaron a la entrada de la Academia, observando la ropa de Eri.
━Sí. Mi tío Aizawa trató de elegir su ropa, pero era un tanto... curiosa.━respondió recordando el nulo sentido de la moda del mayor, que tan solo rodó los ojos ante sus palabras.━Solo digo la verdad.
