❝Cualquiera sea el camino que elijas, yo te apoyaré siempre.❞
→ Kaede fue criada para ser un arma, un simple objeto con el que jugaban por mucho que rogase por su mísera vida. Sus pensamientos, sus lágrimas, incluso los latidos de su corazón habían...
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NOROI, EL EXPERIMENTO DE LOS HÉROES.
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Kaede siempre supo que cada uno de sus movimientos, cada una de sus respiraciones y cada uno de los latidos de su corazón estaban controlados por las personas que la rodeaban. Encerrada día y noche en ese laboratorio desde que tenía consciencia, ella había aprendido que su mera existencia era para cumplir la función que le habían asignado desde que nació: ser un arma, un arma para la sociedad de los héroes.
Debía ser esa nueva arma, ese nuevo peón con el que los héroes mantuvieran la sociedad y el mundo sobre el que caminaban cada día. La iban a utilizar a su gusto, para deshacerse de los villanos o cualquier persona que supusiera un peligro para ellos... Porque a esos héroes que supuestamente les importaba la vida de la gente, las sonrisas y la felicidad de su país, en realidad solo querían mantener su fama, su insaciable ansia por el dinero, su estatus social. Todos sus privilegios para ellos.
Por eso cuando la pequeña Noroi en aquel entonces aprendió el significado de los héroes, en vez de pensar en cumplir su misión y ayudarlos en realidad se preguntó: ¿quién la ayudaría a ella, quién le quitaría todo ese dolor que sentía por culpa de las jeringas, los cables en su cuerpo y su incontrolable kosei?
Su padre siempre la había tratado como una criminal. La culpaba de haber asesinado a su madre, cuando en verdad la mujer tuvo complicaciones en el parto y todo fue su culpa por continuar los experimentos en su cuerpo aún estando embarazada. Ellos dos solo se preocupaban por el poder, y siendo su otra hija un experimento fallido, ella llegó de forma inesperada para continuar la investigación y obtener aquel arma que tanto deseaban.
Sin embargo hubo una persona que no la dejó caer en la oscuridad y le dio esperanzas de que algún día podría ser libre. Su hermana mayor, Fujiwara Aika.
━Aika...━la llamó Noroi, tumbada sobre la camilla. La pelinegra observó desde la puerta el estado de su hermana menor, estaba pálida y con el cabello rojo por los hombros, sus ojos se veían cansados y aún así tenía una pequeña sonrisa por verla a ella. La menor extendió su mano, esperando a que ella la tomase.
