❝Cualquiera sea el camino que elijas, yo te apoyaré siempre.❞
→ Kaede fue criada para ser un arma, un simple objeto con el que jugaban por mucho que rogase por su mísera vida. Sus pensamientos, sus lágrimas, incluso los latidos de su corazón habían...
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CONVICCIÓN.
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Todoroki miró un tanto triste de reojo el asiento vacío cercano a su sitio. Todos en la clase habían notado la continua falta de los alumnos que cursaban las pasantías, pero en los últimos días uno de ellos y especialmente su tutor se habían ausentado demasiado. Algo extraño debía estar pasando, ya que el heterocromático había visto la expresión intranquila en su amigo, y sobre todo no había vuelto a ver a Kaede sonreír; y realmente extrañaba la risa de la pelirroja. Parecía que todos los esfuerzos que sus amigos y él hicieron por verla feliz, se esfumaron de un día a otro por algo que desconocían por completo. Shoto no sabía bien qué cruzaba la mente de la Akaguro, porque no quería hablar con nadie ni compartir su tiempo de almuerzo con ellos, simplemente se ausentaba y no estaba durante la mayoría de las clases. Y no negaría que estaba sumamente preocupado por ella, pero, la pelirroja se distanció de todos desde aquel día que volvió de sus pasantías con una mirada diferente a la que solía tener.
Porque aquel día algo definitivamente cambiaría. Y la incursión en la base de la Yakuza estaba por empezar después de haber conseguido que Nighteye entrara en contacto con uno de ellos y usara su kosei, llegando así hasta la ubicación en la que se encontraba la pequeña Eri. Kaede, quien tenía la mirada perdida en el objeto que había en sus manos; el antifaz de su maestro, tenía demasiadas cosas en la cabeza como para poder concentrarse, en ese instante sentía que le faltaba la convicción que una vez Stain le enseñó. Sin convicción nadie podría cambiar nada, ella parecía haberse rendido y el brillo de su sonrisa había desaparecido.
La culpa cada vez podía más con Kaede, y sin convicción y sin un camino que elegir no podía continuar adelante. Pero no podía detenerse en aquel momento, no cuando le prometió a esa niña que iría en su rescate y la salvaría de las garras de Overhaul. La pelirroja entrecerró sus ojos y apretó sus labios notando los nervios recorrer su cuerpo, porque habían tantas cosas que podían salir mal que sentía que estaba a punto de colapsar.
━Sensei... ¿qué harías si estuvieras aquí?━susurró para sí misma, para después morder su labio sintiéndose cada vez más intranquila. Pero al momento cerró los ojos y soltó un quejido, sabiendo bien lo que tenía que hacer.━No... no puedo depender más de nadie, tengo que hacer las cosas por mí misma y cargar con la culpa.━murmuró tomando con firmeza el antifaz y colocándolo sobre su rostro, cansada de tener que ser siempre la persona que pagaba por todo, pero era lo que a sus ojos debía de hacer.━No me echaré atrás nunca más, debo seguir con nuestro sueño y mi convicción, ya no hay vuelta atrás... Voy a rescatar a Eri.
