❝Cualquiera sea el camino que elijas, yo te apoyaré siempre.❞
→ Kaede fue criada para ser un arma, un simple objeto con el que jugaban por mucho que rogase por su mísera vida. Sus pensamientos, sus lágrimas, incluso los latidos de su corazón habían...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
UNA AMISTAD CRECIENTE.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kaede tragó en seco un poco nerviosa mirándose en el cristal de aquella tienda mientras Uraraka y Tokoyami la acompañaban. Se ajustó las gafas de sol que llevaba y miró la forma inusual en la que llevaba su cabello, liso y suelto y no recogido en una trenza como solía hacer. Además llevaba el flequillo apartado a ambos lados de su rostro y ropa que le había ayudado a elegir la castaña.
Se veía diferente, bastante diferente.
━¿De verdad no se nota que soy yo?━preguntó ladeando la cabeza no tan segura.
━Sí.━contestó Tokoyami de forma simple y siendo sincero.
━¡De verdad, estás irreconocible!━respondió Ochaco colocando una mano en su hombro.━¡Shoji-kun, ven!━llamó a su amigo, que se acercó para ver qué estaban tramando esos dos con la pobre pelirroja.
━¿Qué pasa?━preguntó confundido.
━¿A que está muy diferente?━dijo Uraraka señalando a la Akaguro, que hizo una mueca temblando ligeramente por la idea de ser reconocida en pleno centro comercial.
━Pues sí.━respondió y sabiendo que él no le mentiría Kaede soltó un suspiro de alivio.━Además, hay muchas personas pelirrojas, por lo que uno la reconocería a ella sería por sus ojos, ¿cierto?━preguntó.
━Definitivamente, tiene unos ojos únicos.━contestó Fumikage haciendo sonreír a la chica por su comentario.━Venga, vámonos, quiero comprar ya.
━¡Vamos!━dijo la Akaguro acompañada de Tokoyami y Shoji mientras caminaban viendo los escaparates de las tiendas.
Primero ayudaron a Tokoyami a elegir una espada que quería de un videojuego para su habitación y que casi se le cayó a Kaede por estar jugando con ella. Después de un pequeño sermón de Fumikage de por qué no debía jugar con las cosas de los demás ayudaron a Shoji a elegir una nueva máscara y un par de camisetas de su tamaño.
El problema fue cuando llegó el turno de Kaede de comprar algo. Y es que de tantas cosas que veía en las tiendas por primera vez, la pelirroja se sentía indecisa de qué comprar aprovechando que nadie la había reconocido. Sus amigos soltaron un suspiro cansados por todo el recorrido que les había obligado a hacer la chica en algo que alcanzase el dinero que le había dado su tío.
