JAYDEN [BETRAYED #3]

41: 𝓘 𝓭𝓸𝓷'𝓽 𝓱𝓪𝓽𝓮 𝔂𝓸𝓾, 𝓘 𝔀𝓲𝓼𝓱 𝓘 𝓬𝓸𝓾𝓵𝓭

NÉMESIS HOLDER

Menuda mierda.

¿Quién se creía Morgana para hacerme esperar en su maldita y repugnante sala de estar antes de entrar a su supuesta oficina? Ni que fuese la primera dama de Estados Unidos.

Resoplé tomando un cuadro entre mis dedos, mostrándonos a ella y a mí momentos antes de adoptar a Alex.
Dejé el cuadro boca abajo mientras seguía deambulando por la sala.

- ¿Vas a quedarte mirándome todo el rato? - le pregunté a Nick por encima del hombro.

- Como comprenderás, no eres de fiar.

Solté una risa amarga, por supuesto que no. Yo iba para el bando que me favoreciera. Antes era Morgana porque quería hundir a los Hossler, después los Hossler porque quería matar a Morgana y ahora estaba intentando estar de nuevo con ella, aunque iba a ir a mi bola, porque los Hossler estaban perdidos y desprotegidos.
Yo era su comodín y el mío propio, o empezaba a actuar a solas, como antes, o nos comerían vivos.

- Creo que no tienes el derecho suficiente para decir eso. No conoces a la perfección la relación entre mi madre y yo.- le regalé una sonrisa amarga mientras seguía paseando por la sala.- ¿Hace cuánto que estás con ella? ¿Un mes? ¿Quizá dos? Y por orden de tu padre.- puse una mueca divertida mirándolo fijamente.

No se tensó, le dio exactamente igual.

- A mi padre le queda poco en el liderato, sino, de no ser por su enfermedad terminal, creéme que no hubiera desperdiciado el tiempo en venir a ver a tu madre.- sonrió ladinamente y le regalé una mirada aburrida.

- Déjame adivinar, los dos villanos de la historia que comparten polvos pero nada más.

- No me interesa saber a quién le abre mi padre las piernas.- respondió metiendo las manos en los bolsillos.

- A mí ni siquiera me interesa mi madre.- me encogí de hombros susurrando para mí.

Me desplomé en el sofá, intentando centrarme en cualquier otra cosa que no fuera la mirada de Jayden, su ira o la decepción en el rostro de Lenna o cualquiera de ellos cinco.

- ¿Cuándo vais a matar a Morgana? - pregunté distraída tomando una pieza de ajedrez que estaba en el tablero.

Interesante, Morgana jugando al ajedrez.
La situación me era irrisoria.

- ¿Por qué deduces eso?

- Porque alguien de la Bratva no se tiraría tanto tiempo fuera de su territorio.- me encogí de hombros.- A menos que estéis vigilando a alguien.- quité mi mirada de la pieza de ajedrez para posarla en él.

El muy idiota no dejaba nada a la vista que lo delatara o pudiera leer de él.

- Son negocios. Tenemos una alianza, tu madre necesita refuerzo si bien afirmas tanto saber.- su mirada se clavó en mí e intenté que no me pusiera nerviosa.

- No voy a rogarte de rodillas y llorando como Magdalena que no la mates. Mi madre me usa, hasta que le deje de ser útil.- tensé la mandíbula.- Dado que tenéis una alianza, supongo que estáis contando los días para que Morgana la palme para quedaros con su mafia que no tiene ningún heredero.

- Podrías ser tú.- elevó las cejas y no sé si fue por el estrés, el odio hacia mí misma en ese momento o que hubiera planteado la posibilidad de que Morgana me hiciera la nueva líder de su mafia.

- ¿Yo? - interrogué secándome las lágrimas.- Por favor, - bufé.- Morgana me colgaría como a un jamón en ese matadero que tiene antes que dejarme a manos de su mafia.