37: 𝓜𝓲𝓵𝓲𝓽𝓪𝓻𝔂? 𝓐𝓰𝓮𝓷𝓽? 𝓦𝓱𝓪𝓽 𝓪 𝓭𝓸𝔀𝓷𝓯𝓪𝓵𝓵

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NÉMESIS
Observé la casa frente a mis ojos, analizándola lentamente.
Contrastaba mucho en comparación con las personalidades de los Hossler.
Parecía una casa inofensiva para gente a la que le encantaba manchar sus manos con sangre.

- Vale, íbais en serio con esto de que estaba en mitad de la nada.- dije cogiendo una de las bolsas, poniéndola en mi hombro.

- ¿Por qué no ibas a creernos?

Yo me giré hacia él, enarcando una ceja, y él me devolvió una mirada aburrida, poniéndome la mano en toda la cara cuando pasó frente a mí.
Ahora sí le dirigí una mirada de muerte.

- Si necesitáis algo, ya sabéis lo que debéis hacer.- anunció el hombre que nos trajo. Según Jaden, era uno de sus mejores chicos dentro de la mafia.

Jayden asintió, abriendo la puerta de la casa, y cerrando tras de sí con llave cuando ambos estuvimos dentro.

- ¿Cómo quiere que los llamemos si aquí estamos incomunicados? - pregunté observando de nuevo la casa.

- Hay un teléfono al lado de la puerta, únicamente para emergencia, nada más descolgarlo envía un mensaje de urgencia a mis padres.

Sí, los Hossler lo tenían todo absolutamente pensado y planeado.

Di un breve paseo por el salón, pasando la mano por el sofá.

- ¿Qué analizas tanto? - preguntó él cruzándose de brazos en la encimera de la cocina que estaba a la vista por el espacio dinámico.

- El gran contraste que hay entre la casa y vosotros. Es demasiado dulce para una familia tan perturbada.

- Bueno, se trata de camuflar e intentar que no nos encuentren.- respondió obvio.- Además - añadió separándose de la encimera para acercarse a mí.- seguimos siendo la familia empresarial más importante de Italia, que guarda el legado de los Rossi. Hay que mantener las apariencias.- se defendió divertido.

- Mhm, sin duda alguna, heredero.- bromeé dándole una leve mirada.

Solté un leve suspiro, dándome cuenta de que estaríamos aquí sin saber cuánto tiempo, sin poder ir a ningún lado o siquiera salir de la casa.
Y todo porque quieren la cabeza suya y mía.
Definitivamente me sentía como un animal en peligro de extinción.

Miré a Jayden mientras me sentaba en el sofá.

- Mientras estemos aquí...- comencé diciendo.- ¿Podremos entrenar, al menos, no?

- Por supuesto, hay un gimnasio, no tan amplio como el de la mansión, en la segunda planta.

- Perfecto, porque entonces iba a enloquecer el doble sin saber cuándo vamos a salir de aquí.

- No llevas ni cinco minutos dentro y ya estás dramatizando todo.- rodó los ojos sentándose en la otra punta del sofá.

- El mero hecho de saber que estamos encerrados aquí sin ser consciente de qué planean me pone enferma.

- Se me ocurren otras formas de quitarte ese aburrimiento que tienes encima.- murmuró mirándome.

- ¿Como cuáles? - pregunté siguiéndole la corriente.

- Demasiadas. Para empezar, podríamos entrenar.

- Hace tiempo que no entrenamos, Jaydi. - lo miré notando el brillo de picardía que empezaban a tomar sus ojos.

- Entonces podríamos empezar con un calentamiento.- murmuró trazando círculos en mi muslo.

- Me parece correcto.- asentí viendo cómo su mano ascendía peligrosamente hacia arriba.- ¿Qué ejercicio sugieres, militar?

JAYDEN [BETRAYED #3]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang