11: 𝓵𝓲𝓪𝓻𝓼

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JAYDEN

El coche estaba sumergido en un silencio.
Éramos plenamente conscientes de lo que habíamos hecho en ese hangar, de las consecuencias que podría desatar.

Joder.

Aparqué frente al apartamento de Némesis e inspiré hondo cerrando los ojos para intentar ordenar todo el desorden que tenía en mi cabeza.

¿Qué iba a ser lo próximo?

Sentí la mano de Némesis posarse en mi nuca y acariciarme tan sutil y delicadamente, contrastando con cómo había actuado en el hangar que me provocó escalofríos.

Abrí los ojos para mirar al demonio de ojos miel.

Se recostó en el asiento, sin apartar mi mirada y me mostró una ligera sonrisa de labios cerrados.

En ese instante juro que se detuvo el tiempo.
Era raro lo que sentía cada vez que ella andaba cerca y admitirlo era peor aún.

Alababa a esa mujer frente a mí, no solo por aguantarme la mirada que tantos no han sido capaces de hacer, sino por su valentía, por la forma en la que batalla y dios haber hecho eso con ella en el hangar solo me había despertado más ganas de ella.
De descubrir más.

Y entonces se me vino a la mente todo lo que tenía planeado y lo cabrón que iba a llegar a ser.
Podía herirle.

Eres un egoísta.

Egoísta o no, yo sería la única persona por la que ella mataría a medio mundo.
Me encargaré de ello, me encargaré de dejarle huella y marcarla como mía.

Porque ella es y siempre será mía.

- Pareces estar teniendo una dura guerra en tu interior.- se burló.

- Planeo.

- ¿Qué planeas?

- Demasiadas cosas.

- ¿Me incluyes en ellas?

- En varias y créeme, ninguna termina bien.- ella suspiró.

- En mis planes todo tiene un final concreto. Todos distintos.- confesó.- Y no estás en ninguno.- su voz apenas era audible pero pude escucharla.

- ¿Lo cambiarías? - no pude evitar preguntar.

- No.- respondió sincera y cortante.

Su caricia no paraba.

Dios santo si no paraba me iba a dar algo.

- ¿Por qué?

- Porque entonces terminaría peor.

- ¿Estás admitiendo que no me quieres en tu vida, morena? - dije divertido.

- Puede ser.

- Veremos quién incumple primero su palabra.- la desafié.

Su mano pasó a mi mandíbula y la recorrió con los dedos lentamente.
Esto era una puta tortura.

- Te encerraste en tu mente en el hangar.- su caricia se detuvo y pude notar cómo se tensó.- ¿Qué te pasó?

- No te incumbe.

- Me incumbe desde el momento en el que te salvé la vida ahí.

- No quiero hablar de eso.- retiró su mano pero se la cogí y la volví a posar donde la tenía, incitandola a seguir.

- ¿Te gusta que te acaricien, Jayden? - enarcó una ceja burlona.

- Me gusta que tú me toques.- susurré y noté cómo tragó saliva.

JAYDEN [BETRAYED #3]Where stories live. Discover now