JAYDEN [BETRAYED #3]

09: 𝓽𝓱𝓮 𝓻𝓮𝓭 𝓭𝓮𝓪𝓽𝓱

JAYDEN

Sábado, 30 de noviembre.
10:55 pm

Cinco minutos para la primera entrega.
Traje todo lo que ella pidió, la cantidad de éxtasis que ella encargó.

Kai y Blair iban a estar atentos de cada movimiento de Morgana, cualquier señal que nos revelara dónde iba a esconder la mercancía.

Estacioné frente al bar.
Faltaban dos minutos para dársela.
Bajé del coche y entré en Betrayal.
Las luces neón adornaban el bar y la música seguía igual de alta que siempre.
Fui directo a donde la encontré la primera vez.
Esa sala semioscura, donde la música no era tan alta para poder hablar.

Al entrar la vi sentada en el sofá que estaba de espaldas a la entrada.
Podía ver su túnica sobre su cabeza.

- Bienvenido Jaydi.- sin verla supe que sonreía con burla.

Suprimí mis ganas de mandar todo a la mierda por llamarme así y estar a su merced. Me aguanté porque no podía hacer eso, debíamos mantenernos firmes.

- Morgana.- dije entre dientes y tomé asiento frente a ella.

Cogió la bolsa y la abrió, observando la mercancía.

- Veo que trajiste lo que pedí.- volvió a cerrar la bolsa.

- Mi tiempo vale oro Morgana y me gustaría no perderlo contigo, eres una pérdida de tiempo. Solo dime qué es lo que quieres la próxima vez.

- Cuidado con lo que dices.- respondió autoritaria. - LSD. - mencionó.

Fruncí el ceño.
Mi familia no comerciaba con LSD, nosotros no tratábamos con alucinógenos.

- Sabes que no tratamos con drogas alucinógenas.

- ¿Por qué crees que te lo dije? - ladeó su cabeza.

- No pienso traerte LSD.

- Recuerda tu promesa, Jayden. O lo traes, o ella y tus hermanos mueren.- tomé aire intentando controlarme.

- Está bien. Solo te traeré la mitad.- podíamos meternos en serios problemas con otras mafias por comerciar ese tipo de droga.

- Entonces me traerás un extra.- esperé paciente para ver qué iba a decir.- Tráeme sedantes.

- ¿Sedantes? - reí irónico.- ¿Piensas que soy una puta farmacia?

- Tú traeme esas dos cosas y podré mantener mi palabra.

- ¿Pará qué quieres esa combinación? - viniendo de Morgana no era nada bueno.

- ¿Por qué no dejas de preguntar y preparas lo que te pedí?

- ¿Por qué mierda no estás muerta? - ladeé mi cabeza.

Ella se levantó de golpe, dispuesta a golpearme.
Me levanté tranquilamente, cogiéndole la muñeca con fuerza.
Era más alto que ella, por lo que tenía cierta ventaja.

- Quieta.- murmuré.

- No tientes a la suerte, Jayden.

- No soy tu puta marioneta. Solo cumplo lo que dices por las vidas que tienes en juego. No me hagas arrepentirme y romper mi palabra.- usé sus mismas palabras.

Le solté la muñeca y salí de allí.
Al pasar por la barra no estaba Jass. No le di importancia. Más le valía no cruzarse conmigo o tendría que explicarme las cosas a mi manera, y no aguantaría ni psicológicamente ni físicamente.

Me extrañó no ver a Némesis. Supuestamente ella había hecho el mismo juramento y Morgana no sería tan estúpida de citarnos a los dos a la misma hora con ella. Debería de haber entrado antes que yo o después que yo. De todas formas debería de habermela cruzado por el camino.