¿A dónde has ido?

85 9 0
                                    

- Kawaki... ¿Por qué has venido aquí tan tarde?

- No podía dormir. - Dijo algo nervioso.- Me quedé pensando en lo que pasó antes y decidí volver aquí.

- Es curioso.- Sonrreí.- Decidiste venir al mismo sitio que yo.

- Tú me enseñaste este lugar.

- Sí, aunque no de la mejor manera...

Me miró sonrriendo y me agarró la mano.

- No importa. Creo que puedo confiar en ti.

Esas palabras me llenaron por completo. ¿Kawaki había dicho que confiaba en mi? Él es el tipo duro y borde que no confía en nadie. ¿Qué
pudo haber hecho que cambiase de opinión?

Soltó mi mano cuando me sentó en la orilla del lago mientras él se arrodillaba a mi lado, observando el agua.

- Me encantan las carpas doradas.- Dijo.- Por eso me alteré tanto pensando que podrías hacerles daño.

- Oh, por favor, jamás pienses que yo dañaría a ningún ser vivo. Adoro los animales.

- Ellas son libres... - Dijo nostálgico.- Nadie puede quitarles esa libertad.

- En eso estoy de acuerdo contigo. ¿Pero sabes? Existen animales que ya nacen dentro de un acuario de cristal, o de una jaula, y ellos son felices así, porque nunca conocieron nada más.

- ¿Que nacen encerrados?

- Sí, pero eso no significa que no sean felices; De hecho, si a ellos los liberases en este lago, por ejemplo, pensarían que están siendo abandonados, porque nunca conocieron nada más que un acuario de cristal.

- Esos animales, me estás diciendo ¿Qué no pueden ser libres?

- No lo necesitan, Kawaki. Porque ellos se sienten libres desde el día que nacieron en ese acuario de cristal. Se sienten en su casa.

Kawaki se quedó pensativo unos momentos, después añadió:

- Sabes mucho de animales.

- Algunas cosas. Los he estudiado mucho en libros cuando era pequeña. Tengo un perrito en la casa de mis padres, que he tenido que dejar temporalmente de ver; Es mi mejor amigo, se llama Rex.

Kawaki recordó un momento doloroso de su vida como niño.

- Yo tuve una carpa dorada de niño; Pero no fue un regalo ni tampoco me la dieron para hacerme feliz.

Me entristecí al escucharlo porque sabía lo que iba a contarme:

- Sólo la utilizaron como objeto para obligarme a hacer cosas que no quería.

Kawaki se refería a cuando ese maldito Jigen, quien también era Otsutsuki Ishiki compró a Kawaki de niño para implantarle el Karma y golpearlo y maltratarlo toda su vida hasta convertirlo en su nuevo cuerpo; Arrebatándole su alma humana.

- Siento que tuvieras que pasar por todo eso.- Dije con una voz calmada posando mi mano sobre él.

- Ya pasaron años de eso. No importa.- Dijo.

- Tampoco es necesario que ocultes tus emociones; Si algo duele, mejor hablarlo para hacerte sentir mejor.

Kawaki me sonrrió y en ese momento pude ver la sonrisa más bonita que en mi vida había visto. Verlo feliz, me llenaba de alegría. Pasamos un rato hablando, y después de eso fuimos juntos hacia el mismo lugar donde nos conocimos.

Nos despedimos y nos marchamos a nuestra casa, bueno, yo a mi tienda de campaña, jeje...

Me acosté y en esa noche, sentía que podía volar de felicidad. Enseguida pude conciliar el sueño.

Antes Del Desastre- Kawaki (Next Generations) TWO VORTEXWo Geschichten leben. Entdecke jetzt