Takemichi no tenía suerte en el amor, a pesar de su corta edad él podía decir que ni siquiera era popular, y al ver a varios compañeros con pareja comportarse tan melosamente él quiso también sentirse amado.
Ante este enorme deseo y anhelo el cual...
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El día del examen estuvo algo nervioso, había pasado viendo su escritorio hasta que el profe le dio su examen, centrándose únicamente en el.
El profesor vio su reloj y dio inicio al examen.
Pregunta por pregunta Takemichi las pasaba con rapidez, sorprendiéndose de que siquiera pudiera resolverlos. Podía ver de reojo al profesor pasar por cada pupitre observando que nadie hiciera trampa, algo que él no haría ya que todo parecía salir de su cabeza tan claramente, terminándolo en un tiempo considerable, no siendo el primero pero tampoco de los últimos, siendo para él un récord que lo hacia sentir tan orgulloso.
Suspiro tirándose en su escritorio, aun siendo presa de los nervios al ver que él profesor calificaba ahí mismo los exámenes que ya tenía a mano.
«Ahh, no puede esperar a que me relaje tantito, solo espero que no diga las calificaciones en voz alta»,
Al final de la clase Takemichi salía con su examen, mirándolo todo el camino hacia el salón de kisaki, quien lo vio atónito al verlo parado en su puerta.
—¿Cómo te fue? —, pregunto dudoso al ver que no hacia ninguna expresión.
Takemichi lo miro a los ojos serio, hasta que una sonrisa se le escapó, —Saque 10, ¡saque todos los puntos! —, el rubio se lanzó a abrazarlo, casi haciendo que ambos cayeran al suelo.
Kisaki se sorprendió, pero correspondió el abrazo, —Humm, era de esperarse —, ajustó sus lentes sonrojándose ante la efusividad del otro.
Takemichi saltaba mostrándole su examen casi gritando, — Gracias, gracias, te lo agradezco mucho —, abrazaba fuerte a Kisaki hasta que este lo apartó.
— En ese caso, espero que me des mi recompensa —. Eso que había dicho dejó congelado al otro, —… ¿Re.…compensa? —, se alejó temblando imaginando mil posibilidades.
El moreno asintió, soltando su petición a pesar de que Takemichi temblaba como chihuahua, — Si, yo quiero… tener una cita… contigo —, hablo fuerte, y luego carraspeo volteando la mirada.
Takemichi abrió la boca sin creer lo que escuchaba, —¿Una cita?, ¿conmigo? —. Recibió un asentimiento como respuesta haciendo que se sonrojara, — Oh… —.
Hina que sostenía a una Emma que tenía una escoba que sacó de quien sabe dónde lista para golpear al bastardo si le pedía hacer algo malo, pero se quedó como piedra junto a ella al escuchar su petición.
— Oh—, ambas dijeron más calmadas e intercambiando miradas.
—Mejor olvida eso, si tu no quieres no te voy a obligar, adiós —, pensando mejor las cosas Kisaki se arrepintió, entrando de nuevo a su salón, pero siendo detenido por la mano del rubio.
—Vamos… a una cita —, hablo avergonzado mirándolo fijamente.
Kisaki abrió la boca sin que saliera nada de ella, se irguió para componer su postura—Bien, ¿te parece hoy saliendo de clases? —, jugó con sus lentes como si estuviera ajustándolos.
