Takemichi no tenía suerte en el amor, a pesar de su corta edad él podía decir que ni siquiera era popular, y al ver a varios compañeros con pareja comportarse tan melosamente él quiso también sentirse amado.
Ante este enorme deseo y anhelo el cual...
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La música alta sonando por todo el lugar, las personas bailaban al ritmo de ella y otras tantas estaban tomando todo tipo de bebidas alcohólicas, dejándose llevar y disfrutar de la noche, no podría asegurar que había únicamente gente mayor, ya que con dinero era fácil entrar hasta donde sabia.
Takemichi también se la había pasado bailando con todos sus amigos, sintiendo vibrar hasta su sangre, sus amigos también estaban felices bailando, aunque Makoto y Yamagishi hacían un extraño baile que le sacaba muchas carcajadas.
Y tal como le había pedido Takuya, bailó unas cuantas canciones disfrutando de su momento con él. Estando cerca de él, podía notar aquella diferencia no tan visible de altura entre ambos, ya que sólo se llevaban un centímetro, pero estando pegado a el de ojos ámbar tenía que mirar ligeramente hacia arriba para poder ver sus ojos. Takuya le sonría mientras tomaba su cintura y su mano, disfrutando de bailar sin realmente estar haciéndolo como profesionales, solo siguiendo el ritmo de la canción. Aunque fue agradable el baile con su amigo de la infancia, no fue el único con el que bailo, los chicos también esperaban y bailaban con el rubio.
No sabía la hora pero poco le importaba solo quería seguir bailando, sin embargo, los primeros en caer cansados fueron Makoto y Yamagishi, por lo que se retiraron a sentarse a su mesa, acompañando a Takuya quien decidieron que había bailando demasiado con Takemichi, por lo que ahora estaba confinado en la mesa.
Por lo tanto, ahora sólo se encontraba con Akkun, —¿Te estas divirtiendo? —, se reía viendo como Takemichi seguía tan lleno de energía.
Takemichi asintió con una sonrisa de oreja a oreja, y se disponía a dar vueltas con Akkun, riéndose intentando no chocar con otras personas. — Espera, iré por algo de beber, ¿quieres que te traiga algo? —.
Tararea en confirmación, — Claro, una limonada si hay —, con eso dicho se fue Akkun, dejando a Takemichi bailar en la pista.
La música se volvía cada vez más lenta pero igual de bailable, a lo cual sólo empezó a dejarse llevar por el ritmo de la canción, llevando sus manos al aire y disfrutando de las luces y el humo del club, sin darse cuenta como poco a poco había más luces apuntando a su dirección.
A lo lejos, unos hermanos disfrutaban de unas bebidas, platicando amenamente, el menor se acomodó los lentes mirando hacia la pista, donde sus ojos se encontraron con una belleza deslumbrante que lo iluminaban las luces del club. — Hermano, mira —, llamando la atención de la persona a su lado, apuntó hacia donde se encontraba aquella belleza.
Emitió un pequeño zumbido, prestando atención a lo que había llamado la de su hermanito. — Hum, interesante, creo que podríamos tener algo de diversión —, con eso dicho se levantó seguido por su hermanito.
Caminaron esquivando a unos y viendo como otros se apartaban al notar su presencia ahí, los dos caminaban decididos de bailar con aquel chico de cabello rubio.
