¡¿Soy Hermione Granger?!

Capítulo 57: ¿Quién fue?

-Hermione, Ojoloco te está pasando su paranoia - dijo Seamus y rodé los ojos.

-Allá ustedes - dije y me encaminé a mi dormitorio.

Al llegar a mi dormitorio, me dediqué a pensar qué haría, mientras comenzaba con la fabricación de otra arma mágica, basándome en las ideas de Doctor Strange, comencé con las botas impulsoras de Valtorr, ya que podrían ser efectivas y probablemente utilizadas de forma recurrente.

Necesitaba a alguien con la suficiente capacidad para enseñar a Harry, necesitaría el hechizo convocador, obstaculizador y aturdidor, todo para sobrevivir, no necesito al niño que vivió muerto. En mi lista se encontraban Fred y George, pero no estaba segura, ya que estarían ocupados haciendo planes de los productos. Por otro lado estaba Lee Jordan, pero creo que no era el más adecuado...

Pero todo el mundo juzgaría a Harry, después de todo, nadie parece pensar correctamente, hubiese sido genial que aprendiera de Tom, si tuviéramos esa opción, pero era muy poco probable, entonces ¿Quién?

Fue hasta que la reliquia comenzó a brillar haciéndome ver que iba por buen camino, que se me ocurrió una persona que sería la indicada, era perfecto para la tarea, pero no sabía si accedería, tendría que tratar ese tema en esta semana, ya que comenzarían los problemas para Harry a partir de ahora, solo me quedaba aligerar un poco el ambiente.

Pero si de algo estaba convencida, es que Theo podría aprender los hechizos sin problemas y enseñárselos a Harry en el proceso, después de todo, era calmado, analítico y talentoso, un potencial duelista si se adiestraba correctamente, pero no era momento de pensar en eso.

(...)

Duré haciendo mis planes hasta el amanecer sin darme cuenta de la hora, supongo que ya debía de haber pasado por la discusión con Ronald y por supuesto que ese idiota no le creyó, justo como Cedric y el resto del colegio, los únicos que realmente creíamos en lo que decía éramos Dumbledore, McGonagall, Hagrid y yo.

Durante el desayuno mande una nota a Theo, quien la leyó al instante y me buscó con la mirada, por lo que salimos del GC sin decir mucho, estaba nerviosa, pues no sabía cuál sería su reacción cuando le dijera de que se trataba ese favor. No había marcha atrás. Cuando llegamos a un aula en desuso me miró confuso.

-Hermione ¿estás bien? - dijo algo preocupado.

-Si... bueno, he estado algo ocupada - dije y alzó una ceja sin entender, pero parecía tener la intención de darme todo el tiempo necesario para que organizara mis ideas. - es que... necesito que ayudes a Harry. - dije decidida y el abrió los ojos con sorpresa, pero después frunció el entrecejo sopesando las palabras que habían salido de mi boca.
-No puedo - dijo con pesar después de unos instantes, mientras suspiraba y demostraba estar afligido.

-Theo, todavía no te he explicado - dije y este negó.

-Hermione, si hubiera sido cualquier otra cosa, la hubiera hecho sin dudar... pero ayudar a Potter... no deseo ayudar a una persona que te hizo daño, un mago de quinta que te hizo a un lado. - dijo y suspiré.

-Sé que puede ser así, pero no puedo permitir que muera - dije y pareció no comprender a qué me refería.

-Hermione, entro al torneo por su propia voluntad y acrecentado ego, no tienes que hacerte responsable. - dijo y suspiré con pesar.

-El no puso su nombre en el cáliz - dije y me miró fijamente a los ojos, entonces supe que me creía, a mí, y solo a mí.

-Entonces ¿Cómo llegó su nombre ahí? - dijo pensativo.

-Debió haber sido algo complicado, Harry no lo hubiera logrado, ni siquiera lo intentó - dije y asintió.

-Pero ¿Cómo lo ayudaría yo? - dijo Theo sin entender.