Parte 22

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Capítulo 22

—¡Me parece bastante intolerante de su parte que haya sacado a Diego del salón sólo por no estar de acuerdo con su identidad! —Exclamó la tutora del chico—. ¿Sabía que con eso le negó el derecho a la educación? Podría tener serios problemas, maestra Taylor.

Nora se puso tensa por la intimidante voz de la mujer, pero no era la primera vez que una madre de familia venía a gritarle.

—A ver —Nora alzó la mano para detener a la señora—. En primera yo no saqué a Diego de mi clase. Simplemente le dije que se fuera al baño a lavarse la cara. Yo no discrimino a nadie.

Gladis, la mamá de Diego, puso las manos en la cintura y le echó un vistazo a su hijo que estaba sentado cabizbajo en una silla.

—¿Y le voy a creer a usted? Yo conozco a mi niño más de lo que usted lo conoce. No tiene ningún derecho de decirle que se ve como niña usando los accesorios que él quiera. No sólo hizo burla de él, sino que lo expuso delante de todos sus compañeros. ¿Así es como usted da clase? Pues me parece que no le vendría mal uno y do cursos para aprender a tratar con sus estudiantes.

Aquel último comentario hizo enojar a Nora porque no tenía sentido lo que Gladis argumentaba. Nora era de las maestras con mayor cantidad de cursos de formación de toda la plantilla docente y en esos términos, estaba más preparada que nadie.

—Señora, la educación empieza en casa y con todo respeto, su hijo tiene problemas con todos los profesores de la escuela. Pregúntele a cualquier maestro y le dirá que Diego no tiene el rendimiento que debería tener.

La cara de Gladis se puso roja de la furia.

—¡Pues claro! Los maestros sólo saben quejarse en vez de hacer su trabajo. Si supieran cómo dar clases, ya habrían hecho algo con el rendimiento de Diego. Ah, no. Pero a ustedes se les hace más fácil tacharlo de problemático y apartarlo. Si lo envío a la escuela es para que aprenda algo, no para que lo saquen del salón. Usted es maestra, es la profesional ¿no? Tiene que encontrar la manera de que mi hijo aprenda. Es su trabajo.

A Nora no le estaba gustando el cariz que tomaba la situación y no quería ponerse a discutir con una ignorante como Gladis.

—Okey —dijo exhalando para tranquilizarse—. ¿Entonces cómo va a quedar este asunto? Usted firmó un reglamento cuando vino a inscribir al niño y en ese reglamento usted se comprometió a enviarlo todos los días con el uniforme bien portado. No soy yo la que cometió falta, sino usted quien no revisa que su hijo esté cumpliendo con las normas de la escuela.

Gladis abrió la boca para decir algo, pero el argumento de Nora la había dejado sin armas.

—Bu-bueno, está bien —aceptó—. Me encargaré de que se vista apropiadamente, pero usted le debe una disculpa por haberlo sacado del salón y haberle dicho que parece una niña.

—¿Y que no es así como dice él que se identifica?

—Lo expuso delante de sus compañeros, maestra. Se burló de mi niño. Mire, sólo pídale perdón y dejaremos el asunto así.

Nora cruzó los brazos y le lanzó una mirada a Diego, que la estaba observando con una media sonrisa de victoria. Era obvio que todo el show que el muchacho había hecho, era con la intención de joderla, de burlarse de ella y de presumirles a sus compañeros que la maestra se había disculpado con él. Crecería ante sus amigos y no dejaría que ese triunfo fuera olvidado.

—No —dijo Nora. La sonrisa de Diego se borró y la de su mamá también.

—¿Qué?

—No me disculparé porque no hice nada malo. Yo cumplí al aplicar el reglamento de clases.

[Terminada] Lo que Amo de Ti [Historia Lésbica]Onde histórias criam vida. Descubra agora