¿Haz visto una telenovela mexicana? Son hipnóticas. Romance, traiciones, conspiraciones, drama, asesinatos, villanos memorables y malas actuaciones, tienen de todo.
Es muy divertido verlas en la tele, te enganchas rápidamente, quieres que la villana...
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Esa noche la pareja también trató un tema delicado. El trabajo de los padres de Belén.
Desde pequeño Leonardo los había visto trabajando para su familia, hace años les había propuesto jubilarlos pero estos no estuvieron dispuestos a aceptar, querían seguir trabajando y ganándose el dinero, le habían dicho.
Él les explicó que el dinero de la jubilación también se lo habían ganado en todos esos años de servicio y lealtad con los Salinas pero no hubo caso, niinguno estuvo dispuesto a escucharlo.
Decidieron que esta vez hablarían los dos con ellos.
También eligieron una fecha, seleccionaron algunos tipos de flores, él le entregó una Black Card para que pudiera cubrir los gastos de la boda y otra para su uso personal que ella aceptó ni lenta ni perezosa.
Cuando Belén le estaba explicando la diferencia entre variados tonos de blanco que podían elegir para el vestido él se quedó dormido, estaba muy cansado después del extenso y agotador día trabajando.
Por su parte, Lorena no estaba tan tranquila como para quedarse dormida placidamente, ella estaba impaciente esperando a Juan Marcos, quien debería haber llegado hace bastante tiempo.
Primero creyó que la tardanza se debía a algún problema que pudo tener en el camino.
Pero cuando pasaron dos horas comenzaron a surgir las sospechas, recordó la situación comprometedora que vio esa misma mañana y todas las otras señales de las que se había percatado.
Sabía que Juan Marcos "perseguía" a la indiecita, pero no lo creía capaz de realmente acostarse con ella.
Si fuera una mujer de belleza deslumbrante, refinada, talentosa y forrada en dinero, como ella, quizás tendría más motivos para creerlo pero la idea de Juan Marcos con la simplona y patética María le parecía tan repugnante como risible.
A pesar de creer eso, decidió bajar a buscarlo.
Era muy entrada la noche, todos se habían ido a dormir e incluso las luces estaban apagadas.
En el amplio salón no había nadie, encendió la luz y lo recorrió a pasos lentos mientras una idea iba tomando forma, se quedó parada junto a una pequeña mesita observando los hermosos cuadros colgados en la pared.
Se acercó y tranquilamente removió el retrato de Gines Salinas, entonces quedó a la vista una caja fuerte que ocultaba el cuadro.
Giró la manija, digitando la clave que todos los Salinas conocían, la caja se abrió y dejó ver lo que contenía.
Rebosaba de fajos de dinero pero ella tomó el único estuche que había, sacó el revolver que éste contenía y las balas para cargarlo.
