24. El cabo suelto.

340 45 3
                                    

Estaba cayendo la tarde, ya todos habían vuelto a sus labores cotidianas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba cayendo la tarde, ya todos habían vuelto a sus labores cotidianas.

Belén seguía preguntandose si a su cuñado le gustaba o no Flor Villarejo, mientras revisaba un catálogo de vestidos de novia.

Ella estaba mucho más tranquila, hasta el punto de haber empezado a organizar la boda, se acordó que debía hacerlo cuando recibieron la invitación.

Esa misma noche elegiría una fecha y al día siguiente pretendía contratar una organizadora, pero para eso necesitaba dinero que debería pedirle a Leonardo.

No planeaba asustar de nuevo a Lorena muy pronto, dejaría pasar unos días de relativa paz y luego volvería a la carga.

Ella consideraba que la rubia no caería tan fácil y temía que mientras más seguido apareciera el actor, más probabilidades tendría la villana de descubrir que el fantasma era en realidad una persona de carne y hueso contratada para atemorizarla.

Posiblemente le tomaría un tiempo creer que se trataba verdaderamente de un espectro y no una broma de mal gusto.

No sabía que Lorena creció viendo a Ambar, otras prostitutas, y a su propia madre realizar tratos con poderosos entes malignos. Tampoco sabía de la fe inquebrantable que ésta tenía en la brujería.

Y como ni siquiera se acercó hacia la habitación de Lorena, no la vio llegar acompañada de su vieja amiga, con quien se encerró en el cuarto y procedió a "limpiar" el ambiente, prohibir la entrada al alma en pena de Gines Salinas y proteger su propia alma mediante rituales poco ortodoxos.

—¡Este lugar está protegido! Non veni huc*—Cantaba la bruja mientras realizaba un extraño baile para el cual maniobraba de forma particular con todas sus extremidades—¡Repite conmigo querida—Exigió.

—Non veni huc—Canturreó la rubia en respuesta mientras intentaba imitar el extraño baile que carecía de coordinación y armonía.

—Gilen Salinas, de alma maldita y condenada no entrará a este lugar, no volverá a importunar.

—¡Non veni huc!

—Lorena Salinas está protegida por mi sangre de bruja—Cuando dijo esto derramó un brebaje de color tinto por el piso.

》Por el poder de las brujas y su sangre maldita non veni huc, Gilen Salinas.

Belén tampoco supo que al marcharse Ambar tras haber hecho todos estos rituales y también entregarle distintos brebajes de variados y malvados propósitos por los que pagó una fortuna, Lorena se sintió mucho más sosegada.

Belén tampoco supo que al marcharse Ambar tras haber hecho todos estos rituales y también entregarle distintos brebajes de variados y malvados propósitos por los que pagó una fortuna, Lorena se sintió mucho más sosegada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desde su llegada a "Amor Prohibido" la transmigrante estuvo muy atenta al actuar de su principal enemiga, la villana.

Pero se centró tanto en atacarla que descuidó otros frentes, bajó la guardia y olvidó vigilar a otros antagonistas.

Ella estaba muy tranquila en la mansión, confiando en sus planes a largo plazo y sin tener en cuenta un detalle importante, un cabo suelto que dejó.

Doña Victoria tampoco se percató de este cabo, ella tenía su propia artimaña y sería ésta que la llevaría a descubrirlo. Así fue como llegó al Sanatorio Salvaterri y preguntó por la doctora que había tratado a Belén Fernandez.

—Señora, me gustaría ayudarla pero si no es familia cercana del paciente no puede acceder a esa información—La recepcionista la trató con mucha amabilidad, se veía tan profesional que Victoria dudó antes de ofrecerle un soborno, pero al final lo hizo.

Colocó su bolso sobre la mesa y lo abrió enseñandole discretamente a la joven un fajo de billetes.

—La señorita Fernandez se casará con mi hijo, es por eso que quiero hablar con la doctora sobre su estado de salud.

—En ese caso, no hay problema en darle esa información—Dijo la recepcionista alegremente mientras contemplaba los billetes—Permítame revisar un momento los expedientes—Tipeo algo en la computadora y velozmente obtuvo los resultados—Se trata de la Dra. Antonela Lozano.

Después de que ella pagara el soborno, la cita que tenía programada una paciente fue cancelada por la recepcionista para que Victoria pudiera entrar al consultorio y hablar con la doctora.

—Buenas tardes—Saludó la profesional cuando abrió la puerta de su oficina, después le echó un vistazo a su agenda—Señora García.

—Buenas tardes—Entró y cerró la puerta, tomó asiento en la silla dispuesta para los pacientes—La señora García canceló su cita, por eso la recepcionista me dejó pasar, soy Victoria Salinas y no estoy aquí para consultar por mi salud—Fue directa, no era una mujer que diera muchas vueltas, no había llegado a la posición que tenía dando vueltas.

—¿Entonces?

—Usted atendió a mi nuera, Belén Fernandez, hace solo unos días, ella sufrió un aborto espontáneo.

—Claro, la recuerdo—Murmuró la doctora, no era fácil olvidar a un paciente tan singular.

—Bien, pues yo me preguntaba—Sacó un fajo de billetes muy grande que dejó caer sobre el escritorio—Si usted no podría revisar nuevamente sus examenes médicos solo para hacer un sorprendente descubrimiento—Sacó más fajos de su bolso y los colocó junto al primero—Y después llamar a mi casa informando que ella nunca estuvo embarazada.

La propuesta fue hecha y el dinero puesto sobre la mesa, solo entonces Victoria miró a la doctora a la espera de una respuesta.

Lozano estaba atónita y seriamente se preguntaba qué le pasaba a esa familia ¿Por qué tenían que ser tan turbios? ¿Por qué querían fingír abortos? ¿Por qué sobornaban a la gente? ¿Por qué siempre terminaba ella metida en sus problemas?

—Señora, tendré que pedirle que se retire y jamás vuelva aquí, me ofende su desfachatez y me repugna su malicia—Contestó con una falsa indignación, por dentro pensaba que ojalá pudiera aceptar el dinero, pero ya se había vendido previamente a la señorita Fernandez.

—¿No es suficiente? Porque puedo darte mucho más, suficiente para que no tengas que trabajar más y puedas darte una gran vida.

Eso fue bastante tentador, aún así ella supo resistir, y teniendo en cuenta que la oferta solo iba mejorando ella resistió valientemente, hasta que ya no lo hizo.

Victoria presionó tanto y con tanta vehemencia que la Dra. Lozano terminó por aceptar una de sus ofertas, confesando que realmente nunca hubo un bebé en el vientre de Belén.

Esa revelación sorprendió a la visitante, venía buscando cobre y encontró oro.

Una gran cantidad de dinero fue depositada en su cuenta, se le anticipó que la cantidad sería duplicada tras hablar con Leonardo y presentarle pruebas de que su novia no estuvo embarazada.

La señora se retiró del sanatorio emanando alegría por los poros, imaginando que su felicidad sería superada únicamente cuando viera a esa perra ser expulsada por Leonardo de su familia y de su vida, ese sería el único para siempre que tendrían.

__________________________

Non veni huc es una frase escrita en latín, que traducida al español significa "No entrarás aquí".

Non veni huc es una frase escrita en latín, que traducida al español significa "No entrarás aquí"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Transmigrar a una TELENOVELA MEXICANA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora