33. El amor.

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Leonardo y Alberto mantuvieron una larga conversación

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Leonardo y Alberto mantuvieron una larga conversación.

—No tienes por qué huir, podrías vivir en la mansión con tu novia, o comprar una casa en el pueblo, no era necesario marcharte—Dijo el mayor.

—Lo se, pero lo decidimos como pareja, tengo mucho dinero ahorrado, y Sofia también tiene su propio dinero, planeamos comprar una cabaña junto al mar y vivir ahí, lejos de todos los que puedan juzgarnos—Alberto explicó su postura.

Igualmente Leonardo no le permitió renunciar a su herencia y lo persuadió para que no se negara a recibir un estipendio mensual.

Después de mucho tiempo el joven dejó su orgullo y cedió a la idea de recibirlo, con la condición de que no fuera un monto excesivo.

Belén, quien había espiado la conversación por fin se convenció de que su cuñado era un hombre reformado y que no la culpaba por la muerte de su madre.

Sintiendo algo de paz, dispuso que Sofia fuera bien recibida por todos, que se sintiera acogida, irónicamente cumplió su función como señora de la casa, esa que tanto había anhelado Victoria y por la que tanto luchó.

Sintiendo algo de paz, dispuso que Sofia fuera bien recibida por todos, que se sintiera acogida, irónicamente cumplió su función como señora de la casa, esa que tanto había anhelado Victoria y por la que tanto luchó

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Respetuoso y silencioso, así describiría Belén el velorio y entierro de Victoria Salinas.

Tras ser asesinada de forma accidental por su propia hija, la mujer fue llevada a la morgue, y posteriormente trasladada al salón de una elegante funeraria, donde la velaron sus familiares, amigos y conocidos, en un clima que como ya se ha mencionado fue respetuoso y silencioso.

Pero no emotivo, nadie la lloró, ni siquiera su único hijo varón.

Para Leonardo fue como realizar un trámite, para los conocidos la asistencia parecía ser obligada por la cortesía, para Belén era un momento muy incómodo.

Y con el cadáver ahí en el cajón todos esperaban que al menos su hijo demostrara algo de emoción.

Pero Alberto fue tan hermético que el velorio se sintió sofocante y aún más triste.

—Adios mamá, descansa en paz—Fueron las escasas palabras que dedicó a su madre, mientras Sofia sostenía su mano como si estuviera dando un discurso desgarrador.

Transmigrar a una TELENOVELA MEXICANA.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora