Capítulo 46

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Narra Bela:

— ¿Tú sabías que hoy era el cumple de Nico?

— Sí... Pero lo sé desde hace muchos años y aún me acuerdo — respondió Layla entrando a mi casa detrás de mi.

Saludamos a mis padres, que estaban viendo una película cómo solían hacer todas las tardes, y subimos a mi habitación antes de que Yael pudiese preguntarnos algo.
Lay se quitó una blusa que llevaba puesta por si refrescaba y la dejó encima de mi silla.

— Tenemos que hacer algo por su cumpleaños — propuse.

— Humm, no creo que sea una buena idea — contestó sacudiendo la cabeza. Fruncí el ceño y la miré.

— Nunca lo ha festejado. Siempre ha dicho que prefiere quedarse en casa o visitar a su madre — explicó Lay.

— Bueno, su madre ya está en casa y él está con ella.

— No sé, Bela. No me parece buena idea hacer algo sin decírselo.

— Por eso se llama sorpresa. Vamos Lay, ayúdame — me miró como si estuviera evaluándome hasta que entornó los ojos. Resopló pero habló:

— Podemos preguntarle a Nate. Es su mejor amigo.

Abrí los ojos todo lo que pude y llené mis pulmones de aire. Me relamí los labios y me quedé pensando en lo que acababa de decir.

— Hace semanas discutieron muchísimo en mi casa. No sé por qué fue, pero creo que preguntarle a Nate es como perder el tiempo — Lay frunció los labios mirándome.

— Siempre han discutido. No es algo nuevo — me miró y me pasó el móvil —. Llámalo.

Agarré el móvil lentamente, pensándomelo varias veces porque seguía pareciéndome mala idea. Algo me decía que no iba a ir bien, y siempre solía hacerle caso a mi intuición, pero esa vez le hice caso a Lay. Marqué su número y esperé a que contestara.

— Y, ¿si le pedimos a mi padre que le pregunte? — ella negó con la cabeza y señaló el móvil.

Volví a ponérmelo en la oreja y escuché su voz desde el otro lado de la línea.

— Vaya, Isabela — escuché su voz ronca —. Qué necesita alguien como tú de mi... Aunque se me ocurren varias cosas.

— Ugh Nate — escuché su risa por un instante. Layla hizo varios gestos para que se lo preguntara de una vez.

— Quería preguntarte algo — miré fijamente a Lay.

— Soy todo oídos — dijo lentamente y pude imaginarme su sonrisa de suficiencia.

— Queríamos hac...

— ¿Queríamos? — preguntó interrumpiéndome.

— Una amiga y yo.

— Quién.

— ¿Tan importante es que te diga el nombre? Solo quiero preguntarte si a Nico le gustaría que lo lleváramos a algún sitio por su cumple.

Por un momento pensé que me había colgado, porque no respondió y, ni siquiera podía escuchar su respiración como se escuchaba antes. Layla me quitó el móvil y lo puso en altavoz para poder oír la conversación.

— Llévalo al Nighclub mañana por la noche — ambas nos miramos con el ceño fruncido.

— ¿Seguro que ir allí por su cumpleaños le gustará?

— Hazme caso, bonita. Pero no le digas que voy, quiero que sea una sorpresa.

El tono que usó no me gustó mucho. Me dio cierta desconfianza, y por eso miré a mi mejor amiga confusa. Ella dijo que lo olvidara y le colgó. Respiré hondo y dejé el móvil encima de la mesa.

Mi vecinoWhere stories live. Discover now