Capítulo 12

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Había pasado una semana desde que me declararon inocente en la corte, y desde ese momento las cosas habían ido mejorando considerablemente. La presión social sobre mí había disminuido y cada vez se hablaba menos del caso en el que estuve involucrada. Parecía que lo más difícil ya había pasado y ahora sólo era cuestión de comenzar a levantarme poco a poco.

Empecé a asistir a terapia psicológica para ir superando los traumas que me dejaron los últimos meses, después de eso comprendí que la salud mental es un tema muy importante que no debería dejarse en segundo plano. También tuve mi primera consulta con el ginecólogo. En relación al tiempo de embrazo todo iba evolucionando de una manera satisfactoria, nada más debía prestar más atención a mi alimentación y a mis tiempos de descanso. Me recomendaron la musicoterapia para la estimulación de mi bebé, y que a la vez también era muy relajante para mí. Ni yo lo podía creer, estaba trabajado cosas en las que antes no prestaba importancia, la mayor parte del tiempo no invertía en mi salud, siempre pensé que era algo que no se necesitaba, pero desde que cambié mi actitud, experimenté un estado de plenitud que no había sentido antes. Lo único que extrañaba era asistir a la Universidad, aun con mi embarazo, aprovecharía al máximo estar en un salón de clases, la Psicología se había vuelto más atractiva para mí, y no iba a descansar hasta terminar ese sueño.

Veía unos catálogos de ropa de bebé que, aunque todavía no conocía el sexo de mi hijo, empezaba a involucrarme un poco más en el tema. De pronto, una llamada al número de mi casa hizo que suspendiera esa actividad.

—Buenas tardes, ¿podría comunicarme con la señorita Amanda Red? —me preguntaron.

Era una voz femenina, y me aterró el hecho de que pudiera ser la persona que asesinó a Mauro.

—Sí, ella habla, en qué puedo ayudarla.

—Nos estamos comunicando de la Universidad Héroes de Marte.

Era donde había estudiado antes de que decidieran expulsarme.

—Correcto, la escucho —desconocía por completo el objeto de la llamada.

—El motivo de mi llamada es para pedirle una disculpa por predeterminar nuestros actos hacia su persona con relación a la expulsión de hace unos meses. Así mismo, queremos reactivar su matrícula y ofrecerle una beca del cien por ciento para que concluya sus estudios. ¿Aceptaría nuestra oferta estudiantil?

Me quedé en silencio por un momento, ¡no podía creer lo que estaba escuchando! La Universidad Héroes de Marte era una de las escuelas con mayor prestigio en la ciudad de Granada. Anteriormente tenía una beca del cincuenta por ciento y aun así las colegiaturas eran muy elevadas. Continuaba molesta por la forma en que me expulsaron, sin embargo, esa era una oferta que no podía rechazar, consideraba que valía completamente la pena dejar el orgullo a un lado. Además, recortar ese gasto sería de gran ayuda en casa.

—Claro que acepto, ¿pero cuál sería la condición?

Sabía que una oferta así, debía tener las letras chiquitas por algún lado.

—Ninguna, como le comento es una forma de ofrecerle nuestras disculpas.

Sabía perfectamente que eso recaía en temas de marketing, aunque tuviera un alto prestigio, su alumnado iba disminuyendo debido a los costos, pero teniéndome en sus filas después de lo que sucedió, su popularidad incrementaría considerablemente, pero decidí preguntar para no llevarme sorpresas.

No tenía problema con ser utilizada como la imagen de la institución, anteriormente mi situación me privó de muchas cosas, así que creía que era justo sacarle provecho después de todo lo que me tocó soportar.

Amanda RedWhere stories live. Discover now