Capítulo 7

424 2 0
                                    

Estaba desconcertada y llena de golpes. Había sido violada. Mi casa se encontraba hecha un desastre y en el baño se encontraba el cuerpo sin vida de Mauro. Mi vida estaba terminada, cómo iba a salir de todo esto, si no recordaba nada de lo que pasó después de esa última cerveza y la posibilidad de que yo hubiera matado a Mauro era indiscutible.

No tenía idea de lo iba a hacer y lo que iba a suceder, me puse una camisa larga y me senté sobre el borde de la cama, tratando de encontrarle una respuesta a todo. Opté por la única solución que tenía en esos momentos. Tomé un pedazo de vidrio y lo coloqué sobre mis venas, justo cuando iba realizar el movimiento que le iba a poner fin a mi vida, abrieron la puerta de la casa.

—Amanda, ¿estás aquí? —su voz sonaba preocupada, era evidente que ya se había dado cuenta del desastre, y faltaba lo peor.

La opción de quitarme la vida tendría que esperar. Por más que deseara estar muerta en ese momento, era imposible que sucediera. Bajé por las escaleras y me arrojé a los brazos de mi madre.

—¡Perdóname, mamá, perdóname! — rompí en llanto.

—¿Qué te pasó, Amanda? —ella también rompió en llanto.

Qué madre sería capaz de contenerse al ver a su hija golpeada, totalmente dañada y sin la más mínima idea de saber qué estaba sucediendo.

—No sé, te juro que no sé —no paraba de abrazarla.

—Hija, necesito una explicación.

—Créeme que yo también la estoy buscando. Y lo que te voy a decir va a cambiar tu vida para siempre.

—¿A qué te refieres, Amanda, no me asustes?

Cómo le iba a decir a mi madre que arriba se encontraba el cuerpo sin vida de mi ex novio y que no tenía la certeza de cómo sucedió todo. Cómo sabría si realmente me iba a creer o me iba a juzgar, cómo sabría si me apoyaría o me abandonaría. Sentí que no existía una fórmula para dar este tipo de noticias.

—Arriba está Mauro… está muerto, y no sé cómo pasó todo —fui directa pero el llanto no cesaba. Sabía que la había decepcionado. 

—¿Qué acabas de decir, Amanda? — me soltó—. Dime que no es cierto lo que acabo de escuchar.

—No tendría por qué inventarte algo tan grave.

—Quiero verlo.

La tensión no paraba, el rostro de mi madre estaba desdibujado, era admirable su valentía, cualquier otra persona hubiera salido corriendo o terminaría desmayada en el piso, pero ella era fuerte, siempre lo había sido. Subimos por las escaleras y nadie soltó una sola palabra, ambas nos preparábamos para lo peor.

—Pero, ¿qué hiciste, Amanda?  — miró el cuerpo de Mauro en el suelo lleno de sangre.

—No sé, mamá, te juro que no recuerdo nada. Desperté desnuda y totalmente golpeada, con fluidos en mi parte íntima, y cuando vine al baño lo vi tirado.

—¿Ese maldito te violó? —trató de justificar mis acciones.

—Existe una gran posibilidad, así como la gran posibilidad de que yo lo haya asesinado. Al igual que tú, tengo miles de preguntas que no puedo responder. Lo último que recuerdo fue que estaba bebiendo con Mauro, pero la situación estaba muy incómoda y le pedí que se marchara, pero es claro que no lo hizo.

—¿Qué vamos a hacer?

—Me voy a entregar a las autoridades, no quiero huir de esto, y si tengo que pagar por mis acciones, lo haré.

—Siempre estaré contigo, mi amor; estoy de acuerdo con lo que acabas de decir —me dio un fuerte abrazo y un beso en la frente. Tomó su celular y marcó a las autoridades.

Amanda RedWhere stories live. Discover now