28

43 7 0
                                    

PROPÓSITO

          La corta conversación que tuvo con Katia funcionó para centrar su mente. No le dijo absolutamente todo como había previsto, pues al final solo había soltado unas cuantas afirmaciones y preguntas. Maika había estado dejando un camino de migas que parecía no tener pies ni cabeza, pero a final de cuentas, cada una de esas partes fue significativa.

          Ella se había vuelto parte importante de su vida. Ella le había permitido conocerse a sí misma y recordar que estaba bien sentir, al mismo tiempo que la empujaba a ser mejor. Aunque la desesperación se adueñó en muchas ocasiones de su vida, solo así fue que aprendió a ser paciente, una virtud que era muy necesaria en la fotografía y que había estado ignorando.

          Maika podía decir que las cosas estaban mejorando para bien. Se inscribió en un concurso de fotografía en el cual debía mostrar de cierta forma cómo era la vida urbana, algo que lo representara. Así que eso había estado bien para ella porque podía ver que aquello que tanto le había gustado hacer, finalmente comenzaba a tomar forma.

          Maika pasó días buscando el lugar perfecto para tomar su fotografía. Sabía que gracias a la edición podría hacer que las imágenes mejoraran sin importar dónde hayan sido tomadas, pero ella quería hacerlo bien, deseaba esforzarse.

          Finalmente, Maika encontró algo que la satisfizo completamente. Era un viejo paseo subterráneo. Quizás alguna vía de tren se podría encontrar en caso de excavar un poco sobre la tierra, pero no era algo que fuera a investigar.

          Maika había caminado demasiado ese día para encontrar ese lugar tan remoto. Sabía que era algo arriesgado, pero no le importó. Sí, seguía dándole un poco de pavor el hecho de morir, pero pensó que si un día lo hacía, quería que fuera una muerte memorable.

          Sacó la cámara de su mochila y comenzó a recorrer la zona para encontrar el mejor ángulo para comenzar a fotografiar. El boquete del túnel no tenía ni una sola entrada de luz, estaba sumido en una oscuridad total y la hierba había crecido rebelde a su alrededor y entre algunas partes del concreto. Había varios grafitis, los cuales ya no eran demasiado visibles, pero que fácilmente hacían imaginar que en algún momento hubo muchas personas que se arriesgaron a salir de noche para dejar su arte por las paredes.

          Se adentró tan solo dos metros en el túnel para seguir viendo mientras alumbraba con la luz de su celular. La pintura gastada y lo que representaban, eran letras y otras figuras curiosas. Cuando se dio la vuelta para salir de él, una brisa glacial golpeó sobre su cabeza. Se estremeció bruscamente y cerró sus ojos con fuerza. Su espalda se tensó y dolió. La mano que tenía libre se cerró con fuerza, enterrando las uñas en la palma de su mano.

          Maika giró lentamente hasta que finalmente se encontró con ella frente a frente.

          Todo pasó de manera muy extraña. Maika retrocedió lentamente, y mientras lo hacía, ella se acercaba al mismo tiempo, creciendo en tamaño de manera brusca hasta que pronto no hubo un espacio libre dentro del túnel.

          Maika tropezó con sus propios pies y cayó de sentón sobre la tierra y la gravilla. Sus ojos estaban enormemente abiertos, llenos de terror y de pánico, la muerte cerniéndose a su alrededor como nunca antes. El latir de su corazón no era normal, la sangre zumbaba por sus oídos y el aire se había escapado de sus pulmones.

          Ella estaba dentro del túnel, con una de sus grotescas manos saliendo de él, asomando también un poco su cabeza por el boquete, en una posición que la hacía pensar que saltaría sobre ella y finalmente la arrastraría a un profundo abismo.

RespiraWhere stories live. Discover now