63. Es más fácil variar el curso de un río que el carácter de un hombre

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Fray despertó cuando el general cerraba la ventana del carruaje, su cabeza se posaba en las piernas de él.

—¿Morí? —dijo abriendo los ojos y enseguida se sentó.

—No —Con la mano temblando el general le sostuvo el brazo—. ¿Estás... bien?

—Ellis, ¿qué fue eso? —Fray se tocó la muñeca y miró, el colgante de cuero tenía un nudo— ¿Sabes quiénes me atacaron?

El general observó afuera, se llevó la mano a la boca y comenzó a morderse una uña, no quería mentirle a Fray, pero lo hizo: —Ladrones de caminos.

—No lo sé, general, vi a un monje antes de desmayarme...

—¡Eran ladrones! —dijo el general en un tono severo.

—Está bien, no diré más, ¿puedo agradecerle por rescatarme, general? —Fray le dio una sonrisa y se acercó para abrazarlo, el general se tensó y cerró los ojos sin responderle el abrazo y sin tocarlo, pero murmuró un asentimiento. De repente, el estómago de Fray comenzó a gruñir y le dijo con una fingida voz de sufrimiento: —Estoy débil, Ellis, necesito comer.

El general le sostuvo el hombro y lo movió a un lado, se inclinó hacia el suelo y sostuvo una canasta. La abrió y retiró un pan, se lo dio a Fray. Luego retiró una manzana, queso, también algunas bayas y una jarra de cerveza. Fray se llenó la boca con un bocado de cada alimento, masticó y tragó, luego bebió cerveza y se acarició la barriga al sentir cómo su hambre comenzaba a saciarse.

Y dijo: —Todo es delicioso, ¿quieres?

—No.

—¿Qué tienes? Sé que no eres así, algo ocurre, pero no me lo dices...

—Fray... —El general lo miró fijamente, su rostro pareció entristecerse y luego serenarse mientras pensaba: «¿Qué podría decirle? ¿Cómo decirle?»

—¿Qué, Ellis? —dijo Fray con un rostro expectante e ilusionado.

—El palacio del Sur está próximo.

—¿De verdad?

—Sí. Nos separaremos.

Fray pensó: «Finalmente lo dijo, me dejará, no irá conmigo.» Bajó la mirada, perdiendo toda ilusión.

—¿Eso quieres? ¿Separarnos?

—Debo presentarme ante el heredero al trono con mis soldados, tú irás como mi acompañante, te guiarán a una recámara...

—¿No me estás dejando, Ellis?

Ver a Fray desilusionarse le dolió como no creyó que le dolería. Porque lo que más amaba era ver ese rostro emocionado, verlo feliz. «Me da demasiado poder sobre su felicidad, ¿qué soy yo a su lado? Soy responsable por él y sin embargo no puedo hacer nada si se lo llevan. Ya lo hicieron, lo apartaron de mí y lo atacaron. Soy un cobarde por no saber decidir.»

—No estoy dejándote.

***

Finalmente arribaron al palacio del Sur. El general era el portavoz de la reina, debía ser quien hablara con el sucesor al trono, el que hasta ese momento no tenía conocimiento de la muerte de su padre. El general se presentó ante el heredero del reino del Sur haciendo una reverencia.

—General Patricio, me presento en nombre de la reina Cithria del reino de Artgotia, tengo noticias y una carta de su parte.

—¿Cuáles son esas noticias? —dijo el grosero hijo mayor del rey del Sur.

El mago del color y el alquimista con pisadas de oro [BL] (COMPLETA)Where stories live. Discover now