Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]

C A P Í T U L O 14

Yo iría detrás de ella sin dudarlo porque le había salvado la vida, si, y eso era lo que provocaba aquella necesidad de mantenerla al margen, porque le había salvado la vida y no estaba dispuesto a dejarla correr un riesgo innecesario.

—Lo sé —Contesté con cierta frustración mientras arrastraba una de mis manos a lo largo de mi rostro —Mañana hablaré con ella, me disculparé.

Nesta asintió y luego tomó un largo sorbo de su taza antes de dejar la misma en la cómoda frente a ella, junto a la gran puerta del balcón, luego trepó por la cama. Yo abrí mis brazos y ella no dudó en dejarse caer entre ellos con cuidado, al segundo mis dedos se enredaron en las hebras sueltas de su cabello.
Realmente me gustaba cuando lo dejaba suelto, la hacía ver más sencilla, más descuidada y ciertamente menos perfecta en el sentido en el que Nesta siempre necesitaba ser. Cuando Nesta no se amarraba el cabello era un poco más libre de sí misma.

—De alguna manera siento que con Vyneea puedo reparar todo lo que no hice por Feyre ni por Elain cuando éramos pequeñas —La sostuve contra mí dejando que ella arrastrara sus dedos con suaves caricias por mi pecho y los tatuajes en el. —Ella es bastante parecida a mi, o al menos así lo percibo. Y de algún modo quiero estar ahí para ella, quiero enseñarle a escribir correctamente y quiero mostrarle los libros que tanto nos gustan a Gywn, Emerie y a mi, quiero...—Una sonrisa ligeramente melancólica creció en sus labios —Quiero que sea mi amiga.

No pude evitar sentir mi corazón llenarse de calidez y ternura al ver el gesto esperanzado en su rostro, en la sonrisa suave y en el brillo de sus ojos.

—No veo porque no puedas hacer eso—Respondí arrastrando un par de mechones de su cabello detrás de su oreja puntiaguda —Estoy seguro de que Vyneea apreciaría tu amistad y también la de Emerie y Gwyn. Estoy completamente seguro de ello.

Nesta sonrió suavemente y se incorporó lo suficiente como para dejar un corto beso en mis labios que yo recibí encantado. Mis brazos se enrollaron alrededor de su cintura con suavidad y la sostuve sobre mi, su sonrisa me dejó la posibilidad de dejar un beso rápido en sus dientes blancos y luego en mentón provocando que ella ampliara más el gesto. Cuando Nesta sonreía era casi tan mágico como ver la lluvia de estrellas o un amanecer después de una gran batalla. Su sonrisa era la cura de todos mis males.

Mis dedos juguetearon con el material suave y aterciopelado de su camisón el cual subió peligrosamente hasta el inició de sus muslos dejando ver la incipiente tela oscura y de encaje que cubría su sexo.
Mi cuerpo mandó una única señal a mi entrepierna y dejé escapar un gruñido cuando Nesta se incorporó un poco más y cruzó una de sus piernas hasta el otro extremo de mi cuerpo, quedando a horcajadas sobre mi.

—Siempre eres muy rápido en contestar —Dijo mientras fijaba sus ojos en el punto elevado bajo las sábanas justo sobre mi cintura. Una sonrisa llena de desafió cruzó sus facciones —¿Acaso no tuviste suficiente anoche?

Una carcajada y gruñido entremezclados escaparon de mi garganta mientras clavaba mis manos en sus caderas y arrastraba su cuerpo sobre el mio, dejándola justo sobre aquella prominente elevación entre ambos.

Nesta gimió con sorpresa y su espalda se curvó ligeramente ante el contacto.
Mi pene se despertó por completo ante el roce intencionado que ella misma dejó al moverse hacia adelante y atrás, con voz ronca respondí: —Nunca tengo suficiente, no de ti Nesta.

Ella no tardó en aferrarse a los bajos de su camisón y de levantarlo rápidamente sobre su cabeza. La pesadez en mi cuerpo desapareció por completo al ver su figura completamente desnuda, los músculos moldeados en sus brazos, abdomen y piernas, todo perfectamente marcado por su piel ligeramente bronceada y enmarcado por las ondas sueltas de su cabello.
Se me hizo la boca agua al ver sus pezones ya erectos.