Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]

C A P Í T U L O 3

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Quizás lo más duro de despertar sin recordar absolutamente nada de tu vida o de lo que tú mismo eres es ver tu reflejo en un espejo y preguntarte: ¿quién soy?

No era capaz de reconocer aquella piel pálida y sin gracia, no recordaba aquellos largos y escuálidos brazos, mucho menos aquellas piernas que no aparentaban siquiera ser capaces de sujetarme. Mi rostro era anguloso, pero no por tener las facciones duras, si no por la ausencia de carne en mis mejillas las cuales, por cierto, estaban bañadas en pequeñas motas que tenían un color marrón grisáceo, en perfecto contraste con el resto del conjunto. Los labios estaban llenos y al contrario que el resto de mi apariencia, en ellos había un fuerte color rojo, en conjunto con mis ojos.

Tal y como Morrigan había afirmado esta mañana al despertarme, las primera palabras que había escuchado.

Sus ojos son rojos.

Exactamente de un tono profundo y casi sin luz, como si fuera un líquido espeso que viajaba a lo largo de mi iris. No era un tono brillante que los hiciera destacar, por el contrario era uno apagado y no sabía si yo misma era la culpable o no pero, no había ni un solo brillo semejante al de cualquier ser vivo en ellos.

Eran planos, vacíos.

Estos estaban rodeados por gruesas y oscuras pestañas rizadas y que gracias a estas, aquellos ojos fueran algo más admirables. Mis cejas apenas parecían resultar en mi piel por culpa de su color claro, casi tan blanco como el tono de mi cabello, el cual caía liso hasta la parte baja de mi espalda.