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El receso invernal llegó, y con él las festividades de fin de año.

[Diciembre 24]

[Residencia Yamaguchi]

Los niños se encontraban en la sala. Akio, Tiborc e Itona, a quien habían invitado, estaban sentaos en el suelo alrededor de la mesa de centro, jugando poker.

Tn estaba echada en el sofá, con las piernas sobre este y un mando de PlayStation 2 en sus manos; jugaba bastante concentrada, apenas si pestañeaba. Llevó a su personaje por un pasillo hasta una enorme puerta doble, e ingresó, activando la cinemática; se mostró a un hombre y una mujer, los cuales comenzaron a hablar:

– What do I want? –cuestionó él.– Well, for the two of you to die. That would be nice. Then I could relax.

– When did you stop believing in God? God lives –contestó ella.– Just look around you.

– But I do believe in Her. In my own way. I fear Her and I adore Her. But I haven't lost my mind like you. You think that this is the work of God? Isn't this all nothing more than your own personal nightmare? Just like Alessa 17 years ago. If this really is the work of God, then I'd say She has lousy taste.

[Cocina]

Mientras tanto, Lázár se encargaba de preparaba la cena, y Atsuko lo ayudaba; en medio, también bebían algo de vino.

– La cena está lista –la miró.– Llevemos todo a la mesa.

– Sí 

Ambos tomaron las fuentes con comida para llevarla a la mesa, la cual ya tenía acomodados platos, vasos, copas y demás; una vez servida toda la cena, él fue por el vino y bebidas sin alcohol para los menores de edad, mientras ella fue a la sala a avisar de que ya era hora de cenar.

– ¡Niños, a cenar!


– ¡Poker! –gritó Akio, sonriendo y enseñando sus cartas.

– Sándy, eres como un niño –rió Tiborc.

–  ¿Porque es mal perdedor?

– También.

– ¡Oigan!

– ¡Szar! –gritó Tn, dándole un golpe con el puño al sofá de la frustración. (Mierda)

Los tres la miraron, y el castaño rió.

– Oye, Sáki. Tómalo con calma.

– ¡Fasza le! –gritó, volviendo a jugar. (Vete a la mierda)

– Oigan, ustedes cuatro –llamó, recargándose en el umbral.– La cena está lista –señaló tras su espalda con el pulgar.

– Entendido –se levantó.– Andando, enanos.

– Sip –saltó, poniéndose de pie.– Ganar me da hambre –sonrió. Su hermano rió, mientras el albino se levantaba también.

Los tres chicos pasaron a un lado de la mujer, yendo hacia el comedor. Ella miró a su hija.

– Cariño, la cena.

– Espera, espera. Ya termino.

– Sákira, llevas cinco horas con ese videojuego...

– Déjame matar a Dios y voy, es la Final Boss.

– ¿"Dios"? –rió.

– Ella es Dios en el juego... ¡Ah!

Illegal 🔫 Karma AkabaneWhere stories live. Discover now