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De nuevo se arrumbaron todos en una sola cabaña, aunque en este caso fue la de Darcy, que tenía la habitación más grande

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De nuevo se arrumbaron todos en una sola cabaña, aunque en este caso fue la de Darcy, que tenía la habitación más grande. Ángela y Tiffany estaban en la cama, Aaron y Neo en un colchón, Darcy estaba en otra colchoneta, mientras que Max ocupaba el escritorio.

De la manera más ingenua el resto tomó las pequeñas mesas plegables que tenían en sus habitaciones para usarlas de soporte. Nadie quería ir a la biblioteca porque la encargada se había enfermado y aunque dejaron a otra persona cuidando, cuando pasaron por ahí había un grupo que convirtió el lugar en su sitio de fiesta personal.

En general no parecía mala idea y técnicamente no lo fue, pero estar tanto tiempo sentado en los colchones los agotó más de lo normal.

Llevaban media tarde encerrados, ayudándose mutuamente a terminar los deberes, cuando los signos del cansancio comenzaron a volverse cada vez más evidentes.

—¿Aaron? —Darcy se inclinó sobre el chico, que estaba boca abajo, con los ojos cerrados.

—Se durmió hace como cinco minutos —Tiffany intervino desde arriba de la cama, donde estaba sentada tecleando en su computadora. Ángela estaba a su lado, haciendo apuntes en un IPad que tenía en la parte de atrás una pegatina que decía "tu abuelo te ama".

—Ya terminé mi tarea —murmuró el chico, aunque sus palabras sonaron ahogadas. Darcy sonrió.

—Yo también —dijo, mirando el reloj, pronto sería hora de ir a comer, así que estaba muy satisfecha con su propio desempeño. De inmediato su mirada se volvió hacia Max, quien se había enfrascado en el trabajo de manera casi frenética. Desde donde estaba no podía ver su rostro, pero notaba la manera en que su mano se movía y el sonido de la pluma sobre el papel.

Tuvo la tentación de preguntarle si ya había terminado sus asignaciones, pero la chica se había puesto los audífonos desde el principio y parecía muy concentrada en su trabajo. Alguna vez la había interrumpido mientras estaba ocupada, no volvería a cometer ese error.

—Las tareas de Max son increíbles —convino Tiffany, notando cómo miraba a la chica. Ángela levantó la vista de su trabajo y sonrió.

—Ella es realmente eficiente organizando la información, una vez me prestó su cuaderno para estudiar, todo lo que ponía estaba muy bien explicado —dijo, recargándose en la pared de la cabaña, tomando aquello como el inicio de un pequeño descanso.

Neo, quien desde el principio parecía estar odiando cada segundo de pasar tiempo con ellos, levantó la mirada de su propio IPad, evaluando la situación.

—¿En serio? Necesito pedirle que me enseñe sus cuadernos —Darcy sonrió, imaginando la letra pequeña y clara de Maxine ocupando cada espacio en blanco disponible. Su mente se movió hacia el recuerdo de las notas que había puesto en la copia que le había prestado de Jane Eyre. La forma en la que resaltaba palabras o añadía cosas sobre la historia o el contexto de la época le pareció adorable.

El talento de Miss Darcy (Libro 1 y 2) (GL)Where stories live. Discover now