~7~

5K 302 9
                                    

POV's Eider

Pasó una semana desde que le conté a Ian lo del accidente. Llevaba toda la semana evitándolo, no pude mirarlo a la cara. Se me hacía imposible. Me levantaba una hora antes, todo para no verlo. Él llegaba a las 7:30, me escondía y cuando lo veía entrar, me iba rápidamente. Le ponía una notita diciendo que me debía ir antes y que fuese ordenando la habitación.

Iba andando a un bar que quedaba a dos calles y me tomaba algo para desayunar allí. Luego me iba andando a clases y lo evitaba al máximo.

Me perdía por los pasillos con Sky y con Christian. A Christian lo conocí dos días después de conocer a Sky, ella ya lo conocía de hacía años, y me lo presentó en la cafetería de la escuela. Desde ahí nos hicimos íntimos amigos los tres.

Él tenía los ojos café y el pelo castaño oscuro, de tez blanca y muy alto, pero no más que Ian. Tal vez no es que fuera muy alto, sino que mi metro sesenta no ayudaba en mucho.

También conocí a Mark Kent. Él tenía los ojos de un azul verdoso, el pelo castaño, de tez morena pero no se apreciaba por la cantidad de tatuajes que llevaba en su cuerpo y también era alto.

A este lo conocí en el partido de American Football al que Christian me invitó. Christian juega a Football, pero no es el típico adolescente mujeriego al que le gusta la popularidad, sino que es un chico más en la escuela, que asiste a las fiestas de jugadores pero no es un capullo como los demás.

Y ahí estaba yo, caminando por los pasillos con mis nuevos mejores amigos dirigiéndome a las pistas de entreno de los jugadores para ver a Christian entrenar con Sky. Íbamos por los pasillos haciendo bromas y riendo hasta que lo vi. Ahí estaba Ian con la rubia oxigenada de la semana pasada, Megan se llamaba si no recuerdo mal, aunque cómo olvidarla le arranqué las extensiones de su cabeza hueca. Bueno volviendo al mundo real, ahí estaba el mayor de los idiotas, metiéndole la lengua a Megan hasta el esófago.

-¡Eider, Eider!-me llamaba Mark sacándome de mis pensamientos mientras se me acercaba.

-Hey Mark, ¿qué tal?-dije un poco nerviosa porque me hubiera visto mirar a Ian y a la puta de su amiguita.

-Bien, bien. Tengo... algo que proponerte -dijo casi tartamudeando, parecía algo nervioso. Me causaba diversión.

-¿A qué esperas? -reí y Mark sonrió tímidamente. ¿Qué mierda le pasaba?

-Tú... ¿Querrías tener... bueno... quedar para ir... digo... ir a tomar algo conmigo? -me miraba a los ojos pero se removía inquieto.

-¿Una cita? -no podía creerlo. Quería una cita conmigo.

-Sí, bueno no. Una quedada de amigos -se rascó la nuca. Temía que decirle.

-B...Bueno, vale. Me parece bien -algo desconcertada, acepté. ¿Por qué un chico como él querría una cita con alguien como yo?

-Te recojo a las 7pm, ¿te parece? -asentí con la cabeza y una sonrisa feliz se asomó en su rostro. Después de darme un sonoro beso en la mejilla, se fue con todos los otros a entrenar.

Cuando el entreno acabó, el sudoroso de Christian me acompañó a casa. Una vez allí, subí corriendo a mi habitación. Al entrar me encontré con Ian. Él me observaba, lo notaba. Me resistí y no lo miré. Agarré ropa interior y me metí en el lavabo. Después de una refrescante ducha fui en ropa interior hacia mi closet. Agarré mi vestido turquesa ajustado y con escote en la espalda. Marcaba muy bien mi silueta, pero la maldita cremallera tenía que atascarse en el mejor momento.

-¡Joder! -bufé furiosa.

-¿Qué te pasa princesita? -preguntó Ian divertido.

Salí del vestidor y me di la vuelta enseñándole la cremallera. La intenté volver a subir, pero no pude. Suspiré derrotada. Me fui a cambiar el vestido pero unas manos agarraron mi cintura impidiéndolo.

-Ponte recta -susurró en mi oido y yo le obedecí. Yo miraba hacia la puerta que tenía delante. Sus manos acariciaban mi cuerpo con cuidado haciéndome estremecer.

Apartó mi pelo hacia un lado y subió la cremallera lentamente, demasiado lento. Una vez ya subida, se acercó a mi oido. Un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo.

-No vayas a esa cita con Mark, por favor -susurró dejándome totalmente desconcertada.

My AssistantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora