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La hada Yeji del clan Esor salió del palacio con aire victorioso. No sabía cuánto tardaría uno de los cuatro humano en cumplir con su destino, pero creía haber hecho un buen trabajo arrimandolo para que no cambiara de opinión. En ese tipo de situaciones, ninguno podía cambiar de opinión.

Dio media vuelta y observó cómo el fuego seguía expandiéndose por todo el palacio (tampoco iba a mentir. Intentó apagar una que otra llama, pero fue imposible. El fuego no dejaba de correr). Miró los bosques de tonalidad amarilla que se veían opacos por la oscuridad, y por las llamas que habían llegado hasta allí, para devorarse todo a su paso. Se escuchaban los gritos de guerra, de dolor, de fracaso.

Ni su hermano ni ella quisieron alguna vez llegar a ese punto, pero era así cómo funcionaban los mundos. Se preguntó en dónde estaría Hyunjin mientras caminaba con dirección a la batalla; sintió su cabello ser bañado por la lluvia al instante, entonces agregó una pregunta más importante: ¿habría logrado capturar y matar a Seungmin?

— ¡¡Aaaargh!! — gritó un humano mientras se acercaba corriendo a ella. Yeji extendió sus enormes alas, que se parecían a los pétalos de una rosa pero sin el color y textura característico de una flor. — ¡Se llevaron a mi hijo! — exclamó el hombre hecho furia, pero la hada pudo desviar el ataque de su espada usando su lazo hábilmente. — ¡¡Mi único hijo!! ¡¡Changbin aún no era lo suficientemente fuerte!!

Yeji estuvo dispuesta a asesinarlo en ese preciso instante, pero otra hada, la cual identificó como del clan Anipse, fue más rápida en envolver su tobillo con su lazo y jalar de él, haciéndole caer de golpe; aquello fue tan repentino, el hombre era tan mayor, que la mala posición de la espada le hizo perder la vida, puesto que se le clavó en el estómago.

— Changbin siempre fue incluso mil veces más fuerte que tú, montón de mierda. — escupió, mirando directamente el cuerpo inerte. Yeji guardó su lazo y carraspeo, por lo que esta vez la castaña la miró y le dedicó una palabras — Incluso nuestro verdugo lucha en las profundidades del bosque contra cinco humanos al mismo tiempo, y tú, descendiente de la nobleza del clan Esor, ni siquiera has comenzado.

— Cada uno está lidiando con una batalla diferente esta noche. — declaró, entonces la reconoció. Es sólo que siempre la vio tan bien peinada, con un vestido blanco pulcro y las alas ocultas bajo una capa, que se tardó en realizar la conexión. — Lamento la pérdida de uno de tus hermanos, hada Lia del clan Anipse.

— Bajo la luna de sangre, irónicamente, muchos han perdido sangre y la vida. Lamento las pérdidas del clan Esor también. — dijo, y aunque su cara inexpresiva le hizo pensar a Yeji que quizá no había sido muy cercana a Changbin, el tono de voz a punto de quebrarse le hizo darse cuenta de que no había sido así. — Mi hermano y amigo Changbin del clan Anipse y de la tribu Osiarap invocó la lluvia que está dificultando la visión de los guerreros de las dos razas. También está apagando las llamas de los bosques.

— Pero no afecta ni un poco al fuego que está consumiendo al palacio.

— El mundo y el destino funcionan de forma misteriosa.

— No se habría llegado a todo esto si mi padre nunca hubiera muerto. — aseguró Yeji, a lo que Lia asintió, pero no muy convencida. — Dime en qué estás pensando.

— Pienso en que, si tu padre nunca hubiera muerto, el hada Hyunjin del clan Esor jamás habría descubierto su poder . . .

— ¿De qué poder hablas?

— El poder de la flor. — respondió con simpleza. — El poder de la atracción.

— Pero-

— Atrás tuyo. — interrumpió con un tono serio, pero lo suficientemente alarmante como para que Yeji se diera media vuelta y enfrentara la mirada sorprendida de Chaeryeong, quien había sido descubierta en el acto. — Lidia con tu propia batalla esta noche, Yeji.

Con cariño, una flor del bosque | SKZWhere stories live. Discover now